Creo que hay límites que no se han de traspasar en la vida y, sobre todo, que no se deben pasar por alto. Tan culpable es quien los comete como aquel que mira hacia otro lado, y suelta aquello de bah, no lo volverá a hacer, dejémoslo. ¡No, no y no! Este jueves viendo la gala de Supervivientes he sentido una rabia hercúlea ante lo que mi sentido común me dictaba: señores, no hay versiones, no caben matices; Dakota (25 años) ha agredido a Colate Vallejo Nágera (47) en Honduras. Que no me cuenten rollos para no dormir, ¡no seamos cómplices de una agresión, la que sea!
No nos agarremos a términos que no llevan más que a enredar la verdad y, por ende, a camuflarla. Me trae sin cuidado si ella emplea más fuerza de la normal en el empujón, si él le pone un poquito de show a la caída, si los demás concursantes exageran la situación. ¡No, no y no!, repito. Estamos viendo a una chavala fuera de sí, gritando, amenazando con la palabra, escupiendo exabruptos a golpe de manotazo violento. Pido desde este humilde blog que no nos quedemos en la espuma de las olas, que no seamos tan mentecatos como para poner la coma solo en ese empujón. ¿Es que no vemos más allá?
A veces la intención pesa más que la acción. Y este jueves Dakota ha agredido, y con violenta y saña, a Colate, porque yo no me quedo solo en el hecho, sino también en su predisposición. Supervivientes, siento de veras que os excuséis en que es un personaje traído de Hermano Mayor, que ella es así, que cómo la vamos a expulsar. Siento, incluso, que tras la salida de Violeta Mangriñán (24) queráis conservar y mimar a la fuente de mayores conflictos de la isla; a vuestra gallina de los huevos de oro. Vale, pero no. Esto no se debería consentir en ningún programa de televisión.
Después de mi chapa, creo que estaría bien explicar las razones de ese rifirrafe, ¿no? Que me pongo a soltar lastre y no paro. Resulta que Albert es uno de los mejores pescadores de Cayos Cochinos -bueno, matiz, el único que lo intenta, oye. El resto, aquí, que me las traigan dadas- y, claro, como es lógico después de matarse el hombre a pescar, tras salir hecho una pasa, qué mínimo que reclamar, qué sacrilegio, el pez más grande. Lo veo súper entendible y, que me perdonen los entendidos, una de las normas a respetar del concurso desde que existe.
El caso es que Dakota, como un basilisco- mira que es raro en ella, toda meditación y karma hecho carne- explota contra esa política de Albert: "Me estás demostrando que eres un egoísta con lo de 'voy a pescar y me como lo que pesco'". De entrada, eso no es lo que dice él, pero bueno, ella por uvas. El chaval, todo sensatez, rebate, no sin cierta chulería: "Estoy todo el día reventado, ¿y luego no puedo elegir ni el pez? Ve tú y mójate el culo". ¿Alguien atisba un mínimo de insensatez en su argumento? ¡Es de una lógica aplastante! Pues no, Dakota se viene muy arriba y espeta, echando fuego por todos los poros de su piel: "Pues si quieres comida y fuego, te lo haces".
Es en ese momento, cuando Albert va corriendo al fuego para protegerlo, cuando se produce el famoso forcejeo. En esas, Colate aparece en escena y suelta: "Déjanos cocinar, Dakota". SE VE, SE VE, SE VE cómo ella le da un manotazo/empujón -insisto, me da igual el acto, me quedo con la agresión- y Colate cae a la arena. Puede, vale, puede que con una fuerza un tanto impostada, no te digo que no. A favor de él diré que, oye, el no comer te debilita bastante. Lo que es innegable es que el manotazo/empujón está ahí y que en ese instante Albert se revuelve como una fiera contra Dakota: "¡Qué haces, qué haces, qué haces! Le has pegado, ¿por qué le empujas?"
Ella, viendo que se le ha ido un poco de las manos, se atropella como la niña pillada en falta: "¡Pero si me estáis empujando los dos! Le has pegado, dice. Qué fuerte. Se ha tirado solo y todo el mundo lo ha visto". Mi yo sensible reconoce que en ese momento me ha dado cierta ternura ese toro de miura que se encoge tan fácilmente. Total, que después de esto, llega Jorge Javier Vázquez (48) y, en nombre de la organización, decreta: "No se aprecia una agresión violenta de Dakota hacia Colate. Hay un forcejeo entre ambos, previo, durante y posterior a la caída. No se pueden llegar a estos extremos". O lo que es lo mismo: a mi hijo puede que se le vaya la mano, sí, pero tiene buen fondo. ¿Nadie piensa denunciar esto?
Nominados: Colate, Fabio y Dakota
Expulsada de palapa: Mónica Hoyos
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