Alba Santana (37 años) está viviendo, sin duda, uno de los momentos más complicados y tristes de su vida. Desde que el pasado 23 de junio falleciese su madre, Mila Ximénez, a los 69 años tras 12 meses luchando contra un cáncer de pulmón, la única hija de la colaboradora de televisión se encuentra sumida, como es lógico, en una profunda pena.
Sus más allegados están intentando por todos los medios arropar a Alba y paliar en la medida de lo posible su soledad y melancolía. Un gran apoyo para ella está siendo su hermana Beatriz (56), fruto del matrimonio de Manolo Santana (83) y Fernanda Dopeso.
Incluso la que fuera mujer del tenista durante casi 20 años está mostrando todo su cariño a Alba. Ambas, madre e hija, estuvieron muy pendientes durante la enfermedad de la periodista y después se las pudo ver en el tanatorio de la M-30, donde fueron velados los restos mortales de Mila, para darle su pésame a la familia.
Alba y Beatriz siempre han mantenido una relación muy estrecha a pesar de vivir en ciudades diferentes. Y han sido frecuentes las veces que han quedado a comer cada vez que Alba volaba de Ámsterdam, ciudad en la que vive con su marido y sus dos hijos, a Madrid. De hecho, antes de su partida a los Países Bajos, las hermanas y la primera mujer de Santana han quedado para almorzar.
Así lo atestiguan las imágenes a las que ha tenido acceso JALEOS en exclusiva en las que se puede ver a las hermanas por parte de padre comiendo en una terraza del centro de la capital española justo después de fallecer Mila Ximénez. Junto a ellas, están su hermano, Manuel Santana, y la madre de éste, Fernanda.
Los cuatro comparten confidencias y en un momento de la conversación Alba se rompe seguro al recordar a su madre, a la que estaba tan unida. Quienes tampoco han dejado sola ni un momento a la hija de Mila Ximénez han sido sus tíos por parte de madre. Manolo, Encarni y Conchi han estado con Alba los días más complicados de la enfermedad de la colaboradora de Sálvame.
Unidos, más que nunca, todos convivieron en el piso que Mila tenía en alquiler en la calle Padre Damián para estar con ella hasta el último momento. Incluso después del fallecimiento, Manolo sigue colaborando con todo lo que puede y hace unos días se le podía ver organizar los camiones de mudanza con las pertenencias de su hermana.
Compañeros de profesión, amigos e incluso personas anónimas llenaron las redes sociales de mensajes de cariño y de ánimo tras la noticia de la muerte de Mila Ximénez. Emocionada, Alba quiso agradecer todas esas muestras recibidas antes de dar el último adiós en el cementerio de La Almudena donde su cuerpo fue incinerado: "muy acompañada" en estos durísimos momentos: "No me quita la pena, pero me siento acompañada, incluso por el dolor de gente que ni siquiera la conocía".
Alba ya se encuentra en Ámsterdam para intentar continuar con su vida y las cenizas de Mila han viajado con ella para estar siempre al lado de su hija como era el deseo de la periodista.
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