Hace justo una semana Ana Obregón (65 años) experimentó el golpe más duro de su vida. Su único hijo, Álex Lequio, fallecía en la clínica Quirón de Barcelona tras dos años luchando contra el cáncer. Este adiós del joven dejaba a la actriz devastada y sin fuerzas siquiera para hacer públicas más de cuatro palabras: "Se apagó mi vida", el primer mensaje de una madre desolada que fue testigo principal de la batalla de su valiente hijo.
Siete días después de despedirse del amor de su vida, del dolor sentido en su entierro el pasado sábado y sin poder hacer frente a su vacío, la actriz no para de recibir visitas de Alessandro Lequio (59) en su casa de La Moraleja. El colaborador de El programa de Ana Rosa permanece muy atento al estado de ánimo de la intérprete, y siempre vestido con su inseparable camiseta azul, la favorita de Álex.
Tras esas cuatro palabras que solo fue capaz de 'emitir' Ana Obregón en referencia a la muerte de su hijo, la actriz ha permanecido en silencio y sin actividad en las redes sociales en estos días tan duros.
Sin embargo, al cumplirse una semana de duelo, la bióloga ha 'reaparecido' en su Instagram de forma sutil pero contundente. Ana ha modificado su biografía en la citada red social para dejar claro qué es lo más importante de su vida. Lo que siempre se ha podido leer en su perfil de Instagram era una frase muy suya: "La vida es lo que ocurre entre una putadita y la siguiente". En ese mismo apartado también presentaba un enlace a la marca de cosméticos con la que colabora. Pero ahora todo eso ha desaparecido.
Desde este 20 de mayo de 2020, lo único que puede leerse en la biografía de Ana en las redes es "Mamá de Aless". Y junto a estas tiernas y reales palabras añade un emoticono de un corazón roto.
Con este gesto, la actriz quiere dejar claro cuál ha sido y es la faceta más importante de su vida. Ya lo contaba ella misma hace años en televisión: "Álex es mi vida. Cuando le vi por primera vez, cuando nació entendí qué hacía yo en el mundo. Era la pregunta que más me había hecho en mi vida, por qué estoy aquí y qué significado tiene vivir, y cuando le vi lo entendí".
Ana ha esperado a que se cumpliera la semana de luto para homenajear de la mejor manera posible al hombre que más ha querido -y quiere- y con el que ha vivido 27 años y 11 meses de amor incondicional. Porque si algo ha demostrado la intérprete durante estos años es la fortaleza de su maternidad, que siempre impuso por encima de su propia carrera artística y por encima de sí misma como persona. Su hijo lo era todo, se admiraban mutuamente y aprendían juntos día a día.
Tras el adiós del joven empresario, la actriz se refugia en Alessandro Lequio y en sus hermanos. Estos últimos viven en la misma parcela de terreno que Ana por lo que su apoyo y vínculo está más presente que nunca después del profundo vacío que ha dejado Álex. Ahora la artista tiene que hacer frente al papel más duro de su vida, pero como siempre ha hecho, saldrá adelante aplicando, además, la estela optimista que le enseñó su hijo.
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