Marita Alonso -periodista, guionista y escritora- es necesaria porque nos recuerda que todos somos miserables: que a todos nos duele el pecho con una decepción amorosa, que todos comemos pared, que todos tenemos celos secretos, que todos stalkeamos como posesos el Instagram de nuestro ser deseado -o de nuestro ex-, que todos vemos nuestra autoestima magullada tras una ruptura y que ¡no pasa nada! Era agotador fingirse fuerte siempre. Ahora publica Si echas de menos el principio, vuelve a empezar (Temas de Hoy), un manual ilustrado fresquísimo y desternillante para quitarle hierro al asunto de superar una ruptura amorosa; un librito rebosante de consejos, test, juegos y entretenimientos -entre la autoayuda y la cultura pop-.
Alonso parte de las cinco fases para superar el disgusto -aceptación, ira, promiscuidad, depresión y aceptación- y adereza cada estado con investigaciones sobre el amor, el sexo y el olvido, con guiños satíricos y con anécdotas mágicas que aderezan nuestro imaginario popular. Marita está salvajemente conectada al lado lúdico de la vida, a un desparpajo cicatrizante y a un sarcasmo poderosísimo para enterrar hasta al último de los ex.
¿Conclusiones? Ya te las cuenta ella: "Todo pasa. De todo se sale, hasta del gimnasio. No hay que tener miedo a pasarlo mal y hay que aprender a utilizar el humor como arma, porque el humor es más fuerte que el amor. Si desde niños nos dijeran que nos van a romper el corazón en lugar de hablarnos de príncipes azules, estaríamos preparados para las rupturas y tendríamos las armas suficientes para sobrellevarlas. Y oye, si nunca se enseña a los más jóvenes eso de que les van a dinamitar el corazón, al menos, quizás, me haga rica vendiendo libros, porque éste te enseña a enterrar a tu ex. Metafóricamente, claro. Que no quiero salir en Crímenes Imperfectos como aliada".
¿Qué sabe del amor Marita Alonso?
Que hay muchos tipos de amor y que el romántico es el que queda más bonito en el cine, pero el que más daño hace y el que menos dura. A medida que te vas haciendo mayor, te das cuenta de que aunque es el más divertido y el que funciona como una droga, como una raya, digamos, con el que te vas a querer quedar toda la vida va a ser otro. Va a ser un poco más como la resaca de ese primer amor; y no por ello hay que pensar que es más aburrido, sino que es más tipo compañía, cuidado. Joder, es verdad que dicho así suena un poco a Saber Vivir, pero ya te digo que no está nada mal. Puedes elegir, en cualquier caso: llevar una vida de enlazar amores apasionados y breves que te van a reventar el estómago a mariposas o estar toda la vida con una persona que de verdad te quiere y te respeta. De lo primero se te quitan las ganas, le coges vértigo. Te mareas. Yo que sé: es madurar.
¿Cuánto es lo máximo que puede durar?
Helen Fisher dijo que dos años: se refería al amor químico, a la montaña rusa, y puede que sea cierto. Excepto mi relación de ahora, todas me han durado año y medio, dos años. Y los trabajos. Un trabajo es como un amor (risas). Era muy adicta a este tipo de amor, pero he madurado. No es que uno se conforme, es que se hace más sabio. Entiendes que el amor no es el que nos contaron en las películas y entras en fase Netflix. También depende de ti que siga existiendo la pasión, la emoción, y, aunque no va a ser tan fervorosa como la de los primeros días, va a ser más sincera.
¿Cuántas veces puede uno enamorarse en la vida?
¡Las que tú quieras! Esa mierda que te dicen de “sólo hay dos amores grandes en la vida” o “hay tres”… eso hace que te entre ansiedad y miedo. Llega un momento en el que superas los dos y dices: bueno, y ahora qué. Te van a volver a dejar, esto te va a volver a pasar… si piensas así, acabarás conformándote con lo que tienes. “Jo, ya he cubierto el cupo de amor”. No. También es posible que nunca te enamores.
¿Y del desamor, qué sabes?
Hija, pues muchísimo más. Lo triste de todo esto es que a mí, dejarme, dejarme… no me han dejado nunca, y fíjate que soy una desgraciada en el mundo amoroso. Sin generalizar, pero lo que hacen muchos hombres es dejar que todo esté en un punto tan histéricamente horrible que tengas que ser tú quien dé el paso de dejarlos. Te cosen a cuernos, lo niegan muchísimo tiempo… o te dicen que se van a vivir a Dubai pero no tienen huevos de dejarte. Te lo dejan caer así, para que lo hagas tú. Es muy cómodo, porque cuando dejas a alguien te vas a comer una bronca, o unas lágrimas, o lo que sea. En mi caso siempre han sido ellos los que lo han puesto todo en bandeja para que yo diga “basta ya”, es horrible. Dejarlo sin querer dejarlo… me sentía como Amy Winehouse cuando decía de “rehab” pero no quería, no quería.
