Paquito, hijo de Paco Arévalo, junto a su hermana Nuria en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Paquito, hijo de Paco Arévalo, junto a su hermana Nuria en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Famosos ENTREVISTA

Hablamos con el hijo de Paco Arévalo: "Hay muy pocos casos como el síndrome de Nuria. Es feliz en su mundo"

EL ESPAÑOL entrevista al vástago del mítico humorista, quien aborda cómo era su padre, el legado que les dejó y la enfermedad de su hermana.

25 marzo, 2024 01:11

Paquito Arévalo (50 años), el hijo del admirado y querido cómico Paco Arévalo, no puede recordar la figura de su progenitor sin romperse a llorar, sin que su voz se quiebre al otro lado de la línea del teléfono. Demasiado dolor y poco tiempo transcurrido desde el fallecimiento para gestionarlo. 

EL ESPAÑOL ha contactado con él para honrar la memoria de su padre, fallecido el pasado mes de enero, conocer cuál ha sido el legado que dejó Francisco Rodríguez Iglesias a su familia y cómo es la vida sin su vasta y notable presencia. Paquito carga sobre sus hombros con mucha responsabilidad -aunque no emite ni una sola queja-. 

Se muestra fuerte para sostener a los suyos, pero a veces el dolor le vence. Su fortaleza, sobre todo, tiene que ver con el cuidado de su hermana Nuria, aquejada de Síndrome de Williams. "Son 24 horas del día cuidándola. Lo hago encantado: ojalá me dé Dios salud para que pueda hacerlo muchos años más", asegura Paquito, emocionado.

[El homenaje a Paco Arévalo que se organizará en Valencia después de las Fallas y una misa truncada en Madrid]

Paquito junto a su hermana Nuria en una fotografía facilitada a EL ESPAÑOL.

Paquito junto a su hermana Nuria en una fotografía facilitada a EL ESPAÑOL.

Habla con el mismo orgullo que dolor de su padre; desde que se fue nada volvió a ser igual. Sostiene Paco hijo que duerme en la misma habitación que su padre, porque eso le da tranquilidad y paz. Sentirlo cerca calma su desconsuelo. La pena, en cambio, vive pegada a él y no se irá nunca. 

Paquito, ¿cómo está? 

Pues estoy a ratos. Notando mucho su ausencia y echándole mucho de menos. Por otro lado, tengo que estar fuerte para estar con Nuria. Porque ella es muy sensible por su enfermedad, lo siente todo mucho más. Necesita mucho apoyo. Estamos llevándolo como buenamente podemos. 

Hay padres y padres... pero el suyo fue especial

¿Sabes lo que pasa? Ha sido tan grande como padre, como persona, como amigo... Ha sido tan, tan grande que se nota muchísimo la ausencia. Es muy difícil de suplir. Lo ha sido todo. 

Usted probó, de muy joven, suerte como actor gracias a él.

Yo he hecho una obra de teatro con Juan José Alonso Millán, como director. Con Marisol Ayuso (80), Vania Millán (46), Máximo Valverde (79), Carlos Pumares. Además, he hecho televisión, he hecho series... 

Paquito junto a su padre, Paco Arévalo, en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Paquito junto a su padre, Paco Arévalo, en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Su padre le trasladó la pasión por la interpretación...

Yo desde muy pequeño siempre lo imitaba a él. Yo soy el único que hace a mi padre en el personaje de gangoso. Te lo puedo hacer ahora mismo si quieres. Toda la vida lo he imitado, desde muy pequeño. Siempre he ido con él y he trabajado a su lado durante más de 20 años. He hecho también series de televisión con él. También he trabajado de cómico solo. Pero llegó un momento en mi vida en que dejé esa faceta de mi vida a un lado. Me dediqué a otras cosas. 

Cuando fallece un padre como el de usted, con su alcance, ¿hay teléfonos que dejan de sonar?

