Es Guillermo Rodríguez Godínez (Alicante, 1994) cuando se sienta en el Hotel de las Letras y habla de sus primeras rimas y de sus complejos antiguos -"era un chaval con sobrepeso, introvertido, con acné... y un apasionado del rap"-. Es Arkano cuando se sube al escenario a improvisar en las batallas de gallos y deja al mundo con los labios sellados. Tiene dentro la verborrea universal, una fuente de palabras afiladas e imágenes poéticas, un mensaje osado y resistente para una sociedad llena de fisuras. No viste de rapero, no se las da: va a reventar el género desde dentro, va a ensanchar sus costuras.
El pasado 29 de octubre se hacía récord Guinness con un rap espontáneo de 24 horas y 34 minutos. Sólo paró tres segundos para beber agua. La Puerta del Sol de Madrid iba a implosionar. Ahora presenta Asalto al vacío (Ediciones Martínez Roca), un diario de crecimiento, experiencias y valores en el que responde a la pregunta de cómo ha llegado hasta aquí.
El crío de 14 años que se subía por primera vez a unas tablas -y que era subestimado por su edad- ha dado el estirón y ha conformado una voz y un discurso inquebrantable. Aunque las cosas no siempre le hayan sido fáciles: casi dos páginas de su libro están impresas sólo con algunos de los comentarios homófobos que recibió después de una Final Internacional en Chile en la que besó a su rival. El ósculo del noqueo. "Arkano es un gordito gay que lo malcría la mama, ¡pedazo de puto!", "Gordo homosexual", y hasta un "Qué basura, ganó un gay".
Los ataques y el continuo cuestionamiento de su sexualidad no han cesado, pero él nunca ha confirmado ni desmentido nada. No es competencia de nadie. Lo realmente interesante de Arkano es que esta postura impávida es sólo una manifestación más de la potencia y la sofisticación de su mensaje: Guillermo gana reyertas verbales sin mancharse la lengua con machismos, homofobias o descalificaciones personales. Lucha por el contenido, como ese Chojin al que admira. Tiene cosas que decir y ha venido a estamparlas en la cara de quien sea, pero sin renunciar a la elegancia, aunque ese empeño no siempre lo valore un público en el que jalean neandertales. Menos mal que -hay que repetirlo muchas veces- son cada vez menos. Y cobardes.
¿Cómo es compatible que un chaval con inseguridades tenga esa potencia en el escenario? ¿Cómo cura el rap los miedos?
Bueno, eso es el fundamento de todo, de lo que fue para mí descubrir la improvisación. El poder ver que los límites estaban más lejos de lo que yo pensaba. Conseguí extrapolar la improvisación a los demás aspectos de mi vida, y a empezar a improvisar la vida y a ver que los límites no estaban donde yo creía que estaban. Entonces me ayudó un poco a cambiar eso, como que el Guille tímido, introvertido, era real, pero luego el otro, Arkano, se podría llamar, el que se sube al escenario, también es real, sólo había que sacarlo a flote de alguna manera.
¿Hay alguna regla en el ring de la batalla de gallos? ¿Hay algo que no se pueda decir, que chirríe o que esté mal visto usar como ataque?
No hay ninguna regla de por sí, pero está mal visto usar cosas personales. Cosas que simplemente sirven para herir a tu rival, que a lo mejor las conoces tú, que la gente no las conoce... y que sólo te van a servir para hacer daño, eso te hace perder el respeto dentro de la comunidad. Además de eso, no hay reglas. Hay algunos que son más elegantes, otros que menos. Obviamente, el contacto físico no está permitido: algo normal sí, pero no puedes pegar ni nada de eso.
¿Alguna vez has escuchado algún comentario que hayas dicho 'esto está fuera de lugar'?
Sí. No suele pasar, pero alguna batalla de amigos que estaban peleados y de repente uno le saca algo de la ex novia o no sé qué. De repente es entrar al barro de una forma muy evidente.
Llegas al escenario, ves a tu contrincante, y, me pregunto, ¿cómo adaptas tu discurso a esa persona? ¿Cómo modelas el discurso según el tipo de rival?