Ahora, ¿que qué he aprendido? Que tienes que dejarlo cuando te están haciendo daño. Es una cosa muy importante: dejar a alguien aunque le quieras porque te está destrozando. Es muy difícil de hacer. La primera vez que lo hice lo pasé fatal porque sabía que ese hijo de puta no me quería de verdad nada y que se estaba tirando a toda Malasaña. Pero le eché valor. Y di gracias a la larga. Menos mal que lo hice, si no ahora tendría cien ETS y muchísimas lágrimas.
¿Por qué uno se siente un rastrojo después de una ruptura? ¿Por qué el desamor afecta al centro mismo de nuestra personalidad?
Esto que te voy a decir es muy de abuela, pero “lo primero es la salud”, y, si estás bien de salud, todo lo demás es el puto amor. Cualquier ruptura te destroza, porque somos muy generosos en el amor, sobre todo las mujeres. Nos volcamos mucho. En el libro anterior hablaba de cómo gestionar los ligues y todo esto, pero ahora quería escribir precisamente sobre algo que nos ayude a salir de ese agujero. Si fuéramos tan generosos con el medio ambiente o la pobreza como con el amor no había cambio climático ni hambre en el mundo. El amor es una causa muy poco agradecida.
El otro día pensaba que cómo ningún convenio laboral regula las bajas por desamor. O por enamoramiento máximo, el del principio, el que no te permite hacer nada más.
Yo doy las gracias por ser periodista y no dedicarme a salvar vidas, porque si estuviera en un quirófano sí sería importante que me dieran una baja laboral. No me quiero imaginar la vida de un piloto… una pilota o un pilote… (risas) arrastrando un desamor y tener que ir a trabajar ese día. Es que te hace inepto el dolor. Pero en el amor y en el dolor nos metemos porque queremos.
¿Tú crees? Si nos desbordan.
Desde pequeños, claro. Igual que nos venden lo de “ay, ya encontrarás a tu media naranja”. Yo habría agradecido que de pequeña me dijeran: “Mira, te van a romper el corazón. Te vas a enamorar, te vas a desenamorar, la vida es muy bonita y a veces también muy fea. Te van a joder, y no pasa nada”. Ojalá me lo hubieran dicho. Ojalá nos enseñaran que cuando te ponen los cuernos no te ríes en el momento, pero en algún momento te acabas riendo. Para superar una ruptura es clave el momento en el que te ríes. Siempre que escribo sobre desamor lo hago desde el humor. Hay que reinterpretar esos temas así: la enfermedad, la muerte, etc.
¿Qué hacemos en San Valentín los solteros?
Bueno, es que San Valentín es una ordinariez y una cutrez. Hay que irse de fiesta, tengas pareja o no la tengas. En San Valentín se liga y se folla muchísimo, sobre todo si no tienes pareja. Gente enfadada en plan “ay, no tengo pareja”… pues mira, al final ese día acabas follando. Es un día de celebración de la soltería, a la vez que una cosa capitalista, mainstream. ¿Que qué hay que hacer en San Valentín? Comprarme el libro. Soy Santiago Segura, me vendo a mí misma todo el rato. Beber, leer, y ver películas. Como todos los días del año.
¿Hay alguna diferencia entre cómo superan las rupturas los hombres y cómo las mujeres?
Yo no creo que el desamor sea cosa de hombres o mujeres, todos lo pasamos mal, pero a nosotras nos han enseñado de pequeñas que nuestro objetivo en la vida es el amor y la pareja; y a a ellos no, a ellos les han dicho que lo fundamental es el éxito laboral. La única manera de superar esta mierda es con el feminismo. El feminismo es el que te va a enseñar a vivirlo de otra forma, yo creo, a subvertir lo que nos ha inyectado el cine, la cultura pop y todo esto. Parece que nosotras vivimos nuestras rupturas como Bridget Jones, comiendo helados, llorando y engordando; mientras ellos se van a beber como cerdos. Lo que te quiero decir es que al final todos acabamos en el bar, porque en la vida real, seas hombre, mujer o perro, te vas a superar las cosas al bar. Las cosas se superan bebiendo. Y llorando. Y con amigos.
Pues en el imaginario popular parece que las mujeres quedamos como más traumatizadas después de una relación y que ellos se van de picos pardos enseguida, ¿no? Fiestón, mujeres nuevas y a olvidar.
Sí, pero es mentira. Parece que nosotras sufrimos más porque nosotras lo hablamos y ellos no. Sufrimos igual, pero ellos ¡no hablan! El feminismo es útil para entender que ellos también lo pasan muy mal y que tienen que lidiar con el miedo a expresar sus sentimientos.
