Pero, ¿y dónde está Carlos Lozano (57 años)?, como entonó el gran Maestro Joao en Gran Hermano VIP acerca del presentador, Jorge Javier Vázquez (49). Es la gran incógnita que me ocupa y preocupa en los últimos días. Vale, sí, me aburro mucho en casa y me da por tirar de hemeroteca televisiva. El caso de Lozano es un verdadero misterio. Después de su participación en Supervivientes 2019 parecía que iban a lloverle los proyectos a mansalva, que se los iba a quitar a manotazo limpio. Que iba a volver bajo la luz de ese foco abrasador que, efectivamente, lo abrasó.
Pero nada que ver. Pasó esa edición del reality con la que todo parecía que, que estamos a punto de, después del verano tal vez... Y nada. Carlos se quedaba sin programa y sin volver a la tele, su verdadero sueño. Hubo quien me dijo en su momento que Supervivientes 2019 se lo pintaron como ese trampolín perfecto que lo lanzaría de nuevo, y de forma lustrosa, a ese pasillo de las vanidades. Vamos, que se le dijo algo así como 'tú siembra, que ya verás luego'. Pero lo que vino después se quedó únicamente en una fugaz colaboración en el debate de Supervivientes 2020.
Y digo fugaz porque, yo no sé ustedes, pero yo lo he visto más bien poco en los debates de los domingos. Si nos vamos a una agencia de fotografías, esta nos arroja que la última vez que se lo inmortalizó en el plató fue el 8 de marzo. Después de ese día, nada más se supo. Como si a Lozano se lo hubiese tragado la tierra. ¿Dónde estás, querido Carlos? Y sigo con mi investigación. ¡Sus redes! Claro, cómo no había caído. Pero la decepción no tarda en llegarme: en Instagram publicó por última vez el 18 de junio de 2019 (y lo hizo tras su vuelta de Honduras para dar gracias) y en Twitter, ídem.
Ni rastro de él. ¿Cómo es posible? Se me enciende una bombilla y llamo a un amigo mío que de todo sabe y este me pone sobre una pista: la criba de colaboradores que se ha ejecutado en Telecinco por culpa del coronavirus. "Él ha sido uno de los perjudicados", se me hace ver. Lozano ha sido uno de tantos que ha visto cómo el Covid-19 ha jugado con su pan. Mi informante me asegura que no se le dio opción, ni en plató ni desde casa con videollamada: Carlos, ya te llamaremos. Pero el teléfono no ha vuelto a sonar, una vez más.
Ese es tan solo un motivo. Me hablan de otro mucho más potente. A raíz de informarle de que era uno de los damnificados por la pandemia, me permiten tan solo que diga que está molesto, para ser elegantes. Lozano no lo ha pasado nada bien, ni antes ni durante el confinamiento. Otra persona hace ver que "es un hombre tremendamente currante, alguien que entiende el oficio como se hacía antes". Es verdad que hubo una época oscura en su vida, donde se le nubló todo, pero me aseguran que eso ya pasó.
"Ahora está estupendo, muy volcado en su hija Luna y reconciliado con Mónica Hoyos (43)", me deslizan. Una etapa muy estable y bonita a nivel personal que, lamentablemente, contrasta con la profesional. Todavía recuerdo cómo en junio de 2019 este medio pudo conocer la gran ilusión de Carlos, ¡después de ese verano iba a presentar en Mediaset! Decía él en una entrevista que por fin llegaba la recompensa después de tanto esfuerzo. Ese esfuerzo tiene dos nombres: Gran Hermano VIP y Supervivientes 2019. Y otra vez nada.
Mientras escribo estas líneas tengo mis dudas. Ay, no sé. Visito Wikipedia, que dicen que todo lo sabe. Chasco: GH y SV son sus últimos trabajos. Estoy convencido que Carlos Lozano resurgirá de sus cenizas, que levantará el vuelo y todas esas frases hechas y lugares comunes que se suelen decir. Pero lo creo de verdad. Es un tipo muy cualificado, que sabe de televisión y que no ha perdido lo más importante: la ilusión y el olfato. Solo decirle, si está leyendo esto, que se ponga como ejemplo a dos grandes, cada uno a su medida: Alonso Caparrós (49) y María Teresa Campos (78). Porque sí, Carlos, hubo un tiempo en que tú eras como ellos. Jugabas en su misma liga.
[Más información: Carlos Lozano, ¡deja de humillar a las mujeres! Su desafortunado comentario en Supervivientes]
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