Era un regalo típico para "arios" recién casados. El volumen del führer llegó a convertirse en su día en un objeto típico de los hogares de la Alemania nacionalsocialista, donde se vendieron unos doce millones de copias del Mein Kampf (“Mi Lucha”), la célebre autobiografía de Adolf Hitler.
En los últimos setenta años el estado de Baviera, que ostentaba los derechos de autor ahora caducados, ha evitado publicar el manifiesto del líder nazi, pero el próximo viernes 8 de enero el Instituto para la Historia Contemporánea de Múnich (IFZ, por sus siglas en alemán) presentará su primera reedición, comentada (en España, la editorial Crítica publicará también un libro sobre la autobiografía del líder nazi).
Hay alemanes a quienes sorprende esa actitud de extrema cautela frente al célebre best-seller del führer, especialmente entre los más jóvenes. “¿Ah, pero no se puede comprar ya? Cuando uno vive en un país libre como Alemania ha de ser libre de publicar cualquier opinión y poder leer cualquier libro, aunque la opinión del autor sea asquerosa. Si uno es derechista y tan tonto que piensa como Hitler, allá él, pero uno debe poder pensar lo que sea en un país libre”, dice Fabio, un estudiante de 16 años. A su lado asiente su amiga Pauline, compañera de instituto.
Y es que en la enseñanza obligatoria germana el nazismo lejos de ser un tabú es un episodio de su historia reciente que se estudia en profundidad. Ambos jóvenes forman parte del abundante público que en estas fechas abarrota los soportales de la Kulturkaufhaus Dussmann, un centro comercial especializado en productos culturales del céntrico distrito berlinés de Mitte.
No obstante, la reaparición del texto es ahora un asunto delicado. Al ser contactados para hablar sobre este libro que pronto venderán en sus estanterías, responsables de la Dussmann evitan hacer comentarios. Sólo ofrecen una lacónica respuesta: “Tendremos una copia en nuestras estanterías y lo pediremos si nos lo solicitan los clientes”.
Otros vendedores de libros se ruborizan al oír hablar de la nueva edición del libro de Adolf Hitler. Esto le ocurre a Lisa, que trabaja en Hundt Hammer Stein, una pequeña librería situada a proximidad de la célebre Alexander Platz. “No sabemos muy bien qué hacer ante la publicación de la nueva edición del Mein Kampf, es un libro que no nos gusta por lo que representa”, dice esta empleada de 39 años.
Entusiasma menos aún la próxima reedición del libro a Heike Vasel y Marion Liebhold, responsables de la librería Zur schwankenden Weltkugel, una reputada librería especializada en temas políticos situada en el barrio de Prenzlauer Berg, en el noreste de la capital: “No queremos vender un libro de Hitler, hay una diferencia entre pedirlo si hace falta para algún cliente y presentarlo en escaparate y hacer publicidad del mismo”, señala Liebhold. Ella y Vasel definen a su pequeño comercio como una librería “antifascista”.
En realidad, el Mein Kampf ya puede adquirirse con relativa facilidad. Basta con preguntar entre anticuarios o en algunos puestos de mercadillos de antigüedades. “Si usted lo pide en el mercadillo de los domingos de Ostbahnhof, por ejemplo, puede hacerse fácilmente con un ejemplar por un precio que oscilará entre los 40 y los 100 euros”, asegura un empresario dedicado a las antigüedades que prefiere mantenerse en el anonimato por no querer ser relacionado con el manifiesto nazi.
Temor entre algunos judíos alemanes
Las reticencias de algunos libreros para hablar de si venderán o no el Mein Kampf están más que justificadas. El libro puede convertirse fácilmente en una herramienta para incitar al odio. “Desde un punto de vista de los derechos del autor, se puede volver a publicar el libro, pero desde un punto de vista del Código Penal, sólo puede hacerse bajo ciertas condiciones”, señala un portavoz de la asociación alemana de editores y vendedores de libros. Así, la publicación está permitida cuando, por ejemplo, “tiene como objetivo la educación cívica, científica, la investigación o la enseñanza”.
Precisamente fines pedagógicos han perseguido en el IFZ de Múnich. Allí, un grupo de cinco investigadores de dicha institución liderado por el historiador Christian Hartmann se ha esmerado en preparar una edición comentada del libro del führer con cerca de 3.500 anotaciones críticas. Su versión tendrá unas 2.000 páginas y aparecerá en dos volúmenes con un precio que rondará los 60 euros. Hitler, Mein Kampf. Eine kritische Edition será el título de esta “edición crítica”.
Hay quien ha alertado del “gran peligro de que el Mein Kampf vaya a circular más en el mercado tras expirar los derechos del autor”, según Josef Schuster, presidente del Consejo Central Judío de Alemania, institución que no se opone a la edición del libro del IFZ. Otros, como el rabino ortodoxo de Berlín Yehuda Teichtal, consideran que los “riesgos” de la publicación son “mayores a los beneficios” que ésta ofrece.
