En el año 1579, el galeón Santo Spirito & Santa Maria di Loreto, el mercante más grande y uno de los más importantes de la época que cubría los intercambios en el Mediterráneo, se hundió en las aguas del norte de Italia. Una tormenta lo empujó contra los acantilados de la costa entre Camogli y Punta Chiappa el 29 de octubre, poco después de partir del puerto de Génova con un cargamento de cañones de bronce, municiones y material para la construcción de otras embarcaciones que debía ser entregado en Nápoles. Los locales lograron salvar a la tripulación y parte de la carga poniendo su vida en peligro: en aquel momento, la peste estaba arrasando Génova.
A principios del siglo XX se descubrieron unos documentos que relataban el naufragio del Santo Spirito, y desde los años 70 los arqueólogos italianos llevan sumergiéndose en las aguas de la zona en su búsqueda. Y puede que al fin hallan descubierto el ansiado tesoro. El pasado mes de febrero, Gabriele Succi y Edoardo Sbaraini, dos profesionales que dirigen un centro de buceo en Portofino, encontraron en las cercanas aguas de Porto Pidocchio un extraordinario pecio de madera. "Estábamos a 50 metros de profundidad y, de repente, un tramo del casco apareció ante nosotros. Nos quedamos sin aliento", explicó el segundo.
Y los arqueólogos subacuáticos italianos creen que esos restos se corresponden con los del legendario mercante, construido en la república marítima de Ragusa —lo que hoy en día es Dubrovnik, Croacia—, y con espacio para una tripulación de 130 marinos. "Las maderas descubiertas parecen del siglo XVI o XVII y sabremos si es el Santo Spirito cuando completemos las dataciones de carbono", ha explicado Alessandra Cabella, responsable de la Superintendencia de Arqueología, en una nota de prensa.
El hallazgo es extraordinario y atípico porque apenas se conservan restos de barcos de la época del Renacimiento y sería el primero identificado con las maderas del casco intactas. Incluyendo el reciente hallazgo, solo cinco de estos navíos han sido localizados en el Mediterráneo, según ha explicado el arqueólogo subacuático Luca Trigona a la prensa local, destacando que la madera no se conserva en aguas saladas a excepción de que esté recubierta por una capa de sedimentos.
El buzo Sbaraini ha señalado que el tamaño de alguna de las maderas alcanza los 50 metros de longitud, el mismo que tenía el Santo Spirito. "Las pistas están todas ahí: es el único barco que conocemos que naufragó en la zona y hemos encontrado piezas de cerámica que nos llevan a aquel período", ha señalado el artífice del descubrimiento, que ya en 2018 realizó con su compañero otro hallazgo sensacional: un barco romano con ánforas de 2.000 años de antigüedad en las costas de Portofino.
Los expertos también creen que van a poder recuperar recipientes de cerámica, monedas, herramientas de navegación o los cinco cañones de bronce que iban destinados al reino de Nápoles en las próximas exploraciones del pecio. "Seguramente sea una mina de información para la historia del comercio en el Mediterráneo", ha señalado Luca Trigona. El arqueólogo subacuático también ha desvelado que será "imposible" sacar el barco del agua: "Lo mejor que podemos hacer es estudiarlo, extraer lo que podamos y cubrirlo de nuevo con arena para preservarlo".