A veces los planes no se llevan a cabo cuando se había fijado en un principio. Eso les ha pasado a Eva Ugarte (37 años) y a Miren Ibarguren (40), dos de las protagonistas de Mamá o papá, una comedia cuyo estreno estaba programado para esta Navidad pero que, finalmente, se ha pospuesto para más adelante. Cosas de la pandemia.
A pesar de ese contratiempo, las actrices mantuvieron la palabra y visitaron El Hormiguero este martes 22 de diciembre. Quizás por ello salieron un poco más tensas al plató, tanto que Pablo Motos (55) les preguntó por ello nada más arrancar. "Sí, estamos un poco nerviosas, si no, no vale", expuso Miren Ibarguren, una opinión que compartía la otra invitada: "Hemos hablado que, si no nos ponemos nerviosas, seríamos psicópatas".
Aunque no estrene más tarde de lo esperado, ambas actrices se encargaron de dejar un buen sabor de boca sobre esta comedia. Eva Ugarte expuso la sinopsis: "Son un matrimonio que se llevan estupendamente pero se les acaba el amor y deciden divorciarse. En ese proceso les surge el trabajo de sus vidas y ven que los hijos les estorban, quieren deshacerse de ellos. Tanto Paco León (46), que es mi marido, como yo les tratamos de convencer para que se queden con el otro".
El rodaje ha dado para muchas curiosidades. Una de ellas la ‘sufrió’ en primera persona Eva Ugarte: "El director, Dani de la Orden, decidió en una semana que es mejor que toque los bongos en directo. Tuve que aprender, pero fue algo muy sencillo". Su compañera tampoco se libró de pasar un mal rato: "Me tocó estar en la piscina mucho rato con Paco para esta película, ni nado ni me hundo", bromeó.
Excentricidades
Dejando a un lado momentáneamente Mamá o papá, Pablo Motos se declaró fan de ambas actrices, quizás para crear un punto mayor de complicidad antes de abordar cuestiones más personales. Así, Miren Ibarguren reconoció que tiene cuatro chihuahuas, a los que no tolera que comparen con ratas: "Son perros de la suerte", aseveró antes de dar un detalle escatológico. "En perspectiva, la caca de estos perros son pequeñas, pero si la comparas con la de un humano es como si cagaran una pierna suya. Es terrible".
Por su parte, Eva Ugarte tiene como compañeras a "dos gatitas", que lejos de las creencias habituales "sí hacen caso". Sin embargo, lo que más llamó la atención sobre la actriz madrileña no fue sus mascotas, sino las prácticas deportivas: "Antes hacía muay thai, todo gracias a una compañera de teatro. Me volví loca durante dos años, no pensaba en otra cosa, hasta quería que me dieran papeles en películas de acción. Luego me pasé al yao thai, que sirve para trabajar los tendones y es la base del kung fu", relató ante el asombro de Pablo Motos.
Siguiendo con ese tema, Miren Ibarguren habló del entrenamiento de fuerza y del yoga, aunque confesó que lo de intentar levantar su cuerpo solo lo vislumbra para “el 2025”. Pero, en un giro enrevesado, la donostiarra habló de una de sus pasiones, y no es precisamente agradable: "En Aída ofrecía dinero porque me dejaran reventar granos. Los abordaba en maquillaje, nunca lo he conseguido, pero lo sigo intentando". Si este secreto parecía increíble, Ibarguren dio otra vuelta más de tuerca. "Estoy un poco obsesionada con Nicolas Cage (56). Antes lo estaba con la Reina de Inglaterra, tenía todos su merchandising. Estaba enredando en Internet y me di cuenta de que tenía muchísimo merchandising".
Dicho y hecho. La actriz mostró en directo una mascarilla con diamantes en los dientes, una manita, una funda de cojín con la cara del actor, una camiseta y hasta libros para colorear relacionados con el actor norteamericano. Esto unido a su revelación anterior la llevó a proclamar que "pagaría millones para reventar un grano a Nicolas Cage; trabajaría muchísimo para tener dinero suficiente". Ese seguimiento casi febril por Cage ha tenido premio: "Paco León se fue a rodar con él y me ha traído un cojín firmado".
Las otras anécdotas de la noche llegaron de la mano de la sección de Trancas y Barrancas. A través de ella pudimos conocer que Miren Ibarguren disfruta con otra rareza, los programas de limpieza extrema, una nimiedad comparada con la anécdota que contó su compañera. "A mi madre se le apareció una mujer en la televisión de una casa muy antigua, y eso que ella es muy escéptica, así que si dice que le pasó, la creo. La televisión se puso en blanco y negro, con el pelo corto y le dijo: 'Tranquila, no te va a pasar nada'. La perra se puso a ladrar", relató ante el asombro de los presentes.
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