Decía el dramaturgo y profesor Ignacio Amestoy que "se teme al teatro como se teme a la democracia. Su fin es resolver conflictos a través del diálogo. Si se impone el silencio lo que hay es tiranía. No hay que temer al conflicto si hay diálogo". En tiempos políticos turbulentos, como siempre lo son en el arte de la política, de la mano de Ignasi Vidal se presenta la obra Dignidad.
Un escenario simple, minimalista, que pone el foco en los dos protagonistas que con sus inquietudes llenan la sala. Son dos hombres que comparten unas ideas y aspiran a hacerse con el poder para cambiar las cosas, para dar solución a aquello que no funciona. A través de su partido DD comienzan su andadura política; no tienen un pasado, una herencia manchada por la corrupción o la hipocresía.
Sin embargo, las dinámicas cambian y las deteriora el tiempo. "Una cosa es la realidad que el ciudadano ve en su casa, en la televisión, a través de los filtros a los que se somete la información y otra, bien distinta, es la realidad desconocida en la intimidad de un despacho, aquí convertido en una especie de ring, metáfora de la arena en la que miden sus fuerzas los luchadores, donde estos dos hombres, que han caminado juntos, unidos con el devenir de los años por una sólida amistad, están a punto de destapar: que el poder, sólo por la presumible proximidad a la que se encuentran de él, les está transformando alejándoles peligrosamente", se explica en la sinopsis.
"La política es el contexto en el cual se desarrolla esta historia. Podríamos situarla en el ámbito de otras actividades, pero dentro de la política tiene un alcance mayor, como que nos afecta de manera más directa", comenta Vidal en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL. De hecho, la experiencia le ha dado la razón y ha sido la política lo que tanto ha transmitido allí donde se ha representado Dignidad.
"En Ecuador o en Argentina me preguntaban por qué conocía tan bien la política del lugar", declara a este periódico. Resulta que las relaciones que se dan entre políticos y las forma de proceder son universales. "No me centro en ningún partido concreto ni en ningún caso de corrupción", matiza Vidal.
La obra se ha trasladado ahora al formato Streaming. Debido a la crisis del coronavirus, es una de las apuestas de distintos teatros y directores. "Es una apuesta arriesgada. Se trata de llevar el teatro a un plató de televisión y hacer una función", aclara. No obstante, la cultura debe resistir ante esta pandemia que se está alargando. Ignasi Vidal concluye que, pese a que es evidente que el Gobierno tenga otras preocupaciones, esta crisis "ha sido un desastre absoluto para todas las profesiones y sobre todo para un sector tan débil como el teatro".
*** Dignidad, de Ignasi Vidal, se estrena este martes 2 de junio en Streaming.