Olympe de Gouges fue la pionera del feminismo en Francia, la autora de los Derechos de la mujer y la ciudadanía que acabó guillotinada en 1793 por sus escritos políticos, los cuales le granjearon una retahíla de enemigos. La cabeza se la cortaron unas semanas más tarde que a la reina destronada María Antonieta y a su marido Luis XVI, a quienes dieron sepultura en el cementerio de la Magdalena.
Sobre su tumba y la de su esposo se levantaría posteriormente, tras la restauración de la monarquía en Francia, un monumento conmemorativo conocido con el nombre de Capilla Expiatoria. Los restos de los reyes franceses serían trasladados, años más tarde, a la Basílica de Saint Denis, en París, la necrópolis de los monarcas.
Pero ha sido precisamente debajo de la Capilla Expiatoria donde unos investigadores acaban de hallar unos huesos que se cree que pertenecen a Olympe de Gouges, cuyo nombre real era Marie Gouze; a Jean du Barry, la amante de Luis XV; y a Carlota Corday, destacado personaje de la Revolución francesa que apuñaló hasta la muerte durante un baño al revolucionario Jean-Paul Marat.
El hallazgo ha estado a cargo de Aymeric Peniguet de Stoutz, el administrador de la capilla, y del científico forense Philippe Charlier. Charlier introdujo una cámara de miniatura en las profundidades de la iglesia y descubrió una cámara escondida que alojaba los huesos.
Los historiadores aseguran, según informa The Times, que es bastante verosímil que esos restos mortales se correspondan con personas asesinadas durante los años posteriores a la Revolución francesa. Sin embargo, el científico forense ha descartado la extracción de los huesos para realizar las pertinentes pruebas de ADN que confirmen su identidad. "Llevaría un montón de tiempo y recursos y sería muy discutible", ha señalado.
El cementerio de la Magdalena, donde hoy en día se encuentra esa Capilla Expiatoria, fue el lugar elegido por los revolucionarios para enterrar a las miles de personas guillotinadas durante el período del terror. Durante años se había creído que los restos de los enterrados en el camposanto habían desaparecido, pero este hallazgo demuestra que fueron inhumados en la cámara secreta subterránea.