Yo lo veo como uno de estos debates que se hacían en las universidades... el club de debate. Argumento contra argumento. Siempre sale un hilo de argumentación, de algo. Ya sea por una competición que tuvo que perdió, o por la gorra que lleva, por lo que sea, y a partir de ahí ya uno dice algo, el otro se lo rebate, tá, tá, tá, y va surgiendo. Cuando ves una batalla vas viendo claramente por dónde va el hilo argumental y si de repente uno lo quiebra sin venir a cuento y te hace una comparación con algo que no tiene nada que ver, se empieza a sospechar: "Oye, a lo mejor este no está improvisando". Pero por lo general, si los dos son buenos freestylers, si están improvisando realmente... se va dando. La improvisación juega con los estímulos que se están dando justo en ese momento, no se va por los cerros de Úbeda.
¿Y cuánto hay de preparación previa en la improvisación? De ensayos, de asociaciones mentales, de algo que ya traigas puesto...
A nivel de contenido, todo es cien por cien improvisado. Yo me esfuerzo en que así sea. Obviamente, hay asociaciones a nivel de rima, como mapas mentales que se establecen de forma inconsciente. Yo he rimado mil veces la palabra "mesa", entonces me sale "estresa", "tiesa", "pesa"... ¿sabes? Porque te salen las palabras. Pero no hay nada, ni una frase, ni un concepto. Y esto es lo que quise demostrar yo en el 24 horas, en el récord. De hecho, unas horas antes de empezar el reto, alguien me preguntó: "Oye, habrás pensado al menos la frase para empezar, ¿no?". Y no, la verdad es que no. Y eso es el salto al vacío realmente. Decir una rima, no saber qué va a pasar a la siguiente y volver a lanzarte. Continuamente. Eso es muy estimulante a nivel cerebral.
Y muy agotador.
Sí. Como una prueba física.
Contabas en el libro que al principio usabas recursos como "improvisando sabes que te jodo... me tumbo aquí y que tu madre me haga todo". Y dices que ya nunca utilizarías ataques tan burdos, que ahí sólo tenías 14 años. La pregunta es si ése es el lenguaje que aclaman los jóvenes. Y qué puede hacer un rapero para ganarse su respeto sin recurrir a eso.
En eso estamos luchando, precisamente. Ahora el tema de las batallas de gallos está sufriendo una evolución, o es lo que algunos estamos intentando: cambiar el lenguaje, los tipos de ataque. Obviamente, yo quiero que siga habiendo show y creo que puede haberlo, pero eliminando por ejemplo ataques homófobos. El hecho de llamar "homosexual" a tu rival de forma despectiva. Es una batalla y a mí me encanta el rap, el hip hop, el freestyle, pero, lamentablemente, las batallas están llenas de este tipo de ataques. Yo estoy ahora en este tipo de lucha. Creo que va a evolucionar y que de aquí a unos años podremos verlo más y mejor.
Pero, ¿cómo se compatibiliza la chulería con el respeto al rival? ¿Dónde está el punto entre que no deje de tener fuerza el mensaje y no caiga en la humillación? Ni en machismos, ni homofobias...
Precisamente, el combate se tiene que realizar desde nuestra propia trinchera. Yo ayer volví de Perú, porque he tenido allí la final internacional de los gallos el sábado pasado y quedé tercero del mundo. Si ves mis batallas, son todas así. Son todas evitando este tipo de ataques y buscando otro tipo de cosas: algo con más ingenio, juegos de palabras, haciendo otro tipo de referencias culturales... cuando alguien me hace algún ataque de tipo homófobo, lo señalo en el escenario: "Mira, lo que estás haciendo es homofobia".
¿Crees que la mentalidad del público también irá cambiando? Porque, claro, el problema no es sólo el discurso, sino lo que aclama la gente. Si de repente tu rival encuentra que hay un recurso fácil y sucio, y que los asistentes lo aplauden, lo va a seguir utilizando. Es difícil de erradicar.