Claro, pero yo ya eso lo sabía desde hace tiempo. Tengo ya 50 años... A mí ya no me sorprenden las cosas. Mi hermana me pregunta mucho y yo le digo 'mira, Nuri, esto ya ha cambiado. Antes tenías a papá y con papá todo el mundo está para la foto'. Luego, cuando él ya no está, de la misma manera que han estado, dejan de estar. Es ley de vida, pasa siempre. 

Es muy importante su actitud y cómo encaja esto.

Hombre, es que a mí me importa la gente que me quiere. Si la gente que me quiere me abandona, entonces me preocuparía. Los de la foto no me preocupan: sabía lo que iba a pasar. 

Y su padre tuvo a mucha gente alrededor para la foto, en sus últimos años... 

Muchísimo. Era un hombre muy generoso. Yo no he conocido a una persona más generosa en la vida. (Se rompe y llora al otro lado de la línea). Fíjate, te estoy hablando de él... y no puedo. Me entra la congoja y se me ponen los pelos de punta. Duermo en su habitación desde el primer día que pasó esto. He dejado de dormir en la mía desde que murió. Me transmite buenas energías. 

¿Le da paz sentirlo cerca?

Muchísima paz y muchísima tranquilidad. Yo pedí la fe hace muchísimo tiempo con lo de mi hermano, pues desde que me ha pasado esto con mi padre todas las noches le rezo. Todas. No sé, me encuentro a gusto. Me da fuerza, no sé cómo explicártelo. Me hace bien. 

Desde que murió su padre, usted es, como se suele decir, el hombre de la casa, pero también tiene sus debilidades

Tengo que estar fuerte. Nuria necesita muchísima atención. Tengo que estar con todos mis cinco sentidos puestos en ella. Mi vida ha cambiado mucho en muy poco tiempo, no te puedes imaginar. La única preocupación que tengo es mi hermana y es lo que único por lo que me desvivo. Nuria nunca está sola, está conmigo o con mi hija.

Paco Arévalo junto a su hija Nuria en una fotografía antigua publicada en las redes sociales del cómico.

Paco Arévalo junto a su hija Nuria en una fotografía antigua publicada en las redes sociales del cómico.

 

¿Cuándo ingresa Nuria en el centro de día?

Me tienen que dar la resolución. Puede ser mayo o incluso antes. Lo que no sé es la fecha. Todo eso lleva un trámite complicado. Yo he llamado, he preguntado, he insistido... Me dijeron que por mucho que yo meta prisa, esto va por su camino. Es una espera larga y tediosa incluso, pero esto es así. 

En el día a día, ¿qué hace Nuria? ¿Estudia?

No, mira. Ella vive en su mundo. Es una enfermedad complicada. En España hay pocos casos, uno o dos más. Ella tiene un síndrome que es más frecuente en Estados Unidos. Ella es feliz con su YouTube. Es feliz con poquito también. Se da paseos por el barrio y tengo que ir yo detrás sin que ella lo sepa... a escondidas. A ella le gusta la libertad, pero yo tengo que estar pendiente. Que hay gente muy mala. 

Le dedica todo su tiempo... 

Aparte de eso, tengo que ducharla, vestirla, cambiarla... Son 24 horas del día. Ella no puede hacerlo sola. Lo hago encantado: ojalá me dé Dios salud para que pueda hacerlo muchos años más. 

Su hija Ana ha publicado una fotografía junto a su abuelo, en las Fallas del año pasado. ¿Arévalo era un enamorado de la fiesta? 

Sí, sí, le encantaban. Nosotros vivimos, además, en una zona donde la Falla es de mucha tradición, aquí en Valencia. Mi hija el año pasado se vistió de fallera y fue a la ofrenda y todo. Era su gran ilusión: ver a su nieta vestida de fallera, y el año pasado lo consiguió. (Se le rompe la voz de nuevo). 