También inquieta a algunos miembros de la comunidad hebrea en Alemania que el Mein Kampf pueda ser estudiado en los colegios en 2016, tal y como han propuesto la Asociación Alemana de Maestros y la ministra germana de Justicia, la cristianodemócrata Johanna Wanka. Charlotte Knobloch, presidenta de la comunidad judía de Múnich, se ha manifestado en contra de esta iniciativa, al menos hasta que se deje de hacer caso omiso en las aulas al florecimiento de la vida judía en la Alemania anterior a 1933, año en que Hitler fue nombrado canciller.
Con todo, el mercado editorial alemán no ha esperado a que el IFZ publique su libro para ofrecer lecturas más o menos relacionadas con la autobiografía del líder nazi. En las estanterías de Dussmann, donde se levantan hasta cuatro estanterías para albergar obras sobre el nacionalsocialismo, destacan un par de volúmenes sobre el libro de Hitler. Sven Felix Kellerhoff, redactor jefe del periódico conservador Die Welt, al que entrevistó recientemente EL ESPAÑOL, firma uno de ellos, Mein Kampf: Die Karriere eines deutschen Buches (Ed. Klett-Cotta, 2015) o Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX (Ed. Crítica, 2015) en su versión española.
El editor de esta obra, Christoph Selzer, sostiene que ese volumen “está vendiéndose bien aunque funcionará mejor el año que viene”, cuando aparezca el libro del IFZ. Para él, el objetivo del libro de Kellerhoff, a saber, contar la “historia del Mein Kampf, por qué lo escribió Hitler, qué hizo con el dinero que ganó con él y aportar otras explicaciones sobre el mismo”, es “más interesante que el texto original”. Éste, a su entender, “no tiene interés”.
Frente a las estanterías dedicadas a la Historia de Alemania en la céntrica macrolibrería berlinesa, Andreas, un fontanero e instalador de sistemas de calefacción de 42 años, estima que “la gente aquí ya sabe que ese libro es pura propaganda, un texto para enfermos”. Max, un historiador y responsable en consultoría de 35 años además de ávido lector que está de compras en este centro comercial, agrega que “desde un punto de vista literario el Mein Kampf está escrito fatal porque Hitler era un mal narrador de historias”. Según él, su generación se ha educado en la crítica al III Reich. Por eso no espera que “se vayan a descubrir grandes cosas con la reedición del libro de Hitler”.
Contra la propaganda nazi en tiempos de Pegida
Elke, una desarrolladora de proyectos medioambientales de 58 años muy interesada en adquirir lecturas sobre la memoria histórica alemana para estas navidades, no lo tiene tan claro. “Hitler no era ningún genio, pero se ha formado un mito con él, a través de la propaganda, su puesta en escena y su pose”, sostiene. Por su parte, Bettina, una experta en comunicación de 56 años llega incluso a reconocer que “tiene miedo” cuando piensa en cómo se enfrentará la sociedad alemana a la reedición del texto del tirano.
A Wolfgang, doctorando en Ciencias Políticas de 32 años, y a Simone, politóloga de 28, casi les falta decir que están vacunados contra las ideas del libro de Hitler cuando se les interrumpe en su paseo por los soportales de la Kulturkaufhaus Dussmann para hablar con este diario. “El contenido del Mein Kampf hace reír desde una perspectiva científica, pero mire, ahí está Pegida [el movimiento ultra de los "patriotas europeos contra la islamización de Occidente"] o la violencia contra los hogares de acogida a los refugiados, y teniendo en cuenta eso, el libro ya no hace reír tanto”, dice Simone. “Una persona formada sabe que el contenido del libro no vale para nada, pero, ¿y el que no?”, se pregunta.
El libro que presentará la semana que viene el IFZ aspira justamente a formar al gran público, aunque su primera edición tendrá, como mucho, unas 4.000 copias. En cualquier caso, “como será una copia con comentarios críticos, ese libro será un paso para contrarrestar lo que escribió Hitler, una especie de contraataque frente a los radicales”, estima Fritz, abogado de 53 años que va camino a la boca de metro más cercana desde la conocida librería del centro berlinés.
La crítica al nazismo, según recuerda Vasel, una de las responsables de la librería “antifascista” de Prenzlauer Berg, data de principios del siglo pasado. “Ya tenemos infinidad de libros sobre el antisemitismo, el Holocausto, el nacionalsocialismo o el neonazismo, existe todo un corpus literario crítico con el que se pueden llenar bibliotecas enteras”, añade Liebhold, su compañera en Zur schwankenden Weltkugel. Para ellas, no representa nada nuevo el trabajo del IFZ, que se ha planteado con su reedición del Mein Kampf “acorralar” con comentarios críticos a Hitler, especialmente cuando miente y utiliza medias verdades en su autobiografía. Ahora bien, “si el libro aporta nuevos conocimientos y es interesante, también lo venderemos aquí”, según promete Vasel.