Un total de 120 músicos -el doble de lo que acoge normalmente el Teatro Real- convertirán sus instrumentos en armas de fuego para convertir al coliseo madrileño en el "abismo de brutalidad" que es la ópera "Die Soldaten", de Bern Zimmermann, una "obra extrema" por su complejidad escénica y musical. Así la han calificado reiteradamente su director musical, Pablo Heras-Casado, y el director de escena, Calixto Bieito, los artífices de esta producción que se estrenará en el Real el próximo 16 de mayo y que tendrá 7 funciones hasta el 3 de junio.
Siete días en los que esta "compleja" partitura subirá a escena a 16 cantantes, 10 actores, bailarines, coro y una orquesta que incluye una banda de jazz y 15 percusionistas; además de utilizar sillas y mesas como percusión, banda magnética o proyecciones y sonidos de guerra. "Es un desafío, el reto más extremo al que un músico se puede enfrentar. Es un acontecimiento histórico presentar en España esta obra fundamental. Todo en esta obra es extremo y forma parte de lo utópico. Para esta ópera Zimmermmann se planteó poner en escena todos los posibles e imposibles", ha dicho Heras-Casado.
Una ópera considerada históricamente "irrepresentable" por su complejidad, exigencia y monumentalidad. Estrenada en Colonia en 1965, "Die Soldaten" parte de la novela del mismo nombre escrita por Jakob Lenz, de donde Zimmermmann utiliza el camino de perdición de su protagonista, Marie, para, en palabras de Bieito, contar como la "brutalidad del ser humano es infinita" y abordar la "infinita" capacidad del hombre para "destruir". Y es que el espectador se enfrentará a una ópera "radical e inabarcable" en la que Marie es convertida en una prostituta indigente tras ser violada por los soldados, una metáfora de la "degeneración moral y ética de la humanidad".
"'Die Soldaten' es una ópera pegada a la actualidad porque aborda como el ser humano es capaz de crear cosas hermosas, pero también tiene la capacidad de la maldad y esto está presente continuamente en la ópera", ha agregado. "Marie es un personaje naif, simple, muy auténtico pero sufre un proceso de degradación y destrucción por toda la sociedad, incluso por la familia, hasta el punto que sufre una violación y es presa del grito de horror de todo el siglo XX, por eso la ópera termina con su grito", ha detallado.
Una trama de dos horas de duración en la que el foso desaparece y la orquesta, según ha descrito Heras-Casado, pasa a situarse en una plataforma dentro del escenario: "Auguro que esta pieza en el futuro formará parte de los repertorios de las grandes compañías operísticas del mundo", ha expresado sobre este montaje de Bieito estrenado en la Ópera de Zúrich en 2013. Un director de escena que, según ha añadido, ha partido de las directrices dejadas por Zimmermmann para colocar a la orquesta en el "centro del escenario" -una suerte de cuartel militar- porque ella es la "protagonista", es la "que tritura a los personajes".
"Los instrumentos son armas de fuego", ha matizado el artista burgalés (Miranda de Ebro, 1963) sobre este montaje en el que durante los ensayos ha intentado no dejarse "arrastrar" por la pieza porque "crea una angustia muy extrema". "Tuve miedo a dejarme llevar por su pesimismo extremo", ha confesado sobre esta puesta escena sobre la que asegura que el público verá "clarísima" la historia creada por el compositor alemán (Colonia, 1918 - Königsdorf, 1970), de cuyo nacimiento se celebran 100 años en 2018.
En el elenco coral de "Die Soldaten" destaca el cuarteto protagonista, formado por la soprano Susanne Elmark (Marie), el barítono Leigh Melrose (Stolzius), el bajo Pavel Daniluk (Wesener) y los tenores Uwe Stickert y Martin Koch, que se turnan en la interpretación de Desportes. Un cuarteto que forma parte de esta partitura cuya complejidad y necesidad ingente de artistas ha hecho que cada vez que se hace una nueva producción se convierta en un acontecimiento artístico.