Coto Matamoros (61 años) desempolva sus experiencias televisivas en la publicación de sus memorias, Libro de reclamaciones (Libros Cúpula). Escribe con la autoridad que le ha dado la veteranía en la pequeña pantalla y con la rabia de las mala experiencia.
María Teresa Campos (76), la maestra de los programas de televisión, recibe los ataques incisivos del excolaborador que sacude sus recuerdos para atizarle sin medida. Las palabras de Coto son las primeras declaraciones públicas que sacan a la luz su relación con la que fue una de sus compañeras.
Hace una descripción, nada beneficiosa, sobre la periodista. "La persona más desagradecida con la que he tenido la suerte o la desgracia de haberme cruzado en la vida. Su comportamiento fue la consecuencia de una personalidad egocéntrica, carente de la más mínima humildad", sentencia en el libro.
Coto habla de la poca consideración de la presentadora y narra las manifestaciones de su "poca inteligencia". "Vivía en un mundo embrutecido por el analfatabetismo más supersticioso", escribe sobre María Teresa.
Coto y la malagueña trabajaron juntos en Cada día. Ella había trasladado su programa de Telecinco a Antena 3 y no parecía estar contenta con el cambio, tampoco lo estuvo la audiencia que no respondía bien al formato. Explica que en alguna ocasión María Teresa denominó a la cadena -en la que ahora vuelve a trabajar- como "la mafia calabresa".
No duda en atribuir a la presentadora un ataque personal hacía Ana Rosa Quintana (62). "Me aseguró que el plató anterior, donde habíamos pasado una temporada perdiendo audiencia de manera alarmante, estaba gafado por las malas energías del espíritu de Ana Rosa", cuenta en una anécdota.
"Debió ser toda una tragedia perder la corona de las mañanas para alguien con esa soberbia desmedida", lanza sin tapujos. Y se atreve a destacar la envidia de la periodista durante aquellos años. Coto le propuso que contrataran a Verónica Homs como colaboradora del programa, accedió pero nunca lo llegó a hacer. "Le importunó que tanta belleza proyectara una sombra lateral sobre una mujer que ya por edad tenía el cuerpo arruinado", escribe.
Un mensaje para Lydia
Coto y Lydia Lozano (57) siempre tuvieron una relación muy estrecha, tanto que la prensa llegó a relacionarlos. Cuando se encontraron por segunda vez en su vida en un bar de Madrid él no sabía quién era pero sí recordaba su cara.
"Le pregunté al de la incubadora -su hermano Kiko- de qué me podía sonar. Me contestó 'Gilipollas, si te la has follado'", explica sobre aquel encuentro. Y llega a reconocer que la colaboradora de televisión le escribió con un lápiz de labios "la insolente insinuación, casi truculenta, de 'me pones mucho'". Los dos se unieron en una amistad que creían eterna. Pero no fue así, el trabajo los separó definitivamente. "Nuestra amistad se la llevó su sueldo", escribe.
Jordi González, una "gata muerta"
El presentador de Telecinco fue el encargado de hacerle la famosa entrevista desde Tailandia cuando huyó al país asiático para escapar de la cárcel. "Recibí la llamada Jordi González (55) en plan gata muerta. Me pidió que acudiera a su programa", cuenta.
Terminó accediendo a grabar un encuentro con la exigencia de que no se emitiera hasta nueve días después para no incurrir en un incumplimiento de contrato con Antena 3. Le ataca y le achaca que nunca siguió las condiciones que acordaron antes de hacer la entrevista. "Emitió lo que le pareció bien y lo hizo al día siguiente", cuenta sobre las decisiones del presentador.
[Más información: La trágica vida de Coto Matamoros: de las palizas de su padre a su primer 'chute' con 15 años]