José Martí, el Quijote cubano que revolucionó la literatura y cambió la poesía por la guerra
La Real Academia Española, en colaboración con la Asociación de Academias de la Lengua Española y Alfaguara, acaba de publicar Martí en su universo, una antología de textos del poeta cubano.
23 noviembre, 2021 20:36Noticias relacionadas
Rubén Darío, pupilo del genio de José Martí, inquiría al escritor con aquel "maestro, ¿qué has hecho?" que servía como panegírico a su temprana muerte. A los 42 años fallecía el más célebre poeta cubano tras separarse del ejército revolucionario en Dos Ríos, cabalgando contra los fusiles españoles que les esperaban de entre la maleza. Los poemas, artículos y textos martianos se recogen ahora en una edición conmemorativa, fruto del esfuerzo conjunto de la RAE, la Asociación de Academias de la Lengua Española y la editorial Alfaguara.
Martí en su universo, se une a una serie de entregas que, desde 2004, celebran lo mejor de las letras hispanoamericanas. Una colección que se inauguró con una edición del Quijote, y que ha acercado las obras de Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges o Gabriel García Márquez, entre otros, al público. Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara, ha destacado "el rigor y calidad, unido a un precio popular al que puedan acceder los lectores", cualidades que destacan en esta colección.
Rogelio Rodríguez Coronel, director de la Academia Cubana de la Lengua, se ha encargado junto con un equipo de expertos de la recuperación de los más de 25 volúmenes que componen el grueso del trabajo del poeta. Una tarea que empezó Roberto Fernández Retamar, poeta y ensayista cubano fallecido en el año 2019, y que ha podido ser completado ahora con esta edición conmemorativa. El escritor y Premio Cervantes Sergio Ramírez, invitado a la presentación de esta antología en la sede de la Real Academia Española, destacaba el papel de Martí como inspiración del movimiento modernista, así como "apóstol de las letras hispanoamericanas".
Aunque solo conservamos las actas, cartas y demás memoria escrita sobre esta faceta de la vida del poeta, también fue un gran orador, capaz de conmover a todo un auditorio con el relato de la angustia y la sangre del "corazón triturado" que él mismo invocaba en El presidio político en Cuba. En las semanas previas a la contienda hispano-cubana dejó por escrito su testamento literario, obviando los Diarios de Campaña y el grueso epistolar que ha acabado formando parte de este universo que nos acerca ahora a su legado. Una edición crítica precedida por los textos que Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez, Rubén Darío y Guillermo Díaz-Plaja le dedicaron.
El castellano de Martí ha quedado encapsulado con sus particularidades gramáticas. En la prosa martiana las mayúsculas se utilizan para enfatizar; los dos puntos se repiten para engrandecer las enumeraciones; y los puntos y guiones se esparcen por el texto, casi a placer. Rasgos de una individualidad que demuestra el profundo carácter creador de un autor atípico y genial.
"Es imposible entender la obra literaria de Martí sin atender a su faceta política", explicaba Ramírez sobre un autor que murió por el "apego del poeta a la tierra". Fue Juan Ramón Jiménez quien describió al escritor como "un Quijote cubano", lanzando estoques contra la corona española que perdería sus últimos trozos de su imperio en los últimos años del siglo XIX. En 1895, con motivo de la guerra de Independencia en la isla, Martí pasó los años previos recogiendo apoyos entre las organizaciones libertarias cubanas en diáspora, desde Nueva York a Washington, pasando por Tampa o Madrid.
Pocos años antes de su muerte, el nicaragüense Rubén Darío conoció por primera vez al escritor entre las bambalinas de un mitin político en Nueva York. Años antes los poemarios de Ismaelillo y Versos Sencillos, inspirando su Azul..., motor inmóvil de las letras latinoamericanas del final de siglo. El encuentro se había dado durante el tiempo en que Martí fue corresponsal de La Nación en el país norteamericano. Una profesión que le convertía en "embajador de las letras españolas en el mundo", subrayaba Ramírez.
Allí dejó crónicas, profundamente humanas, sobre la vida diaria en Norteamérica, su sociedad y costumbres. En las crónicas presentes en esta nueva edición, el poeta recoge la inauguración del puente de Brooklyn, la muerte del presidente Ulysses S. Grant o la diversa composición de la joven nación, salvando las distancias de símbolos y costumbres para poner un rostro humano a los inmigrantes del país vecino.
Conocedor de primera mano de los estragos del imperialismo y el racismo, admiró la obra de Walt Whitman, conciliadora y constructora de puentes, acogiendo en su seno todos los credos, razas y orígenes. Una labor que inspiró también al escritor, y del que Coronel ha querido destacar: "José Martí fue un personaje universal para todos los cubanos, independientemente del lugar del que vinieran".