Los invitados abarrotan el vestíbulo. No cabe un alma. Hoy toca boda. Trinitario Casanova y Manuela Carmena firman el matrimonio para dar a luz un nuevo Edificio España, rehabilitado y convertido en hotel y centro comercial. En el enlace entre los intereses del negociante inmobiliario y la alcaldesa de Madrid no falta ni el monaguillo, ni la autoridad competente que ha permitido el feliz desenlace de una crisis con tintes chinos: Ecologistas en Acción.
En un mes arrancarán las obras, que finalizarán en dos años y medio, gracias a la asociación dedicada a la protección del medio ambiente y al patrimonio histórico artístico. La retirada del recurso contra la demolición del Edificio España admitido a trámite en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, desde 2015, ha resuelto el símbolo de la resistencia contra la especulación del patrimonio.
Nosotros pedimos que se conservaran los elementos tal y como estaban. Eso costó algo más
El viernes pasado, después de cuatro meses de negociación y cinco reuniones con el dueño del edificio y el Ayuntamiento, Ecologistas en Acción eliminaron el recurso contra la modificación del plan aprobado por Ana Botella, que desprotegió el conjunto y lo dejó listo para su derribo. Trinitario, que acudió a la cita vestido de gala, reconoció que con el recurso en marcha no quería saber nada de la remodelación.
Una negociación difícil
Así que el equipo de Carmena, con una herida abierta desde que llegaron al poder hace 20 meses, intercedió para que Ecologistas se olvidara del asunto. Y Ecologistas puso sobre la mesa las condiciones, a saber: volver a la protección original antes de que Botella la rebajara para que Botín pudiera vender el edificio, respetar y mantener los elementos de las plantas bajas. Este fue el punto más complicado del acuerdo, porque el empresario murciano tenía otro proyecto en mente en el que el vestíbulo, por ejemplo, desaparecía tal y como lo conocemos.
“Nosotros pedimos que se conservaran los elementos tal y como estaban. Eso costó algo más”, explica a este periódico Nines Martín, que reconoce que las obras transformarán las plantas bajas, aunque respetarán la gran mayoría de la concepción original. Está firmado y aparece en el plan que debe aprobar en los próximos meses la Comunidad de Madrid. “Trinitario nos ofreció hacer un seguimiento de las obras antes de firmar la retirada del recurso y hoy me lo ha confirmado. Es un empresario atípico, se ha involucrado personalmente en las negociaciones y nos ha tratado con respeto”, cuenta Martín.
Desde Ecologistas aplauden la resistencia que el consistorio ha tenido con la conservación de las fachadas. “Eso ha sido muy importante para desalentar a Wanda”
La responsable de Ecologistas en Acción asegura que el Ayuntamiento no tenía contemplado volver a la protección anterior y deshacer la decisión de Botella, tal y como se lo expresó José Manuel Calvo, Delegado del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible, en una reunión de agosto de 2015. Pero premia la resistencia que el consistorio ha tenido con la conservación de las fachadas. “Eso ha sido muy importante para desalentar a Wanda”, añade. Ante la imposibilidad de vaciar el edificio sin tocar la fachada, el magnate chino se retiró de la jugada.
La palabra hace la unión
Calvo se muestra contento con el final de la polémica: “Tenemos orgullo y satisfacción al presentar el desbloqueo del proyecto. No es el momento de mirar atrás, el consenso alcanzado nos permite lanzar la rehabilitación del Edificio España. Admiramos la batalla de Ecologistas en Acción y lo reconocemos”, explicó sin olvidarse de los funcionarios que han apoyado. En la misma línea, Manuela Carmena dice que “la palabra es lo que nos une”. “Siempre se puede hablar y negociar para avanzar y conseguir lo bueno para todos”, dijo la alcaldesa en clara alusión a las dificultades con el grupo Wanda.
Hemos llegado a un consenso y el proyecto respeta el medio ambiente
Para Trinitario Casanova, presidente del grupo Baraka, dueño del conjunto, “se puede y se debe unir la voluntad de las administraciones, las instituciones y la sociedad para llegar a un acuerdo”. “Hemos llegado a un consenso y el proyecto respeta el medio ambiente”. Quizá se refería al patrimonio artístico en lugar del medio ambiente. “La gente me para por la calle y me comenta lo ilusionados que están con que el edificio se vuelva a abrir”. La remodelación del edificio coincidirá con la de la Plaza.