Madre de Dios, qué noche, qué noche, qué gran noche, señores. Hacía tiempo que no sentía esta bacanal de sentimientos en tan poco lapso de tiempo. Tan pronto sentía pena, que ridículo, que incredulidad, que un alborozo irresistible. Este jueves viendo Gran Hermano VIP en la noche de Halloween me lo he pasado pipa. Como espectador y también como opinionista -qué rara esta palabra-. Salvo miedo -lo siento, pero por ahí no paso; en eso no miento-, he experimentado de todo. Gracias, GH VIP, por esta noche. Y lo digo de verdad, ¡que conste!
Una gala diez de principio a fin en la que, como cajón de sastre, ha hecho hueco a todo tipo de tramas. Tanto, tan vasto ha sido aquello, que cuando me he puesto a escribir no sabía por dónde titular. Lo juro. Y he optado por algo genérico. Por contextualizar y esas cosas, voy a comenzar por el miedo que han pasado los concursantes. Qué noche de Halloween la que han tenido, ese pasillo del terror o como quiera que lo llamen... ¡qué pedazo de curro tiene eso, señores! ¡Qué equipazo se esconde tras las cámaras! Las cosas buenas también hay que decirlas, como debe ser.
Qué risas me he pegado con Noemí Salazar. Para mí, la gran estrella de esta noche. Es única, divertida, ocurrente, rápida, creíble. Lo tiene todo Noemí. Porque cuando te dicen que vas a pasar miedo pueden ocurrir muchas cosas; desde infundirlo hasta que te chotees de lo patético que resulta. Y Noemí ha estado sublime. Cuando se ha puesto a rezar como una posesa ante el primer susto, me dolía el estómago de la risa. Ahí van algunas de sus perlas. Imagínensela con un crucifijo en la mano, ya verán: "Dios mío, guárdame", "Te reprendo en el nombre de Jesús", "Me cago en tus tripas" o "Yo soy hija de Dios, atrás, atrás". Esas han sido solo algunas de sus perlas.
Porque ella, para que lo entiendan, considera este percal de Halloween poco menos que como una blasfemia intolerable, algo extraído "del extranjero" y que no es nuestro. Que solo queremos "hacernos los modernos" cuando deberíamos estar apenados por nuestros difuntos. ¡Cómo somos! ¡Qué sacrilegio! Grande, Noemí. Sigue así y no vuelvas a la zona oscura del ostracismo. ¡Quiero verte más! Bueno, ¿y qué me dicen de Mila Ximénez (67)? Dando el espectáculo que se le pedía. A la altura del problema.
Ojo, diré que en ella lo he pasado un poco mal; se ha notado que estaba sufriendo de verdad. Que le da -vaya frase- pavor el miedo, y que, para colmo, siente aversión por los sitios cerrados. ¿Sí?, pues estarás doblemente encerrada. Esos gemidos casi casi estentóreos, esas súplicas al Súper, a los mosntruos que la acechaban, a la vida en general. Ese tembleque de mano es real, ahí no había nada impostado. Mila no me está gustando en general, y lo sabéis, pero este jueves ha remado a favor de obra, e incluso al final de todo se ha reído de sí misma.
Estoy viendo un cambio, seré así de naíf. Maestro Joao y Adara también me han gustado, pero, lo siento, Antonio David Flores (43) no lo compro. Como dice una internauta, hay algo ahí que no me termina de convencer. Y cuando un concursante no te traspasa -esa expresión va en honor de mi compañera Alba- ni en la risa ni en el llanto y la pena, mal vamos. Por no hablar de que un señor que ha sido Guardia Civil sea tan cagueta... ¡Salvados estamos!
Un montaje y una ruptura en ciernes
Más allá del miedo y el terror, ha habido dos grandes tramas en esta noche: la que han protagonizado Kiko Jiménez (27) y Sofía Suescun (23), y la que viven Adara y su actual pareja, Hugo. Empecemos por los primeros. Me dan sopor, hartazgo, cansancio. Son de esos personajes ya de segunda que los utiliza uno para conciliar el sueño en una gélida noche. Resulta que dejaron lo suyo el pasado martes en directo por los celos de Sofía ante el buen rollo de Kiko con Estela, pareja a su vez de Diego Matamoros. Y ahora, para rizar el rizo, parece ser que Diego va pavoneándose por ahí de haberse liado al tiempo con Sofía. ¿Alguien entiende algo? ¿Hola? Ah, ya... se han dormido. Montaje, ¡¡sucio montaje!!
¡Despierten unos minutos! Esto sí que me tiene atrapado: el sufrimiento real de la pareja de Adara, Hugo. El pobre hombre está viendo cómo su chica en la casa se acerca cada vez más al italiano Gianmarco. ¡E incluso le reconoce a Joao que está sintiendo cosas! Bajo las sábanas se dicen cositas, se sonríen, se deshacen en miradas arrobadas... "Háblame en francés", le pide Adara... y él le bisbisea algo al odío. En el plató, entre lagrimas, Hugo, quien, lejos del rencor, dice que confía en ella, que se merecen una conversación, que la ama... que la necesita. Que es la mujer de sus sueños. Y cuando pide, casi de rodillas, que el programa le conceda unos minutos de conversación con Adara, GH VIP se lo niega... y lo dejan en la cuneta emocional. Ay, el amor; ay, el espectáculo.
Expulsado: Pol Badía
Jefa de la casa: Mila Ximénez
Nominados: Adara, Alba, Joao y Gianmarco
Repescado que continúa en GH VIP: Hugo
[Más información: Y Jorge Javier estalló en GH VIP tras los graves desprecios de Mila y Alba: ¡pagad y largaos!]