Cuando Conchi Jiménez creó su blog allá por 2010 no podía imaginar lo que ocurriría casi seis años después. “Se nos fue de las manos”, cuenta presumida al otro lado del teléfono. Conchi es la autora del blog de cocina Gastroandalusí, todo un referente gastronómico para los amantes de la cocina andaluza. “En realidad lo que quería era recopilar las recetas de mi abuela. Cuando estaba en la universidad no había un día en el que no llamara para preguntarle cómo se hacía cada plato”, confiesa.
En medio de esta vorágine culinaria, donde los blogs de cocina se han transformado hasta convertirse en bitácoras de fotografía gastronómica, Conchi rezuma frescura con sus dibujos espontáneos. “Yo no he estudiado bellas artes ni ná”, dice con marcado acento jienense. “A mi lo que me gustaba era dibujar y, cuando viajaba no llevaba cámara de fotos sino un cuaderno de campo y una caja de acuarelas”.
De esas llamadas diarias a su abuela surgió el primer dibujo. “Sí, de esos que haces mientras hablas por teléfono, que te salen sin pensar”, cuenta, como si el arte de dibujar fuera un don del que todo el mundo puede disfrutar. “Compré un cuarderno para dibujar las recetas de mi abuela. Entonces, mi hermana pequeña me pidió una fotocopia de los dibujos porque también quería conservar este legado. Así fue como surgió la idea de crear el blog”.
Este intento de conservación del patrimonio culinario de esta familia de Úbeda (Jaén) ha dado a luz un blog que recibe una media de entre 2.000 y 3.000 visitas diarias. “Algunos días tiene unos picos muy altos de visitas, pero coincide con fechas muy señaladas, como Navidad o Semana Santa”, asegura risueña.
La parte más fea
Su voz es una de esas que transmite la alegría de quien está ilusionada con un proyecto “que empezamos como quien construye una casa; ahora no podemos abandonarla”.
Esta bloguera de cocina tradicional actualiza su página una vez a la semana porque no vive de su “cajón de sastre”, como ella lo califica. “Nos da un ingreso extra a los cuatro que formamos el blog (su abuela, su madre, su marido y ella misma). Normalmente pagan entre 75 y 250 euros por artículo pero hay un vacío legal porque muchos no te piden ni factura. Eso no puede ser”, cuenta compungida. Ella es autónoma y sabe de lo que habla.
Hay blogs dedicados a las recetas de cocina que juegan en otra liga, la de los que pueden vivir de los ingresos que obtienen. “Hoy en día muy pocos tienen esa suerte”.
Los ingresos, en muchas ocasiones, se cobran en especie: naranjas, sartenes, utensilios de cocina… Por otra parte, también existe el problema de los copia y pega en internet. “Una vez me encontré con carteles de menú de un restaurante con mis dibujos y se los había vendido un diseñador como propios”, denuncia cabreada.
Su voz alegre torna contrariada cuando explica estos temas. "Un canal de Youtube se apropió de mis dibujos y empezó a hacer vídeos con las recetas de mi abuela. Gracias a las redes y al apoyo que recibo fuimos capaces de tumbarles. Ahí es cuando empezamos nosotros a hacer vídeos también”.
“Nos encantaría poder hacer vídeos más trabajados pero no tenemos los medios para hacerlo. Yo lo que quiero son vídeos de mi abuela cocinando porque está estupenda”. La forma en que presume de abuela es envidiable. “Ella es el pilar de todo esto”, dice.
La ola de la tendencia
Quienes curioseen en las redes sociales sobre recetas conocerán el boom de fotos de comida. Los parámetros foodies se han situado en unos estándares de calidad que los fogones más tradicionales están encontrando problemas para hacerles competencia. “O te subes a la ola de la tendencia o estás perdido”, denuncia.
- ¿Para cuándo el libro?
- Uy, uy. Muchos me preguntan eso
- Ahora todos los blogueros tienen uno
- Sí, me haría ilusión, pero que lo impriman tal cual está.