El hijo de Ivonne Reyes al fiscal de Menores: "Solo quiero que me dejen tranquilo"
Viajes, presión mediática y hasta entrevistas en 'Sálvame Deluxe'; los argumentos de Navarro para no hacerse las pruebas de paternidad.
3 febrero, 2017 21:17Noticias relacionadas
"Yo solo quiero que me dejen tranquilo". Así de tajante se mostró A.R.T. cuando, acompañado de su tía y sus abogados, prestó declaración el pasado martes en la Fiscalía de Menores de Madrid. El joven, de 16 años y que según relató a los fiscales solo ansía tener una vida normal, acudió a la institución pública en busca de amparo, y relató las consecuencias que para él ha tenido, tanto del proceso judicial protagonizado por sus padres desde 2009, como del análisis de ADN presentado ahora por su hermana, tras más de casi cinco años con una sentencia firme.
Un día antes, Ivonne Reyes daba autorización formal desde la casa de Gran Hermano -donde participa en la edición VIP del programa- para que su hermana y sus abogados tomaran las medidas que consideraran oportunas.
Ante los fiscales, el joven relató cómo había faltado al colegio ante la presión de los periodistas y cómo -pese a su voluntad de pasar inadvertido y tener una vida normal-, volvía a verse inmerso en la polémica cinco años después, tras el recurso de revisión presentado ante el Supremo por su hermana Andrea. Un recurso sobre el que el tribunal todavía no se ha pronunciado y que reconoce la toma de una muestra de ADN por parte de un detective privado sin consentimiento del chico o de su tutor, para intentar reabrir la causa, cerrada con sentencia firme, según adelantó el diario El Mundo.
Ocho años lleva en total A.R.T en boca de la prensa, del público y de su circulo cercano por un asunto que nada le compete. Y cuatro veces tuvo su padre legal, el presentador Pepe Navarro, la posibilidad de saldar la duda de forma científica con un análisis custodiado con todas las garantías por el Juzgado número 37 de Madrid.
Como argumentos para dar plantón a la Justicia, Navarro utilizó desde un viaje a México hasta unas declaraciones de Reyes en el programa Sálvame Deluxe que le desagradaron. Incluso aseguró al Juzgado que estaba arruinado, ya que una mano negra impedía que volviera a hacer televisión en España. Ninguno de estos extremos fue entendido como un argumento jurídico, por lo que, tal y como demuestra el expediente del caso, Navarro fue citado hasta la saciedad para que cumpliera con su obligación o atendiera a las consecuencias legales plasmadas en una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid en 2012 por la que se le declara el padre legal del chico.
Primera incomparecencia
La primera vez que Navarro fue citado para acudir al Instituto Toxicológico Nacional fue el 16 de diciembre de 2009. La cita estaba fijada a las 10 de la mañana del 23 de marzo en la sede del organismo en la calle San José Echegaray de Madrid. Incluso estaba tasado el precio de la prueba, de 695 euros. El objetivo del juez -que admitió a trámite el caso en noviembre de 2009- era tener la prueba antes de que se celebrara la vista oral del juicio, fijada para el 23 de junio de 2010.
Desde el primer momento, la defensa de Navarro se negó a que la prueba se realizara con anterioridad a la vista, con el argumento de que no había "ningún indicio de prueba, ni siquiera mínimo", que probara una relación carnal entre ambos. "Se niega a participar en el espectáculo mediático que ha orquestado la actora para sacar provecho económico", explicaban los abogados en uno de sus primeros escritos.
Según su versión, Ivonne Reyes "lleva 10 años lucrándose con este asunto. Primero vende su embarazo, se niega a desvelar quién es el padre, después vende la exclusiva de la demanda contra el padre del menor y ahora pretende seguir lucrándose con exclusivas sobre este procedimiento, instrumentalizando a la propia Justicia".
