Desde que el pasado mes de diciembre se revelaran las eróticas y secretas cartas de Benito Pérez Galdós a su amante Emilia Pardo Bazán, su descubridor vuelve a publicar, de la mano de la Cadena Ser, nuevos datos acerca de esta célebre e histórica relación de artistas.
Guillermo Blázquez, ese librero de la Cuesta de Moyano que atesora verdaderas joyas literarias, vuelve a arrojar luz sobre la intimidad de una pareja que está dando que hablar tanto como en el siglo XIX. Juntos se escribieron numerosas cartas de amor, tanto explícitas como con un componente romántico. "En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre", se dirigía la novelista al amado. "Estoy deseando volver a verte para comerte los pechos", contestaba él.
Tras mostrar al público los detalles de los amantes, la cadena desvela los secretos del viaje que ambos hicieron por una Europa que progresivamente se adentraba en la modernidad. El diario de Galdós recoge cómo empezaron aquel viaje en Liverpool para posteriormente recorrer el norte de Europa, cruzar por Francia y visitar Alemania y Holanda. Mientras demostraban su amor fuera de España, en casa les esperaba la clandestinidad.
Este diario forma parte del archivo que compró Antonio Moreno, un reputado librero de Almería que antes de morir se lo cedió a su sobrina, Adelina Batlles Garrido. Tal y como señala la poseedora del diario a la Ser, viajaron como una pareja de amantes: "Ese fue el principio. A partir de ahí comenzó también una gran influencia literaria mutua".
Plagio consentido
Poco a poco, el escritor que a lo largo de su vida había yacido con tantas mujeres, quiso dar el paso y oficializar una relación con Pardo Bazán. Ella, no obstante, rechazó aquella propuesta. El orgullo de Galdós terminó por derrumbarse cuando la novelista partió para Barcelona en 1888, durante la Exposición Universal, donde se entregó a una noche tórrida con José Lázaro Galdiano.
Arrepentida, o con el propósito de compensar a su amado, Pardo Bazán le mandó el borrador de El sacrificio, una obra de teatro que ella nunca publicó y con la que pretendía animar a Galdós a escribir teatro.
Batlles cuenta que, curiosamente, en 1893 Galdós estrenó La loca de la casa, la cual se representó en el Teatro de la Comedia en Madrid. Ambientada en Barcelona y con una fuerte presencia de la incipiente burguesía catalana, tiene puntos en común con la inédita obra de Emilia Pardo Bazán tanto en la trama como en los personajes.
La relación entre ambos artistas se enfrió con el tiempo -probablemente cuando Lorenza Cobián dio a luz a María, la única hija que Galdós reconocería con sus apellidos o cuando Emilia rechazó cerrar aquella relación que mantenían-. El hecho es que su ajetreado y convulso amor ha revivido gracias los archivos que están viendo la luz. En tan solo un mes se publica el libro que recoge los diarios de Galdós y la obra de teatro El sacrificio, que tanto influyó a Pérez Galdós.