Álvaro de Marichalar (55 años) no se había quedado del todo a gusto tras la misiva que envió a la periodista que coincidió con él en un viaje de Madrid a Soria el pasado 28 de junio a bordo de un Blablacar y que ella misma reprodujo en un artículo que se publicó la pasada semana en Internet.
El hermano mayor de Jaime de Marichalar (53) ha vuelto a coger papel y boli (o mejor dicho teclado y pantalla) para que los lectores "conozcan la verdad", tal y como él mismo señala. Aunque sea cinco meses después.
"Al parar a repostar y tomar café, te pregunté si no te importaba dejarme viajar en el asiento de delante y también pregunté a la otra chica (encantadora) por si quería ir ella también delante: quedaban 60 km, habíamos recorrido 180km y me pareció razonable que pagando todos lo mismo, todos debíamos poder elegir el asiento que tú ocupabas -porque sí- sin haberlo ofrecido en ningún momento a los demás (...). Mientes mucho y muy mal", escribe Marichalar, que a continuación le dedica a la periodista, llamada Sabina Urraca, unas contundentes palabras: "Te has descubierto como una muy mala persona".
Álvaro de Marichalar en el interior de su vehículo, junto a una acompañante.
El aristócrata se explaya en una misiva en la que tiene cabida su amplia versión sobre las conversaciones que mantuvo en el coche y en definitiva sobre todo lo vivido aquel 28 de junio:
"También es falso de toda falsedad lo del comentario a la otra chica (...). Aunque viendo la ridícula y espantosa bazofia porno 'educativa' que publicas en Internet y viendo también tu muy limitado carisma... entiendo que sintieras celos de la encantadora y muy educada chica de Soria".
Álvaro de Marichalar, saliendo de un hospital de Madrid.
"Odias que lleve la que llamas despectivamente 'banderita de España', aunque no sabes ni lo que representa ni lo que es. Te lo diré: es la bandera de una gran Nación (...) y en este caso la banderita es también la 'medida' de la Virgen del Pilar, Patrona de España y protección constante ante seres de tu oscuro y cobarde proceder", concluye Marichalar, para el que su recuerdo de aquel viaje nada tiene que ver con el de la periodista, quien lo recuerda como la peor experiencia que ha vivido en este medio de transporte.