La vida de Desirée Rodríguez (32 años), Desy para el gran público, bien podría servir como guión de la película de Almódovar (68) más surrealista jamás escrita. Con tan solo 27 años aceptaba entrar en la casa de Gran Hermano. A continuación llegó un periplo que incluyó una guerra pública contra su padre y su hermana a golpe de plató de televisión, su incursión en el mundo del porno, un viaje de trabajo a Italia del que volvió extenuada y su instalación definitiva en Vega de Vagaz, una pedanía de apenas 100 habitantes próxima a Astorga (León), donde ejerce de chica de la limpieza en varias casas. Además del mantenimiento del hogar, en ellas Desy da de comer a las gallinas, recoge los huevos y, cuando toca, se encarga de matarlas con sus propias manos. En los últimos días, JALEOS ofreció en primicia la noticia de su desaparición. Pero, ¿qué pasó realmente?
Desy, ¿qué ha pasado?
Necesitaba un poco de respiro, estaba conociendo a un chaval, me fui a una casa rural con él. En este pueblo apenas hay cobertura. Estando con este chaval perdí el móvil. No sé en qué momento se perdió, y de repente apareció en la Policía. De todas maneras mi intención era desconectar unos días, quería descansar. Claro, tantos días sin saludar por redes y haber hecho en Instagram esa reflexión sobre la muerte, la gente pensó que me había suicidado o que me habían matado. Nada de eso. Simplemente estaba meditando y reforzándome.
Pero, ¿qué hace allí y por qué?
Acabé aquí porque las cosas no me fueron bien en Italia. A los nueve meses de estar allí me vine a España pero fue todo muy difícil: mi padre había fallecido, la casa ya estaba repartida, yo renuncié a mi parte de la herencia. Al no tener casa no pude volver a Sevilla y me vine a casa de unos amigos de aquí, a un pueblecito al lado de Astorga, en una aldea. Vivo con un matrimonio amigo con el que comparto gastos.
¿Cómo es su vida allí?
Los primeros días muy bien pero ya te ves como estancada, ya llevo como dos meses, que salgo a trabajar por la mañana, limpio en una casa por horas... Para salir tienes que buscarte la vida en coche... Es muy duro.
Se ha llegado a hablar de que no está bien de ánimo... ¿A qué se debe?
Desde que falleció mi padre, los problemas familiares, de herencias, muchas deudas... Al renunciar a mi parte de la herencia, la casa quedó a nombre de mi madre y mi hermana. A la esposa de mi padre (en segundas nupcias) se le pagó su parte. Mi madre y mi hermana están pagando una deuda de una casa de Almería, una casa que, al haber renunciado a todo, es de ellas y no mía. Cuando llegué de Italia y paré en Barcelona no sabía para dónde tirar, estaba sin techo. La cosa está muy difícil para una transexual y si encima te reconocen en una empresa mucho peor. En este pueblecito, que es como una calle, no tienen problemas con la transexualidad. Pero ahora me veo aquí dándole de comer a las gallinas, matando gallinas, cogiéndoles los huevos... No quiero.
¿Cómo una mujer que ha facturado un año de televisión acaba así?
Gané dinero pero no tanto como mi padre. Solo hice tres 'Deluxes', que además fueron bajando de caché correlativamente. No se cobra tanto como la gente piensa. Compensa si eres Kiko Hernández (41) o Belén Esteban (44), que están fijos, pero dos veces al mes no sale la cuenta. En ese tiempo estuve viviendo sola, me operé el pecho y decidí dejar la televisión. Prefería los bolos. La televisión me superó. Vivir Sálvame desde dentro es muy duro cuando eres la protagonista.
De repente se vio una mujer famosa, ¿cómo reaccionó?
Imagínate. Con 27 años, salgo de un pueblo, me meto en GH. Salgo y ahora todo el mundo me reconocía. Me paraba en un semáforo y me saludaban de coche a coche. Yo decía, "si esto me pasa a mí, ¿qué sensación tendrá Madonna?". Pero se acaba. De todo esto hace mucho tiempo y en estos años una persona tiene que vivir. Me podría haber operado el pecho y hacerme la reasignación de sexo en Barcelona pero si me lo hago todo, ¿de qué vivo?
Pero su vida después de GH ha dado muchas vueltas. De los platós dio el salto al porno. ¿Cómo acabó ahí?