Lo bueno es que ahora se ha puesto el debate sobre la mesa. Ahora yo he perdido, y hay gente que me dice "te han machacado completamente", y hay gente que me dice "pues tú lo hiciste de forma elegante, me gusta más lo que tú hiciste, a ver si el rap tiene que ir por esta vertiente...". Y en redes se está generando un debate de los que defienden una cosa y de los que defienden otra, y ya estamos, al menos, incrustando una capacidad crítica en los chavales de decir: "Hostia, ¿y si no está tan bien esto que hemos estado aplaudiendo todo este tiempo?".
Más allá del mundo de la improvisación, ¿de qué sigue pecando el rap a nivel genérico? ¿Qué taritas, qué grietas tiene?
El rap está lleno de machotes. Hay que ser el más duro. Cada vez que hables de una mujer, habla como si fuera una zorra... ese tipo de cosas. Obviamente, no todo el rap, si no no estaría haciendo rap. Una cosa de la que a lo mejor ya no pecamos tanto pero sigo considerando un problema son los cánones estéticos establecidos dentro del rap, el hecho de que haya que vestir de rapero. Con una gorra. También estoy intentando un poco ir contra ello porque es completamente absurdo. A mí el rap me encanta y lo considero un género muy libre, pero hay muchos problemas que no voy a pasar por alto.
¿Es el rap machista también a la hora de dejar de entrar a raperas en la escena?
Claro. Obviamente, de por sí el rap es machista, hoy en día, y eso hace que las mujeres se alejen. Y que a las batallas de gallos se apunten 4.000 chicos y 15 chicas. Es complicado hacer que a ellas les apetezca el género. Yo desde aquí las invito y les digo que las necesitamos, necesitamos una revolución dentro del rap y mientras más mujeres entren, mejor, y más rápido va a llegar. Las entiendo completamente cuando una chica escucha rap o ve una batalla y se siente ofendida. Es que esto... esto no, esto no es cultura ni es nada. Antes que desechar el rap como estilo, que creo que puede ser muy útil y muy potente a nivel social, vamos a intentar arreglarlo.
¿Cómo se puede crecer dentro de la improvisación? ¿Cuáles son los siguientes pasos?
Es lo bonito de la improvisación, que no hay ningún tipo de camino. El rap ya de por sí es algo muy autodidacta. Nació en la calle, entonces no hay escuela, no hay metodología, no hay teoría. La improvisación mucho más, porque es rap y además de forma completamente libre y espontánea. Yo aparte soy una persona muy impulsiva, muy pasional. Y mira, como lo del récord. Me nace hacer esto, me nace hacer otra cosa... tengo algunos proyectos en mente. Son un poco locos, se podría decir. Pero no puedo contar ninguno. Es posible que te asustes cuando los veas, pero son legales (ríe).
¿Cómo es ahora tu vida? ¿Te dedicas por entero a esto? ¿Cómo es tu rutina?
Ahora estoy acabando la carrera. Ingeniería industrial. Me queda una asignatura y el proyecto final. Y si todo va bien, acabaré este año. Y luego sí: todo lo relacionado con rapear. Mi intención es dedicarle el cien por cien a esto. Ahora igual me estoy dedicando noventa por ciento a esto y diez por ciento a la carrera (ríe).
¿Crees en el rap con contenido protesta? ¿Crees que se está perdiendo en España?
Sí. Y sí. Creo que el rap tiene un potencial de cambio social enorme, de conectar con las personas. Es un género muy, muy directo, y sí, sí, creo que sirve para cambiar las cosas. En España se está perdiendo. Se está tendiendo a otro tipo de estilo. Obviamente, cada uno puede hacer lo que quiera, pero... se está cayendo en un rap muy decadente, muy autodestructivo. Drogas, calles... no sé cuánto. Me parece bien y me gusta que haya gente que lo quiera hacer, pero yo estaría más contento si el rap se volviese más social y regresase un poco a su origen.