Aunque tú en el libro la defines como una afortunada, lo cierto es que aún hay un fuerte estigma en la soltera: el efecto Jennifer Aniston. La “abandonada” de Hollywood. No sucede en los hombres… ellos son “solteros de oro”.
Bueno, tenemos a Drake, que es un pagafantas, el pobre. Pero sí que nos gusta señalar más a la mujer abandonada. ¡Anda que no hay hombres a los que les va como a la mugre! La prensa también es mucho de poner el foco en la mujer herida y pensar que el hombre al momento ya está teniendo sexo por ahí o ya tiene nueva pareja. Pero yo soy la primera que tras una ruptura ha vivido más entre sábanas que entre copas. El problema es cómo nos lo están contando, no lo que realmente hacemos. Ellos también lo pasan fatal, pero nos lo cuentan de otra forma, porque la sociedad no quiere que nosotras estemos follando por ahí: eso nos convertiría en unas guarras. No hay ningún amigo hombre mío al que yo pueda decirle en una ruptura: “Ah, no te preocupes, que lo vas a pasar mejor que yo”.
Canción favorita para superar una ruptura.
A la gente le da por canciones tristes, pero a mí no me gusta regodearme en la mierda, musicalmente hablando. No creo en el masoquismo musical. Hay que ir por las horteradas. Un Ojete Calor entra bien, por ejemplo. Hay que huir de Nacho Vegas.
¿Qué hay de lo de borrar fotos de Instagram para superar el duelo? Antes me parecía bien, pero ahora, pienso: “¿Vamos a borrar cosas que hemos vivido? Hombre, que hemos pasado por ahí”.
Sí, eso lo hacen los famosos y los estudios recomiendan que es buena idea. Yo invito en el libro a la gente a resetear las redes y todo, pero es un poco triste, al final, que nuestras redes sociales siempre nos muestren victoriosos y sonriendo. La gente realmente fuerte e inteligente deja a sus parejas antiguas en sus redes. Además, cuando pasa el tiempo y ya lo has superado, dices “ay pues echo de menos tener fotos de x en mis redes, porque la memoria me empieza a fallar y ya no recuerdo bien ni mi propia vida”. Cuando falle del todo, no sé a dónde me voy a agarrar. Por otra parte, mucha gente quita fotos con sus parejas recientes para dar una señal de “estoy libre”. Lo importante es asumir que todos somos una mierda, aunque las redes sociales nos empujen constantemente a demostrar que somos los mejores.
¿Es recomendable tener sexo enseguida, después de una ruptura, o simplemente nos hace sentir vacíos? Lo que en el libro tú llamas “el sexo tirita”.
No lo creo. Bueno, depende de cada uno, pero yo cuando estoy en la mugre lo primero que hago es intentar ligar. ¿Ayuda? No ayuda, la verdad. Pero si te corres, pues lo pasas mejor que llorando.
¿Cuál es tu ruptura célebre favorita?
Me gusta muchísimo la cara de Nicoke Kidman cuando firma los papeles del divorcio con Tom Cruise, poco se ha hablado de esas fotos maravillosas, pero mi preferida es la de Miley Cyrus, cuando se fue a acostarse con una amiga íntima, aunque ahora esté con un tío. La pillaron liándose con su mejor amiga en un yate… lo que viene a ser decirle al mundo que todos tenemos ese lado bisexual, y que está guay. Quitó etiquetas. La bisexualidad es la clave para que no lo pasemos mal, qué más da si nos acostamos con hombres o con mujeres. Luego Miley lo estropeó mandando un mensaje de mierda que decía algo como que ella ya no necesitaba más coños porque ya tenía un hombre. Nos falló. Nos falló a todos. Una cosa que sí me preocupa es que el mundo de las celebridades nos enseña que el desamor te recuperas muy rápido, y es que esto es mentira. Tú dices: "Hostia, yo llevo llorando mi última ruptura dos años y el viernes esta persona tenía marido y el lunes está con otro que tiene diez yates, ¿por qué?".
¿Es cierto que Instagram y Netflix se están cargando el sexo?
Sí, Instagram, Netflix y todas estas cosas hacen que folles menos. En el momento en el que estás en cierta fase ya… obviamente los primeros meses te apetece más tu pareja que Netflix (si no, tienes un problema), pero después no, prefieres la serie a tu novio. También te digo que no todo va a ser follar, a no ser que seas actriz porno. Nos preocupamos muchísimo del sexo, pero al final ocupa menos tiempo en nuestra vida del que nos gustaría, y tampoco pasa nada. Follar está bien, es gratis, pero hay más cosas: la vida no es estar follando toda al vida.