Inesperado varapalo para Joaquín Sabina (73 años). El cantante está obligado a pagar a Hacienda 2,5 millones de euros después de que la Audiencia Nacional haya rechazado su recurso contra una liquidación correspondiente a esa cantidad en concepto del IRPF de los años 2008, 2009 y 2010 por sus derechos de autor, cedidos a empresas familiares.
Sabina ya había reclamado por la vía administrativa ante el Tribunal Económico-Administrativo, y ahora han sido los magistrados de la Audiencia Nacional quienes han dado la razón a la Agencia Tributaria en su pugna con el artista por no haber tributado correctamente sus derechos de autor durante varios años.
Junto a algunos familiares, Sabina era socio o administrador de tres empresas: Ultramarinos Finos, Relatores y El Pan de Mis Niñas, con las que gestionaba sus derechos de autor, inmuebles en Madrid y Rota, un velero y libros antiguos, entre otras propiedades.
Durante los tres años que abarca la inspección de Hacienda, esas tres compañías generaron más de 12 millones de euros en ingresos de explotación, con una relación directa con el cantante para el fisco. Bien sea en forma de cobros de derechos de autor o prestación de algún servicio como realización de galas, royalties, ventas de discos o colaboraciones de prensa.
En su defensa, Sabina alegó que no tenía relación con alguna de esas sociedades, si bien los magistrados de la Audiencia Nacional citan sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que declararon "inverosímil" ese argumento y que determinaron que el cantante tuvo una tributación inferior a la que le correspondía por aplicación del valor normal de mercado.
Este extremo "hubiera determinado un tipo de gravamen superior al del Impuesto sobre Sociedades, y un consiguiente aumento de la renta a imputar" al cantante por el IRPF.
Hacienda, en su liquidación a Sabina, acordó incrementarle la base imponible del IRPF después de que el cantante hubiera pagado menos tributos con sus empresas por el Impuesto de Sociedades. De ahí la obligatoriedad de pagar 2,5 millones de euros por sus derechos de autor. Algo que el cantante consideraba que no tenía que pagar, pero que ahora la Audiencia Nacional ha concluido que sí.
Su gran éxito familiar
Este disgusto con la Agencia Tributaria llega en un momento pleno para el cantante. Fue en junio de 2020 cuando Joaquín Sabina y su esposa decidieron casarse en secreto. El cantante y la mujer que ha compartido su vida durante más de 25 años se dieron el 'sí, quiero' el 29 de junio de 2020 en el Registro Civil de la calle Pradillo, en Madrid.
La ceremonia, de estricto carácter privado, estuvo oficializada por la secretaria del juzgado y también estuvieron presentes tanto Joan Manuel Serrat (78), gran amigo del intérprete, como el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (59).
Ya en 2019, Serrat, gran amigo de la pareja, aseguraba en una entrevista que el cantante le había pedido matrimonio a Jimena, 'hincando rodilla'. Por esa época, Joan Manuel y Sabina departieron en el programa Teleshow durante su gira argentina y con su consabido sentido del humor, el de Úbeda aseguró: "Doblé la cerviz y en verso…". Esa pedida tuvo lugar en el 50 cumpleaños de Jimena. Le dio un anillo para sellar su amor y le entonó un romántico poema.
Atrás quedó su bache de salud
En febrero de 2020, el cantante tuvo que ser operado de un hematoma intercraneal, permaneciendo en la UCI durante seis días. Tras diez días de ingreso recibió el alta hospitalaria. Joaquín estuvo acompañado en todo momento por sus hijas, Rocío y Carmela, quienes no se han separado de su lado desde el ingreso y le han querido acompañar también en su regreso a casa, y por Jimena.
El cantautor fue trasladado al hospital el pasado 12 de febrero después de que un mal paso le hiciese caer del escenario del WiZink Center de Madrid, donde se encontraba en pleno concierto con Serrat.
La caída, desde una distancia de 1,70 metros le provocó "un traumatismo de hombro izquierdo, torácico y craneoencefálico", que le obligó a ser intervenido quirúrgicamente para evacuar un hematoma intracraneal, lo que le mantuvo unos días en observación en la UCI. El 17 de febrero llegaban las primeras buenas noticias al ser trasladado a planta donde permaneció hasta ser dado de alta.
Esta caída en el escenario no fue el primer susto que ha tenido el jienense a nivel de salud. En los últimos años los baches se han acrecentado. En 2018 tuvo que ingresar de nuevo en este centro médico debido a los fuertes dolores que sentía en una pierna y que derivaron en una trombosis venosa aguda.
Pese a que una semana más tarde recibió el alta y se terminó de recuperar en su domicilio, unos meses después se vio obligado a cancelar los cuatro conciertos que tenía agendados de su gira Lo niego todo. En ese momento, el motivo era una disfonía aguda consecuencia de un proceso vírico.
[Más información: Joaquín Sabina se casa en secreto con Jimena Coronado, su pareja desde hace 25 años]