El Kebab se ha convertido en el fast food de oriente, sustituyendo a las hamburguesas y a los perritos calientes en muchos puntos de Europa. Sin embargo, el kebab es una auténtica delicia, que nada tiene de comida rápida si lo comemos en lugares como Turquía o Irán.
De hecho en la antigüedad, era el manjar de los reyes persas. ‘Kebab’ significa carne a la parrilla en persa, y suele hacerse con cordero, ternera o pollo. Incluso países hay algunos países que emplean pescado para su elaboración.
Este plato tiene una larga historia y un increíble sabor, que dependerá del país en el que se prepare. Insistimos que en occidente conocemos la versión de cocina rápida del kebab, los que encontramos en los puestos de comida ambulante o en locales de comida rápida.
Aunque puedan resultar exquisitos, lo cierto es que el sabor puede mejorar si hacemos un kebab casero, además de que nos sentiremos más saludables.
No te asustes, porque no necesitas la típica estaca de hierro giratoria frente a un fuego vertical, será mucho menos aparatoso y más sencillo. El secreto está en el adobo de la carne.
Ingredientes
Pan de pita
1 kg de carne magra de cordero
2 cebollas
1 pimiento verde
4 dientes de ajo
1 limón
Aceite de oliva
Sal
Jengibre
Pimienta negra
Perejil
Cardamomo
Pimentón
Cilantro
Preparación: Trocea la carne en tiras muy finas y adóbala con: el jengibre, la pimienta negra, el perejil, el cardamomo, el pimentón, el juego de los dos limones y los dientes de ajo bien troceados. Las cantidades serán al gusto. Después deja marinar la carne al menos unas tres horas para que absorba el sabor de los ingredientes del adobo.
Cuando este tiempo haya pasado, empezaremos a cocinar las verduras a la parrilla: el pimiento verde y la cebolla, que estén crujientes. La carne de kebab se sirve asada, así que en unos palillos vamos a ir atravesando los trozos de carne para después hacerlo a la parrilla. Otra forma sencilla y que quedará igual de sabroso, será pasando la carne por la sartén con un buen chorro de aceite hasta freírlos.
Cuando tengas todos los ingredientes cocinados, añádelos al pan de pita, que puedes tostarlo previamente. Puedes además aderezarla con una salsa de yogur que puedes preparar casera (con yogur griego sin azúcar y condimentándolo con un poco de pimienta, sal, perejil, un poco de zumo de limón y ajo) o puedes comprar ya una salsa preparada en el supermercado.