En este mismo documento, remitido al Juzgado, Pepe Navarro alude a una mano negra en su contra: "La faceta periodística del Sr. Navarro y la fama que consiguió a través de los muchos programas que dirigió es conocida. No obstante y debido a una maniobra dedicada a desacreditar la labor de mi mandante, las incursiones de mi representado en el mundo de la televisión fueron cada vez más esporádicas. Desde que su programa 'La Sonrisa del Pelícano' -emitido en 1997 por la cadena Antena 3- fue suspendido súbitamente, tan solo presentó otro programa de televisión: 'Gran Hermano III'. Finalizada la edición, el Sr. Navarro no ha vuelto a trabajar , salvo en un programa de cortísima duración".
"En los años de bonanza económica -prosiguen sus abogados- el Sr. Navarro constituyó una serie de empresas dedicadas a las producciones audiovisuales. Pero las mismas, basadas en el trabajo del mismo, están actualmente en quiebra. En la actualidad, los ingresos de mi mandante son prácticamente nulos".
Una fotocopia manipulada
Los argumentos sobre la solvencia económica de Navarro y la supuesta mano negra fueron considerados irrelevantes para la causa. Lo que allí se juzgaba era si el presentador era el padre o no del joven A.R.T. El resto pasaba a un segundo plano. Por eso el fiscal trata de tranquilizar a Navarro al explicar en su recurso (ante la negativa del presentador) que la prueba se iba a realizar "con las garantías técnicas y de imparcialidad que dicho laboratorio oficial ofrece, por los altos niveles de especialización y dotados de modernas técnicas de análisis, así como de la correcta recogida de muestras de sangre en condiciones que eviten toda posible manipulación y contaminación". Pero nada de esto sirvió.
El 23 de marzo, el menor e Ivonne Reyes, se presentaron en el Instituto de Toxicología a la hora acordada. Los médicos les tomaron una muestra de sangre que se custodió, tal y como marca el protocolo, durante un año y medio. En cualquier momento, Navarro podía haber cotejado su ADN con el del joven con las garantías que eso conlleva.
En lugar de eso, el presentador faltó a la cita y argumentó que se encontraba de viaje en México. Uno de los autos judiciales -del 3 de mayo de 2010- le apercibe incluso por presentar como prueba de este viaje "una burda fotocopia manipulada y parcial, de un simple correo, en el que se dice que existe una reserva de un billete de avión. Poco después, Navarro aportó la factura de varios hoteles y la copia de un correo electrónico enviado desde México.
Segunda incomparecencia: 'Sálvame Deluxe'
La segunda cita para sacar sangre a Pepe Navarro fue fijada para el 21 de abril de 2010. Esta vez, el presentador debía estar allí a las 11,30, pero anunció con dos días de antelación que tampoco acudiría. Y sumó a sus argumentos un nuevo elemento extrajudicial, las declaraciones que Ivonne Reyes efectuó una semana antes en el programa Sálvame Deluxe de Telecinco.
"El señor Navarro, por los motivos ya expuestos en la contestación a la demanda y los hechos acaecidos en fechas posteriores -en especial las declaraciones que, en exclusiva y cobrando, se han efectuado por la Señora Reyes en el programa de televisión Sálvame Deluxe la semana pasada- y por los motivos justificados que se expondrán en el acto de la vista señalada para el 3 de junio, ha decidido no realizar la prueba biológica que está fijada para el 21 de este mes", explican sus abogados en un escrito al Juzgado.
En cada una de las citaciones, el fiscal le apercibe de las consecuencias que puede tener su negativa a prestarse a la prueba: ser considerado padre del menor debido a la jurisprudencia del Tribunal Supremo. La advertencia aparece cerca de una veintena de veces en todo el expediente, aunque la defensa de Navarro intentaba rebatirla en sus recursos alegando que esa doctrina está obsoleta.
El 20 de mayo de 2010 fue la tercera vez que la jueza Ana María Álvarez de Iraola cita a Pepe Navarro para que se haga la prueba de paternidad. "No entiende esta modesta defensa el motivo por el que se procede a efectuar una tercera citación, siendo conscientes ya desde el primer informe del Ministerio Fiscal de los efectos que pueda conllevar la no realización de la prueba biológica", reconocen textualmente los abogados de Navarro el 12 de mayo, una semana antes de la nueva citación. Asumían de este modo, que Navarro sería reconocido como el padre legal del menor.
