El niño que sobrevivió al Mediterráneo y triunfa en la National Portrait Gallery
El fotógrafo español César Dezfuli gana un premio británico con un trabajo sobre migración en las aguas del Mediterráneo. El retrato de un adolescente maliense superviviente colgará de la National Portrait Gallery de Londres.
21 noviembre, 2017 19:15Amadou tiene 16 años es de Mali y en su fuga en busca del Dorado europeo ha llegado a la National Portrait Gallery de Londres, donde descansan los más insignes sujetos retratados por los más reconocidos artistas. Es la crema de Occidente, el lugar al que sólo acceden los muy europeos, las salas donde se homenajea a los nombres que dibujaron los mapas y la Historia del continente, los que lo blindaron al resto.
Cuando se inauguró el museo hace un siglo y medio, si no estabas muerto, no entrabas a formar parte de la colección. En la actualidad, la norma ya no se cumple: Bobby Charlton, la reina Isabel II o su hijo el príncipe Carlos de Inglaterra, cuelgan de las paredes. Amadou también, porque ha sobrevivido a algo más peligroso que la Historia, el mar Mediterráneo.
Un premio histórico
Amadou estará ahí, entre ellos, durante los próximos tres meses, porque es el protagonista de un trabajo fotográfico del periodista español César Dezfuli, que acaba de ganar el premio Taylor Wessing Portrait Prize. El jurado valoró el retrato del migrante maliense, tomado minutos después de su rescate en el Mediterráneo.
Dezfuli estaba ahí, en el barco Iuventa, de la ONG Jugend Rettet, fundada por un ciudadano alemán de 19 años. Compraron el barco gracias al crowdfunding y un año después estaban rescatando lanchas de migrantes. En julio de 2016, el periodista estuvo a bordo tres semanas para contar cómo trabajaban en el barco. “Iba con la idea de intentar hacer un trabajo diferente a los rescates para cambiar la imagen de masas de migrantes llegando a Europa”, comenta el premiado a este periódico. El barco fue confiscado este verano por las autoridades italianas, bajo acusación de “fomentar la inmigración”.
Desnaturalizar el drama
Hubo un rescate fácil, un día sencillo, con los rescatados en buena salud y un buen estado de ánimo. César habló con ellos, les explicó por qué estaba allí, cuál era su propósito y qué necesitaba. Todos accedieron y en dos horas retrató a 118 personas. Dos minutos por retrato. Tomó sus datos (nombre, edad, lugar de nacimiento), siguió su vida en tierra, en Italia, y ha conseguido poner cara a un asunto del que sólo tenemos noticias de cifras deshumanizadas. Desnaturalizadas.
Como el mismo autor explica a este periódico, ha tratado de hacer un reportaje periodístico con tintes documentales. Fiel a la realidad, pero con un tono menos noticioso. Colocó a todos en cubierta, con el horizonte al fondo y repitió la escena y el encuadre. César obtuvo un reconocimiento de 15.000 libras, una exposición de tres meses de la foto en la National Portrait Gallery y rotación por otros museos del Reino Unido. No sabe si la institución británica se quedará con la foto. No lo ha preguntado.
Silencio mediático
Humanización contra la frustración: “Cómo es posible que sigamos hablando de cifras y no de las historias de cada uno de ellos. La gente está dejando de empatizar con el problema porque no le ponemos cara a la realidad migratoria”. Lo más curioso es que esta serie no se llegó a publicar en ningún medio de comunicación, tampoco en EL ESPAÑOL.
“Lo mandaba y los medios me decían que no había espacio para publicar más temas de migración. Ahora, los mismos que me rechazaron, dan cobertura al reportaje gracias al premio. Los propios medios están dejando de entender la importancia de esta ruta migratoria y de lo importante que es que Europa tome medidas de urgencia. Los medios no quieren profundizar ni hacer análisis, prefieren no saturar a sus lectores”, cuenta el periodista mientras ultima su intervención en el Parlamento Europeo este jueves. Presentará a los eurodiputados una petición para que se investigue la migración de la ruta libia y la financiación europea.
Su compromiso es no olvidar. “Un periodista debe entender muy bien lo que trata, ese es su mejor compromiso”, explica César, de 26 años. Es freelance desde hace dos años y le salen las cuentas. “Investigo en profundidad antes de desplazarme a los lugares. Lo puedo hacer porque soy freelance, porque puedo elegir los temas en los que trabajo y dedicarles el tiempo que quiera”. La libertad hace cumbre en Europa.