El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles -por una amplia mayoría de 438 votos a favor, 226 en contra y 39 abstenciones- la polémica reforma de las reglas de la UE sobre derechos de autor, cuyo objetivo es adaptarlas al entorno digital. Una reforma que ha provocado un duro enfrentamiento entre los creadores por un lado y los activistas de internet y las grandes plataformas digitales como Google, Facebook o YouTube por otro.
La Eurocámara ha dado su visto bueno a la directiva al segundo intento, tras haberla rechazado el pasado mes de julio. Lobistas de todos los bandos han ejercido una presión sin precedentes sobre los diputados, con miles de correos electrónicos, llamadas e incluso amenazas de muerte. Ahora el texto debe ser acordado con el Consejo de la UE, el órgano donde están representados los Estados miembros. El compromiso final todavía tardará meses.
La principal novedad de la directiva es que refuerza la posición de los titulares de derechos a la hora de negociar y ser remunerados por parte de los gigantes de internet por el uso de sus contenidos. El texto obliga a Google, Facebook o Youtube a supervisar y filtrar los contenidos que los usuarios comparten en ellas. Es decir, debían utilizar medidas eficaces, como tecnologías de detección automática, para garantizar la localización de las obras protegidas.
Una vez localizadas, los gigantes de internet tenían que obtener la autorización de los titulares de los derechos o bien bloquear los contenidos si los creadores no quieren darles la licencia. Si no lo hacen así, la directiva les convierte en responsables de infracciones al derecho de autor. No obstante, las enciclopedias en línea no comerciales como Wikipedia y las plataformas de 'software' libre como GitHub quedaban exentas de esta obligación.
Los creadores ven imprescindible esta reforma para obligar a las tecnológicas a pagar una remuneración justa por los contenidos que ponen a disposición del público a través de sus plataformas. Los críticos sostienen que esta exigencia equivale a una "máquina de censura", que limita la libertad de información y de expresión sin ningún tipo de control judicial y podría acabar incluso con los memes. A Google, esta obligación de filtrar todos los contenidos que suben los usuarios de YouTube le parece excesiva.
Tasa Google
La segunda gran novedad de la reforma es que concede a los editores de prensa el derecho a exigir compensaciones a los agregadores de noticias (como Google News) o a redes sociales como Facebook o Twitter que utilizan extractos de su contenido. La UE sigue así los pasos de España y Alemania, aunque en estos dos casos la denominada 'tasa Google' ha fracasado.
Con este nuevo derecho -que tendrá una validez de 20 años- los editores de prensa podrían aumentar sus ingresos un 10%, según los cálculos de Bruselas. Pero también podrán ceder sus derechos gratis como ha ocurrido en Alemania. En España, el denominado canon de la AEDE (por el acrónimo de la Asociación de Editores de Diarios Españoles) era irrenunciable, lo que llevó a Google News a cerrar su servicio en nuestro país porque se negaba a pagar.
Los críticos con la reforma sostienen que esta 'tasa Google' se convertirá de facto en un impuesto sobre los enlances (linktax). Es decir, impondrá limitaciones a los usuarios para compartir y enlazar contenidos digitales. Google rechaza también pagar por mostrar extractos. Bruselas alega que el nuevo derecho "reconoce el importante papel que los editores de prensa juegan a la hora de invertir y crear contenido periodístico de calidad, que es esencial para el acceso a la información en las sociedades democráticas".