El documento de sus abogados refleja que el presentador se niega a someterse a la prueba "por motivos legales y de fondo, no por intención de indisponer a este digno Juzgado, ni por temeridad, ni por mala fe". "Todo lo contrario. Lo hace por dignidad y coherencia", zanjaban.
Una carta de su puño y letra
La Justicia no dio la razón a Pepe Navarro. Ni en la falta de relación entre el presentador y la modelo, ni en su voluntad de no hacerse las pruebas, ni en la idea de que estaba sin blanca. La jueza entendió por sus declaraciones de la renta de 2008 y 2009 que Navarro -al contrario de lo que había mantenido por escrito- tenía una "gran capacidad económica" con dos pisos en el Paseo de la Castellana, aparcamientos y dos estudios de rodaje. Y por eso, el 28 de junio de 2010 declaró al presentador "padre biológico" de A.R.T. (que en ese momento acababa de cumplir diez años). Además fijó una manutención mensual para el menor de 600 euros.
Llegó entonces el momento del recurso, de apelar la decisión judicial y esperar a que los tres jueces de la Audiencia Provincial que revisarían el caso tomaran la decisión contraria. Fue entonces cuando Navarro fue citado por cuarta vez para que se hiciera la prueba, el 4 de abril de 2011, para que su sangre fuera comparada con la del menor que llevaba dos años guardada con todas las garantías judiciales.
Pero en lugar de acceder, Navarro mandó una carta de su puño y letra desde Nueva York, a donde se había marchado a vivir con su familia. "No puedo someterme a ninguna prueba bajo la coacción y el linchamiento público al que he sido y sigo siendo sometido, especialmente por parte de la actora", argumenta Navarro tras citar una sentencia de un juzgado de primera instancia que condenaba a la madre de A.R.T. por un presunto delito de derecho al honor.
"Desde el inicio de este muy lucrativo espectáculo organizado por doña Ivonne Reyes y del que está sacando fuertes sumas de euros, dejé muy claro que yo no iba a participar", asegura el presentador, que mantiene en su escrito la misma estrategia de su defensa: ninguna de las pruebas presentadas en la demanda está sustentada con pruebas. "Por ello me acojo a mi prerrogativa legal a no someterme a prueba biológica alguna [...] Si tal prueba se me hubiera pedido privadamente lo hubiera hecho sin problema alguno. pero desde que su hijo nació hace once años, la señora Reyes ha convertido su maternidad en un extraordinario negocio, mercantilización esa condición y lo que es peor, la vida de su hijo".
Segunda sentencia. Segunda derrota
El 2 de febrero de 2012, la Justicia negó la razón de nuevo a Pepe Navarro. De nada sirvió su alegato sobre la mercantilización de la vida de A.R.T. ya que volvió a pesar como una losa su decisión de no presentarse a la prueba. Tras analizar sus cuentas y reconocer un patrimonio de 14 millones de euros, el Juzgado aumentó la cuantía de la asignación mensual para el chico a 850 euros mensuales.
Navarro tuvo 20 días para recurrir de nuevo la sentencia ante el Tribunal Supremo, pero decidió acatarla. Así, tras tres años de litigio el joven pasó a ser su hijo biológico por decisión judicial y sentencia firme. Y desde entonces, A.R.T. estaba fuera de los focos mediáticos. Al menos, hasta la pasada semana, cuando el diario El Mundo desveló una nueva decisión de la defensa de la familia Navarro. Esta vez, era su hija Andrea, de 21 años, quien presentaba ante el Tribunal Supremo un recurso de revisión, es decir, un intento de que se reabra la causa aportando nuevas pruebas. Las evidencias se fundamentan, según el diario, en el análisis de ADN practicado al menor cinco años después de la sentencia y después de que un detective se llevara varios utensilios utilizados por él en un restaurante.
Ahora el dilema es doble. Primero porque la hija de Navarro no era parte actora en el procedimiento de paternidad, ya que el demandado era su padre. Y segundo por la validez que los jueces puedan otorgar a una prueba de ADN que ha sido tomada por un tercero, sin mediar la cadena de custodia velada por un Juzgado. El mismo al que Navarro dio cuatro veces plantón.