El prestigioso arquitecto Norman Foster le puso un corazón al Muso del Prado hace un año y medio, pero ni el ministro de Hacienda ni el ministro de Cultura le han puesto precio al corazón. Pasan los años y los presupuestos y el proyecto que debe reformar el Salón de Reinos sigue sin compromiso, a pesar de la retórica buenista de Méndez de Vigo: “Es un proyecto ilusionante que dará mayor visibilidad a las colecciones del Prado”, enfatizó el día en que se apuntó el tanto de las buenas noticias.
Era 2016 y aseguró que las obreas empezarían en 2019, coincidiendo con la celebración de los dos siglos de vida del Museo del Prado. Sin embargo, Miguel Falomir, director del mismo, acaba de asegurar a la prensa que, con el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2018 que acaba de presentar el gobierno, “no está garantizado que empiecen las obras del Salón de Reinos a finales de este año”.
Las declaraciones poco esperanzadoras las ha hecho en el marco de la presentación de la nueva exposición de la institución, dedicada a los bocetos de Rubens. El director aclara que la línea de crédito que permitiría el inicio de la obra no está recogida en los presupuestos. Añade que el ligero aumento en la partida destinado al mantenimiento del museo se debe a la subida salarial de los funcionarios. De hecho, de los tres millones de euros de crecimiento, un millón y medio son para los sueldos del personal.
“Un millón de euros es todo lo que se ha asignado en los Presupuestos Generales del Estado al Salón de Reinos”, ha dicho Falomir.
El director aclara a este periódico que el presupuesto de la obra alcanza los 42,5 millones de euros y que Hacienda todavía está a tiempo de negociar la concesión del crédito a devolver. El prado tiene el compromiso de financiar con recursos propios el 25% del coste total de la obra. Ahora hay que esperar a la rectificación de Hacienda, en el trayecto hasta la aprobación de los presupuestos de 2018.
Para el presidente del Patronato, José Pedro Pérez Llorca, que tampoco estaba presente en la presentación de uno de los grandes hitos de este año de su museo, dijo en noviembre de 2016 que había que ser “optimistas”. Quizá se necesite algo más que un “ojalá” para hacer cambiar de opinión al equipo de Cristóbal Montor. La operación “salvar los Reinos” está en sus manos, a golpe de una llamada al sumo pontífice de Moncloa.