Me lo ofrecieron antes de GH pero la escena era de 'sado' y me tenían que pegar. No acepté porque imagínate, si me dan una hostia, yo la devuelvo y aquello habría sido una película de combate de sumos. No quise, para la intimidad soy muy chapada a la antigua aunque parezca que no. Al salir de la casa se me involucró con la prostitución. Yo jamás he ejercido la prostitución. De ahí surgió un poco el atractivo por hacer porno, que me lo comentó un amigo actor porno gay, Aday Traun, y yo me vi sin dinero y desesperada. Entonces acepté. Total, que un día me vi grabando Cámbiame y a los dos días grabando con una escena porno con Tony Aguilera. Económicamente era, o eso o meterme a puta.
¿Económicamente? ¿Tan bien pagado está?
Qué va. Lo máximo que cobré fueron 500 euros, aunque eso ya era entre viaje, hotel y la escena. Pero la productora era de amigos. Son un encanto y siempre me han tratado genial.
Hizo dos escenas. Una con Tony Aguilera y otra con Isaac Roffe, ambos exnovios de Falete...
Sí, Falete (40) y yo hemos compartido dos amores. Lo que me falta es quedar con él con una tarde y tomar café. Pero vamos, que si tengo darle el punto de vista de cómo folla Isaac... Qué horror. Tony es un buen amante, se le ve muy bruto pero es mucho mejor trabajando. Con Isaac hubo algo más, algo casi amoroso, hubo feeling al principio pero después no supo resolver bien la escena. Estuvimos tres días para grabarla. Isaac no era capaz. No se despertaba a su hora, no tenía fuerzas ni para abrir el condón. Ni dándole viagra funcionaba. Desde aquello no nos hemos vuelto a hablar.
¿Por qué no siguió?
Por mi forma de ser tan espontánea, siempre han dicho que voy puesta. Jamás me he metido una raya de coca. A mí me da miedo, desde que era adolescente he estado en fiestas, en El Rocío, he visto de todo y jamás he consumido. Me da miedo tener una dependencia. No juego ni a las cartas. Y en los festivales porno he visto cada cosa... Me terminó desencantando porque había mucha droga y mucho exceso. Se aprovechan de tu imagen, son alacranes.
¿Qué planes tiene ahora?
El matrimonio con el que vivo y yo vamos a abrir un bar. Puede estar muy bien a nivel turístico porque estamos en una parte de la meseta de León y viene mucho cazador. De eso viviremos los tres hasta que ahorre para irme a Madrid. También estoy inmersa en escribir. Me gusta. Un escritor escribe mejor cuando siente que necesita desahogar sus sentimientos... La editorial Leibros apostó por mí y hay algunas cositas que están por publicarse. Lo primero, un libro que se llama Reflexiones al alma. Tengo mi biografía escrita pero hay demasiada gente de la tele y nombres de políticos. No puedo dar tantos nombres. No tengo grandes aspiraciones como escritora pero si a mí me da de comer el tema de la 'escritura', pues mira.
¿Con qué sueña Desy?
Con ver publicado mi libro en el que reflexiono sobre política, el colectivo LGTBI, el amor, la sociedad... Otro de mis sueños es volver a Madrid, trabajar en televisión... Ahora soy más madura, tengo 32 años. Estoy más tranquila y me encantaría entrar en GH VIP.
Una de sus últimas publicaciones era que se estaba enamorando y que tenía miedo...
Al salir de la casa empecé una relación con un chico que yo ya conocía de antes. Nos ilusionados, nos comprometimos. Él es muy apasionado y yo más todavía. La pasión en la cama muy bien pero cuando la pasión pasa a una discusión aquello era un cóctel molotov. Teníamos 28 años, dos personas a cual más pasional: o nos separábamos o nos matábamos. Ahora, más maduros, hemos retomado la relación y estamos ahí. Estuvimos catorce meses conociéndonos y después comprometidos y conviviendo juntos cuatro meses. Ahora con esto de la desaparición nos hemos unido un poco más, estaba muy preocupado, su familia también... Siempre he tenido contacto con ellos, y siempre que lo veía con una chavala me ponía celosa. Y viceversa. Todavía no he dicho a mis amigos que estoy otra vez con él porque es reincidir y se me van a echar encima.
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