Paquito Arévalo, a las puertas del tanatorio, el día que murió su padre.

Paquito Arévalo, a las puertas del tanatorio, el día que murió su padre. Gtres

¿De qué murió su padre? No fue un hombre que tuviera una enfermedad reconocida.

Él estaba con bastante sobrepeso. Tenía las vértebras y la columna bastante perjudicadas. Y las rodillas también. Él tenía muchos problemas de movilidad. Le daba miedo operarse por la edad que tenía. Él, por todo lo demás, estaba bien. 

Un amigo suyo dijo a EL ESPAÑOL que lo único que le hubiera activado del todo hubiera sido trabajar y que su teléfono sonara... 

Un artista como mi padre, que ha vivido para su profesión y su trabajo, un artista de esa envergadura, cuando deja de trabajar le quitas media vida. Si hubiera estado físicamente bien, habría trabajado durante bastante tiempo más. En los últimos años le costaba, incluso, andar. Él era muy de mímica, y en el escenario se movía mucho. Ya en los últimos años en el teatro lo acusaba muchísimo. 

A su padre el público lo quería mucho y lo paraban sin parar por la calle.

Hombre, por supuesto. Mi padre como artista y como cómico ha sido un maestro. De él han bebido muchos cómicos. Mi padre contaba chistes de todo tipo, hacía monólogos en su época. Todos los artistas le tenían un gran respeto. 

¿Qué opinión le merece esas críticas que aseguran que su padre tenía un humor desfasado? 

A mí las redes sociales me dan igual, ya ni les presto atención. El ser humano se ríe de las desgracias. Mi padre cuando contaba un chiste de gangosos decía 'esto es lo que hace mi hija cuando tiene amígdalas'. Yo no he visto a ningún gangoso afearle a mi padre nada. Las épocas, lógicamente, van cambiando y también el humor, eso es verdad. Me da rabia que pongan a mi padre de homófobo, cuando mi padre adoraba a los gays.

¿Qué homenajes se le van a preparar a su padre?

Con las Fallas ha sido un mal momento, pero se está montando ahora y se ha empezado a mover. Todavía no se sabe la fecha ni nada. En dos o tres semanas ya sabré más cosas. Lo está moviendo todo Tony River, que es un actor de Valencia, muy amigo de la familia. Estoy súper tranquilo y he trabajado mucho con él. Tengo confianza y sé que lo va a hacer muy bien. 

Su padre ganó mucho dinero trabajando. ¿Dejó una buena herencia?

Mi padre ha ganado muchísimo dinero y nos ha hecho vivir de maravilla. Herencias aquí no hay. Aquí hay trabajo y vida, que no nos ha faltado nunca de nada. Lo que nos ha dejado es su forma de ser y su cariño. Ha sido una persona increíble. El dinero viene y va y no da la felicidad. Al final, vamos a acabar todos en el mismo sitio. La vida te da mucho, pero no sabes hasta qué tiempo. Con poco soy feliz. Soy feliz si mi hija y mi hermana están bien y son felices. 

Hemos hablado de su padre, de su hija, del trabajo... ¿Y el amor? ¿Qué lugar ocupa en su corazón?

El amor, para mí, es mi hermana y mi hija. No quiero nada más. Soy un hombre, tengo amigas, claro. Pero lo que no quiero son compromisos. No tengo a nadie. Es que es muy complicado... No me gusta tener una relación seria. Estoy muy tranquilo así. 

Por último, ¿ha podido hablar con Bertín Osborne? Ha estado enfermo, aquejado de Covid persistente

Estamos en contacto, claro. Le llamo casi todas las semanas. Ha estado chungo, sí. Lleva así tiempo. La última vez que lo vi, que vino a mi casa, hará un mes, ya había suspendido dos veces un concierto en Alicante y no lo quería suspender una tercera vez. Vino a casa, estuvo con mi hermana y conmigo. Y recayó otra vez.