Íñigo Méndez de Vigo se presentó en el Senado con una frase fuerte: “La cultura española, pese al Gobierno, goza de buena salud”. Una provocación digna de un artista y poco usual en un ministro de Educación, Cultura y Deporte de un Ejecutivo que ha llevado a cabo los mayores recortes presupuestarios en ayudas a la industria cultural de la historia de la democracia española. El también portavoz del Gobierno exhala alegría y esperanza con la legislatura de la que se darán a conocer los Presupuestos Generales del Estado este viernes. Hasta recita a Miguel Hernández.
A pesar del ajonjolí con el que se dirige al público el ministro, hay muchos capítulos que están padeciendo un fuerte revés económico desde 2012 hasta 2016: archivos, bibliotecas, conservación y protección del patrimonio histórico y artístico y la promoción del libro. Según el Plan Cultura 2020, presentado por el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, son partidas que dejarán de ser penalizadas en las cuentas de 2017.
Los recortes más abultados ejecutados del PP se presentan en el apartado de la protección del Patrimonio Histórico: en 2012 apoyaron la conservación con 7,5 millones de euros y en 2016 caía hasta 4,4 millones, una pérdida del 41,6 %. En Conservación del Patrimonio ocurre lo mismo: en cinco años el Gobierno de Mariano Rajoy ha rebajado la partida en un 36,7 %. Las disminuciones son mucho más llamativas si se compara con los últimos presupuestos del PSOE, casi el 60 % en cada uno de los dos capítulos.
Objetivo: el tapeo
El ministro ya ha avanzado que para celebrar el año del Patrimonio Cultural, en 2018, presentará el tapeo, los carnavales y la trashumancia a las candidaturas de la Unesco. En su primera intervención en el Congreso de los Diputados expuso su visión cultural del mundo, en la que la restauración y conservación del legado español es casi impecable. A pesar de los azotes contra los presupuestos dedicados al patrimonio, el ministro ha asegurado que es hora de que el turismo de sol y playa sea sustituido por el de nuestro patrimonio.
Para los próximos tres años, Cultura promete la conservación y restauración de bienes culturales, la puesta en marcha de nuevos proyectos e infraestructuras y la rehabilitación y renovación para la modernización y mejora, así como la creación del Centro de Información del Patrimonio Cultural de España. En ningún momento se ha aclarado cuál es la inversión que requieren estas actuaciones.
Las partidas económicas dedicadas a los archivos son las terceras más damnificadas: en 2012 se invirtieron 40,5 millones de euros y cinco años después quedaron en 26,9 millones de euros. Una reducción del 33,5 %. A pesar de ello, el Gobierno asegura que en esta nueva legislatura quiere crear el Archivo Histórico Provincial de Madrid y el Archivo Histórico de la Nobleza (“dotar a este archivo de la misma personalidad jurídica que el resto de los archivos estatales”).
Archivos en derribo
Si miramos el detalle de los recortes de este área encontramos el mayor mordisco en la partida personal en 2011 se invirtieron 14 millones de euros y en 2016, 11,4 millones de euros. En los gastos corrientes se han eliminado casi tres millones de euros de un gobierno a otro. En infraestructuras y equipamientos -a pesar de los planes de creación de nuevos archivos- se han eliminado cinco millones de euros.
Lo más llamativo son las transferencias: las ayudas para la Asociación de Archiveros de España para su formación recibía en 2011, 37.600 euros; en 2016 fueron 10.000 euros. Los Archiveros sin Fronteras para actividades de difusión de los archivos recibían 22.000 euros y ahora reciben 5.000 euros. La más abultada de las ayudas sigue siendo para la conservación y difusión del archivo histórico de la Casa Medina Sidonia: en 2011, 165.000 euros que han quedado en 60.500 euros.
En el campo de la promoción y la cooperación cultural, la situación es mucho más dramática que en el resto de las áreas: un 56,8 % menos de inversión en cinco años. De 24,5 millones de euros pasaron a 10,6 millones de euros. En 2011 contaba con una dedicación de 54,1 millones de euros.
También ha caído la inversión en bibliotecas (un 28,4 % menos), museos (-14,7 %) y promoción del libro (-32,7 %). Sólo crecieron, y de manera casi simbólica, desde 2012 a 2016 el teatro (un 5 % más), el cine (+ 4,8 %) y el teatro (un 18,5 %, la disciplina mejor tratada por el PP).
Muy buena salud
A pesar de estos datos, Méndez de Vigo aseguró en el Senado que “denostar a la cultura creyendo que con eso se daña al Gobierno es injusto y no es real”. “La cultura española goza de muy buena salud. Y los espectáculos están llenos de gente y los responsables políticos debemos contribuir a ello. La cultura ha sustituido al turismo de sol y playa y tenemos una diversidad extraordinaria”, dijo.
El ministro para el que no existe el IVA cultural habló también de la cultura como elemento de bienestar, felicidad, conocimiento, identidad, reflejo de cómo nos vemos a nosotros mismos, como plataforma de reflexión y disfrute. “Una sociedad es más rica y próspera cuanto más fomente a sus artistas, creadores e industrias culturales”, dijo. En cinco años, la desprotección es un hecho, pero quizá estas palabras anuncien un cambio de actitud del PP con la cultura.
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