Envían a una biblioteca el manuscrito original de 'Celia en la revolución', la novela de Elena Fortún
Una persona anónima envió el documento hace unos días por correo ordinario a la Biblioteca Regional de Madrid, donde se conserva el archivo personal de la escritora.
24 noviembre, 2021 01:36Noticias relacionadas
Una de las miradas de mayor honestidad y calidez sobre la Guerra Civil corresponde a una niña madrileña e intrépida, de ojos claros y de cabello rubio tostado, llamada Celia. Es el personaje más famoso de Elena Fortún (1886-1952), convertido en emblema infantil de la literatura española. La adolescente, en la novela Celia en la revolución, firma una gran crónica del hambre y el miedo en el Madrid sitiado, donde esquiva las bombas franquistas y describe sin reparo los crímenes de la retaguardia. En realidad, se trata de una suerte de autobiografía de la propia escritora en la que su único compromiso entronca con la dura verdad que le tocó vivir.
Fortún —su verdadero nombre era Encarnación Aragoneses— terminó de escribir ese libro en 1943, en el exilio argentino, pero no se publicó hasta 1987, muerta ya la autora, por la Editorial Aguilar. El manuscrito, y buena parte de la obra perdida de Celia, se lo entregó a Marisol Dorao, doctora en Filología Moderna en la Universidad de Cádiz, la nuera de la escritora, el único miembro de la familia que quedaba con vida y residía en Nueva York. La novela, que fue devorada de las librerías, fue apareciendo a cuentagotas en el mercado de viejo hasta 2016, cuando Renacimiento la volvió a reeditar.
Pero a la odisea de esta obra todavía le restaba un nuevo capítulo. Una persona anónima ha enviado por correo ordinario a la Biblioteca Regional de Madrid, donde se conserva el Archivo personal de Elena Fortún, el manuscrito autógrafo original de Celia en la revolución, que se consideraba perdido. La misteriosa donación, que ha causado "gran conmoción" entre el personal del centro, se registró el pasado 10 de noviembre, justo una semana antes del aniversario de la escritora.
El texto original está escrito a lápiz en cuartillas oscurecidas por el tiempo y con una escritura muy borrosa. Marisol Dorao hizo una transcripción del mismo para la edición de Aguilar de 1987, pero luego se perdió. Para la versión ampliada y revisada de Renacimiento, publicada a finales del año pasado, se consultó la copia con notas realizada por la filóloga, autora también de la biografía Los mil sueños de Elena Fortún (1999). A su muerte en 2017, los herederos donaron toda esta documentación a la Biblioteca Regional de Madrid.
"Es una noticia que me ha emocionado muchísimo", asegura a este periódico la investigadora María Jesús Fraga, directora junto a Nuria Capdevila-Argüelles de la Biblioteca Elena Fortún, creada por Renacimiento y que cuenta ya con casi una veintena de obras publicadas, como la inédita Oculto sendero (2016). "Es una maravilla tener el manuscrito de esa novela que se está convirtiendo en icónica, aunque no creo que vaya a cambiar gran cosa, quizá ayude a aclarar alguna palabra dudosa de la transcripción", valora.
La identidad del donante —Fraga todavía tiembla al imaginarse que el envío se hubiera extraviado— es un auténtico misterio. "Cuando la nuera de Elena Fortún se enteró de que Celia en la revolución ya se había publicado, le pidió a Marisol Dorao que le devolviera el manuscrito. Habíamos dado por hecho que se lo entregaron, pero no debió de ser así. Entiendo que alguien, no tengo ni idea de quién, posiblemente relacionado con la Editorial Aguilar, se lo quedó. Pero quienes participaron en esa edición son muy mayores o se han muerto. Entonces puede que lo haya entregado alguno de sus descendientes", sugiere la investigadora. En cualquier caso, ve esta serie de casualidades y misterios muy característica de la peripecia vital y literaria de la escritora madrileña.
Una mirada ecuánime
Elena Fortún, de ideario republicano y vinculada a los movimientos feministas de la época, pasó la Guerra Civil en las principales plazas de retaguardia: Madrid, Valencia y Barcelona, a donde destinaron a su marido, un militar, además de Albacete —allí estaba su hijo—. Durante la contienda, la novelista escribió una serie de textos para la revista Crónica, que en muchas ocasiones están íntimamente relacionados con los escenarios de Celia en la revolución. Se subió a uno de los últimos barcos que zarparon de la ciudad del Turia en febrero de 1939 y se exilió en Buenos Aires.
La experiencia de la guerra la condicionaría enormemente, según explica María Jesús Fraga, encargada de la última edición de Renacimiento con Inmaculada García Carretero. Mientras su editor argentino le reclamaba más literatura infantil, Fortún embarcó a Celia —y a sí misma— en una tarea titánica: contar lo que pasó en la contienda como un testigo imparcial, sin pinceladas de opinión. Y así le quedó un relato elocuente, sin idealismos, en el que se encadenan la destrucción de las bombas arrojadas por los golpistas, el hambre, los crímenes perpetrados en las checas, pero también postales de solidaridad.
"De prosa viva y sencilla, Elena Fortún logra levantar, sin renunciar a sus convicciones republicanas, acta de los horrores. Lo hace con honestidad y emoción, observando atentamente los detalles excactos", apunta Andrés Trapiello en su clásico Las armas y las letras (Destino). El escritor, que ha prologado la reedición, la ubica entre las tres o cuatro mejores sobre la Guerra Civil. Hacia el final, la joven muchacha resume así la contienda fratricida: "¡Casi tres años de revolución y guerra, de seres absurdos, de sangre y destrozos, han gastado la curiosidad de todos!".
María Jesús Fraga también ha participado, en colaboración con la Biblioteca Regional de Madrid, en la creación de una cartografía digital que reconstruye el itinerario recorrido por la joven durante la guerra. "Celia transita en ese libro cientos de kilómetros. Es una novela íntimamente ligada a la geografía de Madrid: da los nombres de las calles, de los edificios, de elementos urbanos... Se nos ocurrió recoger todos esos fragmentos y ponerlos en un mapa de la época con audio, información sobre la novela y un contexto histórico", detalla la investigadora.
El hallazgo del manuscrito original de Celia en la revolución no es más que la confirmación de que el legado de Elena Fortún y su personaje, que nació en las páginas del suplemento infantil Gente Menuda en 1928, es infinito. "Seguramente a partir de ahora se vaya a encontrar algo más, va a animar a los que tengan algo en sus casas a engrosar el archivo", vaticina Fraga. En los próximos meses Renacimiento publicará varias obras más de la prolífica madrileña —además de reeditar la biografía de Marisol Dorao—, algunas tan peculiares como Lo que cuentan los animales de la Casa de fieras, una serie de entrevistas —ficticias, claro está— a las bestias que moraban en el Retiro y que fascinaron a los niños de la época.