Cristina Ortiz, nombre verdadero de la vedette, fallecida a primera hora de este miércoles y trasladada al Instituto Anatómico Forense, nunca tuvo reparos en decir cómo quería terminar. Ya se había intentado suicidar en varias ocasiones y había acabado en el hospital.
Esto hizo que su cercanía a la muerte le hiciese dejar bien claro lo que debía pasar con su cuerpo una vez dejase de vivir. "Quiero que esparzan mis cenizas en el Parque del Oeste, donde fui una puta feliz". Así nos lo cuenta a EL ESPAÑOL Valeria Vegas, su biógrafa y una de sus grandes amigas.
Valeria era su persona más cercana en estos últimos días. "Me gustaría enseñar mi factura del teléfono para que se viese las horas y horas que hablábamos", asegura entre lágrimas. Su cercanía en estos últimos meses, durante la escritura de su biografía Digo, ¡ni puta ni santa! les había vuelto inseparables.
El lugar en el que debía descansar para siempre era una de sus últimas conversaciones. Sin embargo, nunca pensó que este momento llegaría tan pronto. Ella ha sido la encargada de transmitir el deseo de Cristina a la familia. Fue el pasado lunes, casi 48 horas después de que la vedette ingresase en el Hospital Universitario La Paz.
Algunos miembros de la familia no aceptaron esa última voluntad de la fallecida. De momento, no han decidido qué hacer con el cuerpo. La Veneno ya está en el Anatómico Forense de Madrid desde este miércoles a las 15:00 horas. Por allí, sin embargo, no ha aparecido ningún familiar de la artista. Sólo Valeria ha ido a informarse sobre los trámites que deben seguir a partir de ahora. La autopsia se le realizará este jueves por la mañana para después trasladarla al Tanatorio Norte de Madrid.
La familia no cesa en su acusación
La familia de Cristina no quiere hablar mucho sobre lo que harán con el cuerpo. Se sienten incomprendidos. Quieren denunciar al hospital por no haber informado a la policía con el debido tiempo de las condiciones con las que fue ingresada. Se siguen refiriendo a Cristina como Joselito y hablan de ella como "mi hermano", algo que Cristina nunca les perdonó.
Su enfrentamiento con el hospital no ha terminado ni cuando Cristina ya había fallecido. Cuando recibían la noticia este miércoles a primera hora de la mañana se abría un nuevo frente entre la familia de La Veneno y el equipo de celadores. Quieren explicaciones, se niegan a que creer que haya sido un suicidio o un accidente. "Ha sido asesinada", declara Mari Pepi (57) a EL ESPAÑOL unas horas después de conocer la noticia. Están dispuestas a llegar hasta donde haga falta para contar su verdad.
Los hermanos de Cristina eran expulsados del hospital el pasado domingo después de encararse con el equipo médico. Habían realizado algunas fotografías a los hematomas de la vedette para tener pruebas con las que demandar. Cuando les pillaron, el equipo del hospital llamó a la policía y terminó expulsándoles, y no podrían acercarse al centro hasta que no consiguiesen una orden judicial. Este martes eran readmitidos en el lugar cuando les comunicaron que el estado de La Veneno era irreversible y había empeorado.
Ninguna investigación abierta
Tal y como ha podido conocer EL ESPAÑOL por fuentes internas de la policía, en estos momentos no hay ninguna investigación en torno a la muerte de Cristina Ortiz. La policía ha cerrado el caso como un accidente doméstico. La artista aparecía en el hospital con un traumatismo craneal y sin conocimiento.
Desde ese mismo instante, numerosas versiones e hipótesis se barajaron por parte de la familia y los amigos más cercanos. Mientras los familiares apuntan a un ajuste de cuentas - y concretamente a una paliza debido a lo que se narra en su biografía respecto a los hombres de poder con los que había mantenido relaciones - el novio declara a este medio que ella estaba muy triste.
Antes de conocer la noticia de su fallecimiento, Alín (24), novio de La Veneno desde hace cuatro años, aseguraba que Cristina se había tomado un bote de pastillas mezcladas con alcohol y que se había dado un golpe en el baño. Según el novio, Cristina le había dicho en los días anteriores al accidente que no era feliz y que se quería suicidar.
Ante estos hechos, la policía ha decidido no continuar con la investigación a menos que la autopsia revele algo que haga levantar nuevas sospechas. Si se descubriesen nuevas pruebas a través de los moretones que tenía la vedette por todo el cuerpo, podría abrirse una investigación. La policía, que se personó este martes en el hospital, preguntó sin cesar sobre la relación que mantenían La Veneno y Alín.
"Cada semana me llamaba y me decía que lo iba a dejar con Alín", dice Valeria, su amiga y biógrafa. "Cristina era muy dependiente emocionalmente. Entiendo que no lo dejase. Tampoco era una víctima de maltrato al uso. Se sabía defender. También necesitaba cariño y se dejaba chantajear. No tenía miedo", explica.
La herencia de La Veneno
Cristina tenía muy pocas cosas a su nombre. El piso de Tetuán en el que todavía reside Alín lo pagó ella, pero está a nombre de su padre. Una vivienda en muy malas condiciones y que, según fuentes cercanas a la artista, nada tiene que ver con el estado en el que se encontraba antes de que Alín entrase en su vida.
El efectivo no le sobraba a La Veneno. En este último mes había ingresado unos 8.000 euros gracias a la venta de su biografía y a tres bolos que le habían salido en discotecas. Además, estaba negociando una intervención en Sálvame Deluxe para el próximo viernes que al final no podrá producirse.
Durante los últimos años, La Veneno y su pareja han estado viviendo gracias a las ayudas de sus padres y a la paga de algo más de 300 euros que tenía, tal y como asegura el novio de la vedette.