El arqueólogo británico Howard Carter halló en 1922 en el Valle de los Reyes (Luxor) una pequeña tumba que resultó ser la de Tutankamón, el faraón niño, uno de los últimos cabecillas de la XVIII Dinastía. Los frescos de las paredes, dañados entonces por la propagación de hongos, han recuperado a principios de año todo su esplendor, convirtiendo la estancia en una de las principales atracciones del turismo arqueológico de Egipto.
También las autoridades del país africano se encuentran en plenas labores de recuperación del sarcófago dorado de madera de Tutankamón, que fue descubierto en muy malas condiciones, bastante agrietado. El féretro será sin duda uno de los grandes tesoros del Gran Museo Egipcio que se inaugurará cerca de las pirámides de Giza a principios de 2020 y expondrá numerosos objetos de la colección de este faraón que reinó entre 1332 y 1323 a.C. aproximadamente.
Precisamente el hecho de que su cámara mortuoria fuese el primer enterramiento de un faraón descubierto intacto y a salvo de los saqueadores de tumbas, con una gran cantidad de objetos de oro, cerámica ornamentada, muebles tallados e incluso carros de guerra, ha llevado a los expertos a enfocar los descubrimientos desde una nueva perspectiva: ¿quiénes y dónde construían todos estos elementos para garantizar que los faraones lograsen alcanzar el más allá?
Misterio resuelto: las autoridades egipcias han descubierto en una sección del Valle de los Reyes que recibe el nombre de "Valle de los Monos" una suerte de "polígono industrial" en los que se tallaban las máscaras y los muebles funerarios o se realizaban las inscripciones de los jeroglíficos. Las excavaciones han datado la treintena de talleres y otras edificaciones halladas en el periodo de la XVIII Dinastía, que incluyó los reinados de Tutankamón y su padre, Akenatón.
"La zona está compuesta de casas para el almacenamiento y la limpieza de las cajas funerarias y muchos restos de cerámicas", ha señalado el famoso egiptólogo Zahi Hawass, líder del proyecto que se inició en 2017. Además, esta área industrial tuvo un tanque para almacenar agua que habría sido utilizado por los trabajadores, quienes vivían en Dayr al-Madinah, a pocos kilómetros del extremo occidental de los valles de la antigua Tebas de los faraones, cerca del curso del Nilo.
Los arqueólogos han sacado a la luz un anillo de escarabajos así como cientos de cuentas incrustadas y objetos dorados que se utilizaron para decorar los ataúdes reales. "Hemos hallado un polígono industrial en el valle", ha explicado Hawass. "Hasta ahora, solo habíamos descubierto tumbas reales. Esta es la primera vez que encontramos el área de los obreros que construían los sarcófagos (...) Cuando comparamos lo hallado aquí con el cofre de Tutankamón, vemos una fotocopia".
El equipo del exministro de Turismo de Egipto, que sigue obcecado en descubrir de una vez por todas los mausoleos de Nefertiti o Cleopatra, también se ha topado con una tumba que escondía las herramientas utilizadas para construir las propias cámaras mortuorias y restos de materiales que se usaban para embalsamar los cuerpos. Según el polémico Hawass, este enterramiento podría ser la tumba real número 65 del Valle de los Reyes, y lo justifica señalando la cerámica desenterrada en el sitio. El debate está abierto.