Así es Aitor Carlos, el único hijo y gran apoyo de Massiel en su enfermedad: cómo está ella y el duro revés que no ha superado

Fue el pasado viernes, 7 de febrero, cuando se hizo pública una información que atañía a una de las artistas más queridas de España: la cantante Massiel (77 años). En un durísimo vídeo que avanzaba el espacio ¡De Viernes!, la artista reveló que padece cáncer de pulmón. Un mazazo que la intérprete de La, la, la relató con relativa entereza.

"Estoy viva de milagro. Pero viva. Me han pasado muchas cosas, y el sobrevivir ha sido una batalla jodida", avanzó en la suerte de scoop que adelantó el programa. "Empiezo a sentirme muy mal y entonces digo 'estoy muy mal'. Empiezan a hacerme investigaciones y, efectivamente, descubrieron un cáncer de pulmón", agregó. 

"Había que abrir y había que llevarse casi un pulmón. Después viene la quimio, que es lo peor. Entonces... la quimio te deja hecha una mierda y ahí empieza un calvario", remachó su breve explicación. A la espera de que este próximo 14 de febrero la artista se siente en el plató de Mediaset, EL ESPAÑOL ha querido conocer cómo se encuentra en este trance. 

Muere Emilio, el hermano pequeño de Massiel, a los 71 años tras un tiempo "enfermo"

Massiel, en su último acto público, en febrero de 2024. Gtres

Han sido unos meses "terribles", así los define un amigo de Massiel, que se ha convertido en un bastón clave. Más de un año para desterrar. Encontrarse mal, ver que no se pasaba ese malestar, ir al médico, las pruebas y el diagnóstico: un camino aciago en el que Massiel no ha estado sola.

A su lado, su familia y selectos amigos. Puntualizar que la mayoría de sus amistades desconocía que Massiel estuviera enferma. La artista está "intentando ser fuerte" desde que se enteró de la dolencia, desde que se le puso nombre y apellido a lo que le ocurría: cáncer de pulmón. En un primer momento, como es natural, el mazazo fue tremendo: "Ya venía tocada desde lo de su hermano Emilio y el cáncer fue la puntilla. Se juntaron ambas cosas".  

Massiel es una mujer fuerte y resiliente, que ha bregado con otras dolencias y se ha enfrentado a cosas durísimas. La describen a este diario como una "fiera" que no le tiene miedo a nada, ni a la muerte. El desánimo y la desesperanza le duraron poco. Está optimista y siguiendo, a rajatabla, todo lo que le aconsejan los médicos.

Está razonablemente bien, "salvo algunos problemas de respiración", como ella ha reconocido ante la agencia Europa Press. Su rutina apenas si se ha modificado. Sale poco de casa; para pasear a su perro, acudir a alguna comida con amigos y poco más. Hace tiempo que se retiró de la primera línea mediática y está encantada con su vida.

Massiel, en un acto público hace un tiempo. Gtres

EL ESPAÑOL confirma que sigue viviendo en su mismo domicilio, y así quiere seguir estando. Que el cáncer nada le cambie. "Ella siente el cariño de la gente", apunta quien lo sabe. Su único hijo, Aitor Carlos Zayas, es su principal apoyo. También sus dos nietos -los hijos de éste-, "la alegría de la casa".

Aitor Carlos, fruto de la historia de amor de la cantante con el periodista y diputado del PSOE Carlos Zayas, siempre ha vivido en un discretísimo segundo plano, y no ha mostrado interés ninguno por los medios de comunicación. 

Lo definen a EL ESPAÑOL como un hombre "trabajador" y con una "buena posición" a nivel profesional. Nunca ha necesitado de sus apellidos maternos y paternos para abrirse hueco en su profesión. Antes de conocer a Zayas, Massiel probó suerte en el amor con el doctor Luis Recatero. Pasaron por la vicaría, pero el amor sólo les duró cerca de un año. 

Recatero quería que Massiel renunciara a su carrera, en beneficio del hogar conyugal. Y ella dijo no. La artista ha reconocido en más de una ocasión que aquella boda fue el mayor error de su vida, ya que tardó alrededor de una décasa en poder anular ese matrimonio, puesto que en la España de la época -franquista- no existía el divorcio.

Massiel en un acto público en Madrid, en enero de 2022. Gtres

En ese trance, Zayas llegó a la vida de la cantante. El político, tal y como rezaban algunas crónicas, le fue infiel demasiadas veces. "Yo nunca he tenido una pareja abierta. Zayas tenía sus líos, pero yo no", ha admitió Massiel en el espacio Lazos de Sangre. Ambos se conocieron en 1974, y en 1977 llegó a la vida su único hijo, Aitor Carlos. 

El menor nació en Londres para que pudiera llevar el apellido de su padre, y no aparecer así Massiel como madre soltera. Aquella relación duró siete años, hasta 1981. Nunca sellaron su vida ante los ojos de Dios, pero para Massiel el padre de Aitor siempre ejerció como su esposo y fue el hombre más importante de su vida. 

El dolor de Massiel

Junio de 2024. Ese mes, un pesado manto negro cubrió la vida de Massiel, oscureciéndola sin remisión. Nada ha vuelto a ser lo mismo para ella. Emilio Santamaría, su queridísimo hermano -como un hijo para ella-, fallecía a los 71 años tras un tiempo enfermo. Emilio llevaba dos semanas "mal, pero nadie sabía que estaba tan grave".

Massiel quedó tocada, muy mal. Su hermano era alguien a quien estaba muy unida. Su apoyo personal y profesional". Aquella fortaleza que tanto la caracterizó se resquebrajó. Massiel estuvo hasta el final muy pendiente de su hermano, e iba a visitarlo diariamente.

La cantante en el plató de televisión de 'Aquellos maravillosos años', en 2019. Gtres

Lo cierto es que antes del pasado junio el ánimo de Massiel parecía renqueante. En las últimas ocasiones en que ha sido entrevistada en televisión, por ejemplo, en el extinto Sábado Deluxe, Massiel deslizó preocupantes titulares. Llegó a asegurar que deseaba morirse. 

"Yo, encantada de la vida. Si me quedo ciega, que ya soy tuerta, ¿para qué quiero vivir ciega? Si no puedo leer, no puedo ir al teatro, no ir al cine...", reflexionó. Y añadió: "¿Qué quieres que esté pendiente de una persona que me manipule? No quiero depender de nadie. Yo prefiero estar en silla de ruedas antes que estar ciega".

Hay que recordar que Massiel sufre, desde hace años, una afección degenerativa en sus ojos. En 2018, EL ESPAÑOL pudo conocer, a través del entorno más próximo de la artista, que su estado anímico estaba bajo. Sus problemas de visión comenzaron cuando estaba representando Follies en el Teatro Español de Madrid. "Tenía que ir con una bombilla", narró hace un tiempo cuando reveló lo que le ocurría.

Su enfermedad "es una bomba de relojería y no se sabe nunca cómo puede evolucionar". En este tiempo, su acidez y naturalidad a la hora de afrontar este revés ha sido envidiable: "Soy la tuerta más famosa de España después de la Princesa de Éboli. Con el ojo izquierdo solo tengo visión periférica. Si me tapo el ojo derecho, la cara no te la veo, pero podría ir con un bastoncito".