La fiscal pide cuatro años de prisión para la extenista Arantxa Sánchez Vicario (47 años), así como para su exmarido Josep Santacana, por urdir un plan para descapitalizar su patrimonio con el que evitar el pago de una deuda a un banco de Luxemburgo y con el "ánimo de un enriquecimiento ilícito". En su escrito de acusación, el ministerio público acusa a ambos de un delito de alzamiento de bienes o de insolvencia punible y les reclama 8.640 euros de multa.
El Banco de Luxemburgo pidió en 2018 a la titular del juzgado de instrucción número 4 de Barcelona que ordenara el ingreso en prisión de la tenista Arantxa Sánchez Vicario y de Santacana, en el marco de la querella que le exige el pago de una deuda de 6,1 millones de euros, alegando que se Vicario se desprendió de su patrimonio "bajo las consignas" de su exmarido. Una deuda que la fiscal solicita se abone en concepto de responsabilidad civil en su escrito de acusación.
El problema tuvo su origen en la deuda de 7,5 millones de euros que la todavía expareja mantiene con la entidad bancaria. Según publicó La Vanguardia, esta era la segunda ampliación de una querella que se presentó en la primavera de 2015 por alzamiento de bienes y fraude de acreedores en el juzgado nº4 de Barcelona.
Pero la historia judicial del matrimonio se remonta hasta 2009, cuando el Tribunal Supremo confirmó la sentencia de la Audiencia Nacional que obligaba a la tenista a pagar una multa total de 5,2 millones de euros (resultado de 3,5 millones más intereses).
Para llevar a cabo el pago, Hacienda pudo cobrar merced a un aval del Banco de Sabadell, una estrategia con la cual la entidad catalana recuperó su dinero gracias a un contraaval suscrito con el banco luxemburgués en el que Arantxa mantuvo parte de su fortuna durante muchos años, época en la que sus intereses los gestionaba el International Management Group (IMG).
A raíz de estos hechos, en abril de 2010 el banco de Luxemburgo cumplió con la garantía bancaria y al mes siguiente procedió a reclamar a la tenista. No obstante, y tras intentarlo varias veces (incluso con un burofax y representantes de la entidad), la tenista aseguró que ni conocía su patrimonio ni podía disponer de él, por lo que les solicitaba más tiempo para poder recabar la información necesaria y ofrecer así una respuesta al banco.
Un tormentoso divorcio
En el plano personal también han tenido que pasar por los tribunales. Esta vez enfrentados, llevaron a los juzgados un tormentoso divorcio que se hizo efectivo en marzo de 2019, en el juzgado de instrucción número 2 de Espluges de Llobregat.
Después de un año de guerra en los tribunales, el matrimonio se disolvió tal y como quería Santacana, quien pedía que la resolución de la batalla judicial tuviese lugar en España y no en Miami como pretendía la tenista.
Este fue un matrimonio que, según contó ella misma posteriormente, apartó a la deportista de su familia: "No me arrepiento de haber dado todo por amor, me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida", señalaba Arantxa a la revista ¡HOLA!, tras conocerse la separación. Afortunadamente, la deportista confirmaba el lado positivo de todo esto: su familia la acogió con los brazos abiertos: No hicieron falta muchas palabras, yo sentía que siempre podía contar con mi familia y he pedido perdón a quienes se lo tenía que pedir", explicó.
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