Habitantes de Huéscar (Granada) vestidos como vikingos

Habitantes de Huéscar (Granada) vestidos como vikingos Ayuntamiento de Huéscar

Historia

Por qué Huéscar, un pueblo de Granada, estuvo dos siglos en guerra con Dinamarca

Un documental reconstruye el conflicto que se desarrolló durante 172 años y en el que no hubo ninguna víctima mortal. 

24 mayo, 2021 12:17

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Huéscar, un municipio de algo menos de 8.000 vecinos del norte de la provincia de Granada, inició en 1809 una historia de película al declararle la guerra a Dinamarca, un conflicto bélico sin víctimas que se prolongó por olvidado 172 años.

Para poder entender el origen de este conflicto debemos remontarnos hasta principios del siglo XIX, en plena Guerra Napoleónica. España realizó un envío de más de 3.000 hombres a la península de Jutlandia, con el objetivo de evitar el desembarco de tropas británicas. Este movimiento se suscribía a los acuerdos que la corona de Fernando VII tenía con Francia en ese momento. 

Cuando Napoleón empezó la invasión de la Península Ibérica, rompió a su vez la alianza con España. Las tropas enviadas a Jutlandia fueron desmovilizadas para evitar el generar un conflicto aún mayor en territorio francés, enemigos de España desde el comienzo de la invasión. De esa forma Huéscar decidió de forma simbólica declarar la guerra a Dinamarca.

En 1981, el que era archivero municipal de Huéscar, Vicente González Barberán, descubrió un documento que atestiguaba que el municipio granadino estaba en guerra desde 1808, situación que se solventó con la declaración de Paz con Dinamarca firmada ese mismo año y con el hermanamiento entre Huéscar y Kolding.

El armisticio fue firmado por el embajador danés Mogens Wandel-Peterson y el representante del Estado español, José Antonio de Yturriaga, primo de González Barberán. Tras "arduas negociaciones" se llegó a un acuerdo de paz entre ambas naciones. La relación entre Huéscar y el país danés se mantuvo después del armisticio, con los habituales intercambios de alumnos entre Kolding y Huéscar, así como la colocación de placas en calles en honor a Dinamarca y la ciudad de Kolding. 

Huéscar ha sido estos días escenario del rodaje de un documental que inmortalizará para siempre la guerra entre este pueblo del norte de la provincia de Granada y Dinamarca, un enfrentamiento tan real como atípico pero que pudo convertirse en el escollo para que España entrara a formar parte de la OTAN.

La cinta analiza el conflicto de Huéscar y el país nórdico coincidiendo con el 40 aniversario de una ceremonia con vino y daneses ataviados de vikingos que sirvió para firmar la paz de una guerra sin guerra en la que no hubo que lamentar víctimas aunque sí un "prisionero".

Esta batalla ya resuelta es el argumento del documental The longest war, un proyecto del director Jorge Rivera, que conoció la rocambolesca historia bélica cuando vivía en Dinamarca y que decidió contarla con Jaime Noguera, el guionista de este trabajo.

"Nuestra meta es crear un producto didáctico y entretenido que a la vez venda las bondades de Huéscar en Dinamarca y revitalice las relaciones entre ambas partes", ha explicado en un comunicado Rivera, que quiere que el documental sea un canto a la paz desde la sonrisa y la hermandad y que se estrene este año. Noguera ha destacado los vínculos de Huéscar con Dinamarca y la posibilidad de aprovecharlos con fines turísticos.

Póster del documental 'The Longest War'

Póster del documental 'The Longest War'

La cinta cuenta con la intervención del exministro de Asuntos Exteriores danés Per Stig Møller, la directora del Museo Lolland-Falster, Cecilie Bønnelycke, la alcaldesa de Huéscar Soledad Martínez Román.

También han recogido el testimonio del archivero de Huéscar responsable de dar luz a esta guerra, Antonio Marín Ros, y el de los dos policías jubilados Ángel Molina y Constantino Martínez, captores del único "prisionero" del conflicto, un periodista danés en busca de exclusiva.

A la importancia de Huéscar en la política internacional se le añade otro curioso episodio, el del envío de vino al dirigente estadounidense Ronald Reagan y el ruso Leónidas Breznev, en plena Guerra Fría. El ofrecimiento del vino andaluz pretendía mejorar las relaciones entre ambos bloques y generar un acuerdo de paz