¿Qué sensación tiene un rapero de batalla de gallos cuando llega a su casa después de la batalla? Cuando se sienta en el sofá, se tira y ha pasado todo.
"Mamá, lo siento por lo que te han dicho" (bromea). Tengo muchísima adrenalina en la batalla. Por ejemplo, lo del sábado pasado. 23.000 personas. Salir, sin nada preparado, improvisar... competir con otra persona, crear una confrontación de este tipo... aunque entiendas que está actuando, realmente. Volver es como bajar de toda esa ola y es un "pf".
¿Te entra un poco de bajón?
Completamente. Me entra bajón y pienso "¿ahora tengo que ir a la uni?" (bromea).
¿Hay un sentimiento de culpabilidad alguna vez, después de machacar a alguien? ¿O la sensación es más: esto es un juego y me siento bien?
Sí que he sentido tristeza después de una batalla. Ya nos metemos en temas psicológicos, porque no sé si es por haberme metido con alguien, que yo creo que no, o si es por haber dejado de sentir tanta adrenalina, o si es porque soy muy autocrítico y siempre que acabo una batalla es un "creo que hice esto mal"... sí que es verdad. También me cuesta mucho ponerme los vídeos de lo que he hecho. Aunque gane... no.
¿De dónde sacas recursos verbales? ¿Viendo cine, leyendo, observando... de dónde extraes imágenes?
En el libro cuento que no leo libros (risas). Un libro como tal, de la página 0 a la página 300, no suelo leer. No me gusta que a los libros se les quiera conceder la exclusividad de fuente de enriquecimiento del ser humano. Yo no quiero hacer apología de la no lectura...
Es que de hecho, acabas de sacar un libro. No puedes hacerla (risas).
Podría hacerlo. Campaña curiosa (rísas). Sé que es raro que en un libro diga que no leo libros, pero es que mis imágenes las saco de otros lugares. De esta charla, por ejemplo. De que me hayas preguntado si me pongo triste después de las batallas de gallos. Ahora le doy vueltas. De ver un documental, una conferencia, ir a un concierto, leer una poesía. Un montón de sitios.
Imagina que toda España te escucha durante 30 segundos. ¿Qué dirías? Tic, tac..
Poned fin al individualismo. Empezad a creer en las personas. Creemos otro tipo de sociedad. Las cosas no van a salir bien hasta que no creamos que estamos todos juntos. Por favor, empezad a dar el brazo a torcer.
Qué esperanzador.
Sí, sí. Tengo muchas cosas que decir, como tú, como todo el mundo. Pero si saliese en el telediario unos segundos, diría eso. Hasta que no creamos que el resto de personas que nos rodean son buenas, tan buenas como uno mismo, no va a cambiar nada.
Y para eso, ¿tienes algo de fe en algún partido?
No me posiciono por ningún partido. Ahora estoy en una especie de crisis ideológica.
¿Y sí sabes lo que no quieres?
Sí (ríe y esquiva).
Es cierto que estás llegando a mucha gente joven y que las píldoras políticas que vas soltando calan en ellos.
¿Sabes qué pasa? Que me siento mal si en algún momento tengo la ligera sensación de que estoy adoctrinando. Me sabe mal cuando me meto en cosas como "este partido...". Me gusta hablar de ideas, de creo esto, creo lo otro. Pero hablar de partidos te marca. Quien me conoce y quien me escucha sabe por dónde van los tiros, con quién estoy y con quién no. En el freestyle he hablado mil veces de lo que no quiero.
Como hiciste en el programa de Buenafuente.
Claro. No quiero que de repente un chaval que está formándose a nivel ideológico, político, lea una entrevista mía y sea un panfleto de "vota a este". Prefiero que lea "tenemos que unirnos como sociedad". O que sea como "no es posible que se pongan los beneficios empresariales antes que las necesidade sociales". ¿Hay algún partido que ponga por delante los beneficios de las empresas antes que lo que necesita la gente...? Pues eso. Ahí lo tienen.
¿Qué candidato político dirías que tiene más capacidad de improvisación?
