El primer encuentro entre el Secretario de Estado de Cultura y su contrario, el Secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital, tiene un protagonista inesperado: el vicepresidente de Digital Single Market en la Comisión Europea. Andrus Ansip sentenció su charla en el acto inaugural del encuentro Cultura en Red, con un aviso contundente contra las leyes europeas que impiden el mercado único en el mercado único europeo. Impedir a los usuarios consumir contenido más allá de sus fronteras es un retraso.
“Las leyes de la Unión Europea empujan a la gente a robar, porque no pueden comprar contenidos”, dijo en los encuentros organizados por Bertelsmann para tratar los “desafíos de los medios de comunicación y de la industria cultural ante el nuevo mercado digital único y la reforma del copyright”. Ansip ha mostrado sus desaires con el geoblocking (barreras comerciales artificiales a productos y servicios).
“Sólo el 36% de las personas que quisieron comprar contenidos de otros países pueden hacerlo. ¿Esto tiene que ver con nuestro mercado único? No. Es una discriminación en base a la nacionalidad de los ciudadanos o de su tarjeta de crédito. Esto es impensable en el siglo XXI. Debemos abolir el geobloqueo, porque los ciudadanos estamos dispuestos a pagar para tener acceso a todos los contenidos que deseamos”, ha añadido el responsable.
La revolución digital
“Debería haber una alternativa a las descargas ilegales. Queremos estimular la diversidad cultural, más cultura, y que se pueda transitar por todos los países sin problema”, comenta el vicepresidente. El geoblocking perjudica al consumidor, pero garantiza el beneficio de las empresas, que se niegan a un mercado que libere las IPS de los ordenadores de cada país. Como asegura Ansip, el entorno cultural ha sido alterado, el acceso ha cambiado y el comportamiento de los consumidores también.
“Uno de cada cinco nos dicen que quieren tener acceso a otros contenidos de otros países de Europa”, subraya. Por eso cree que la normativa de los derechos de autor debe cambiar, porque la ley europea se desarrolló cuando arrancó la revolución digital, “pero las demandas del consumidor ya son muy diferentes y las reglas deben reflejar estos nuevos matices”.
Ninguno de los responsables españoles quiso entrar en la compensación a los titulares de los derechos por el uso de su contenido. De hecho, la reforma de la ley del canon digital está varada en la oficina económica de Moncloa y quizá en los próximos días, tal y como ha podido saber este periódico, pueda resolver la disposición transitoria. El retraso que acumula deja fuera de plazo la aprobación del nuevo modelo de compensación de los autores, tal y como ha exigido la Unión Europea al gobierno de Mariano Rajoy.
Cambio de papeles
José María Lassalle -responsable de la eliminación del canon digital, que la UE ha determinado como ilegal- abogó, durante su intervención, por colocar al consumidor como protagonista absoluto de la relación entre operadoras, empresas tecnológicas y autores. En su nuevo cargo en el gobierno, desterrado del Ministerio de Cultura,como protector de los que en la anterior legislatura fueron sus enemigos, mantiene su particular visión de una sociedad digital sin intermediarios. Los 200.000 afectados por los derechos de explotación están en un plano secundario.
No extraña que defienda este papel ahora que es Secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital (protector de los intereses de teleoperadoras y empresas tecnológicas), sorprende que antes, como protector de los creadores, mantuviera el mismo punto de vista. “Nuestros usuarios ya no se conforman con contenidos lineales, quieren acceder en el momento en que ellos elijan y a través del dispositivo que quieran. Internet también ha permitido que no sean espectadores, sino creadores de contenidos”, ha dicho Lassalle.
Los sueños, sueños son
“Los hábitos de los ciudadanos cambian rápidamente, por eso necesitamos las mismas reglas para garantizar la justa competencia y que los derechos de nuestros ciudadanos se cumplen. No deberían notar el efecto de las fronteras dentro de Europa”, abogó antes de lanzar su última proclama, “la cultura en el siglo XXI será digital o no será”.
Por su parte, Fernando Benzo adelantó que a finales de marzo presentará lo que ha dado en llamar el Plan 20 20, con tres líneas de actuación: el mercado único digital, el reparto más justo de los beneficios digitales (creación de un marco jurídico que permita la justicia entre todos los participantes) y la atribución de los derechos a la prensa: “Cada vez hay más contenido libre, y es positivo, pero ha provocado un cierto daño a los editores tradicionales. Hay que compensarles”.
Tampoco evitó hablar de la compensación de los derechos de autor, pero sí dijo que lucharán contra la piratería con la persecución y la concienciación. “Habrá presencia en los centros escolares para concienciar a los chavales contra la piratería, como se hace con el bullying o las drogas. Queremos consolidar una generación antipiratería y que asuman lo que supone las descargas ilegales”, añadió antes de despedirse. “Queremos forjar la alianza entre lo público y lo privado para alcanzar las mismas metas”, dijo. ¿Reforma de Ley de Mecenazgo? Quién sabe, no especificó.