Ya no hace falta entrar al Museo del Prado para contemplar los grandes cuadros de Velázquez, El Greco o Rubens. Ante la imperiosa necesidad de cubrir las fachadas del edificio Villanueva con andamios por las obras de restauración, la pinacoteca se ha inventado una suerte de performance al aire libre para convertir el mamotreto de hierros en un escaparate artístico. El Prado, empujado por las circunstancias, se viste con sus mejores lienzos para la celebración de su bicentenario.
Los pinceles precisos y detallistas de Van der Weyden, Ribalta, Veronés, Velázquez, Rubens, El Greco, Ribera, Andrea del Sarto y Alma Tadema se encadenan en 15 lonas que suman más de 11.000 metros cuadrados de PVC microperforado y un total de 5.500 kilos. Pero no se verán las nueve obras completas, sino fragmentos de las telas y del vestuario de sus personajes, los movimientos y la pintura, los craquelados y cambios que provoca el tiempo. El proyecto ha sido diseñado por Mikel Garay, el director artístico del museo, y patrocinado por El Corte Inglés.
"Queríamos alejarnos de lo normal, que hubiera sido reproducir obras singulares del museo, y Mikel ideó vestirlo con pliegues de paños", ha señalado Miguel Falomir, director de la pinacoteca. No se ha optado por reproducir los lienzos completos de los artistas en para conservar el detallismo y no saltar al abstracto ampliándolos de forma tan monumental. Es una "nueva mirada" a la colección que conserva El Prado en su interior, con la que se ha buscado potenciar "calidades, gamas cromáticas, materias y gestualidades que se potenciarán entre sí y que visualmente se integran en la arquitectura".
Las nueve obras que cubrirán las fachadas son: La disputa con los doctores en el Templo, de Veronés; La Coronación de la Virgen, de Velázquez; y La Trinidad, del Greco, decorarán la fachada oeste (puerta de Velázquez). La Virgen con el Niño entre San Mateo y un ángel, de Andrea del Sarto; Magdalena penitente, de Ribera; y La siesta, de Alma Tadema, vestirán la fachada este. El Cristo abrazando a San Bernardo, de Ribalta, engalanará la fachada sur (puerta de Murillo). La entrada norte (puerta de Goya) permanecerá bajo una capa negra hasta el próximo 19 de diciembre, cuando se descubra.
El pasado verano, el Instituto del Patrimonio Cultural de España valoró que los elementos pétreos en el pórtico de Velázquez, con grietas y lesiones, y la fachada Norte del Casón del Buen Retiro, con pérdida de material y carencia de fijaciones, presentaban "grave riesgo" de desprendimiento de diferentes elementos y "peligro" para las personas que se acercasen a estos frontones. El Consejo de Ministros aprobó entonces aportar cuatro millones de euros para las obras de emergencia en este edificio, principalmente para limpieza y restauración. El andamiaje ahora se convierte en una sala de exposiciones más.
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