A nivel de batalla de gallos, yo veo a Pablo Iglesias. Por cómo se expresa. Tiene mucho punchline [en la jerga rapera, es como el "tiro de gracia" o el "remate" de algo]. Se le nota mucho en los debates políticos. Y de hecho creo que por eso ha funcionado también Podemos, porque él es demoledor. Y sus debates políticos son como batallas de gallos.
Bueno, le han llegado a meter bases.
Eso te iba a decir (ríe). Es como "¿qué coño es esto?"... además, tengo entendido que a Pablo Iglesias le gusta bastante el rap.
¿Le invitarías a una batalla de gallos a ver qué pasa?
¿A batallar contra él? (ríe). No, no. Cuando se pone tan serio, me da miedo.
¿Qué le pedirías a Rajoy ahora que es nuestro presidente, para que tenga en cuenta en su mandato?
Que dimita (risas).
Da la sensación de que, con las cosas que haces, estás cambiando el rap desde dentro, casi boicoteándolo tal y como lo conocemos. En la batalla de gallos de Chile, besasate en los labios a tu contrincante. Lo nunca visto. Ese tipo de rupturas... ¿cómo encaja el mundo del rap un beso en un escenario?
Aquí está la respuesta a tu pregunta [coge el libro y lo abre por una página]. Todos estos comentarios... "Gordo homosexual", "batalla vendida, Arkano gay", "al menos España tiene su primer campeón homosexual", "Arkano puto marica andate pa la garcha gay", "Qué basura, ganó un gay"... Así lo encaja el rap. Así. Pero está bien. Esto no es lo que piensa todo el rap, y ahí se genera el debate. De repente hay alguien que contesta a uno de estos comentarios, y el otro se para a pensar. "¿Pero está mal que yo critique a alguien porque dé un beso, o porque pueda ser homosexual?". En una entrevista me preguntaron si era gay.
¿Era prensa rosa?
En El Correo. Era como "¿qué más da?, ¿qué sentido tiene esto?". No era directo, claro, era rollo "tu imagen aparece rodeada de cierta ambigüedad. Hay quien dice que eres gay". Es necesario hacer todo este cambio, que pregunten y decirles mira, no tengo la necesidad de decirte si soy gay, si soy hetero, si me gustan los caballos o las mariposas. No importa.
Fue valiente que lo hicieras sabiendo la lluvia que después cae. Y cómo es el público.
El grueso son chavales de batalla, pero sé que hay gente que me sigue de verdad. Alguien que de repente ve eso y que, aunque no le gusten tanto las batallas de gallos, empieza a seguirme a mí. Ese tipo de personas son las que siento más que me siguen. Y recibo mensajes de "gracias por hacer esto", "gracias por los valores que transmites"...
Entonces, ¿ese beso fue una intervención? ¿Fue para callar a esa facción del público?
No, no estaba planeado. Fue fruto del contexto. De repente, me ponen contra el argentino, que era todo lo contrario a mí. Súper duro, que se te encara... y era como: ¿tú eres el más duro? Yo soy el más juguetón. Todo lo contrario. Y de repente el tío súper enfadado, cara a cara. Y fue como instintivo: "Cálmate, mua".
Además, a nivel de espectáculo funcionó.
Fue muy espontáneo y era una forma de contraponerme a la imagen de él. Además se ve cuando acaba su ronda, como está medio encarado, y yo le toco el brazo en plan "eh, no pasa nada".
¿Qué hubiera pasado si tu récord de 24 horas hubiera flaqueado en algún momento? ¿Hubiese afectado a la promoción del libro?
Claro que me daba miedo. Siempre está la cosa de "¿y si no sé qué decir?", pero es estimulante. Y claro que hubiera afectado a la promoción del libro. Pero ¿y qué? La vida es un juego. Estoy sano, estoy bien, tengo amigos, familia, me quieren, los quiero, tenemos para comer. Ya está. Y saco el libro. Y quizá hubiera estado mejor: el discurso de defender una derrota con una sonrisa. Y decir: "sí, hubo salto al vacío, y aquí estoy".