Años de entrenamiento, superación y sacrificio físico y mental. Y un objetivo: alcanzar la gloria. Ésta puede tener la forma de un diploma o de una medalla de bronce, plata u oro. Pero es otro, un ente abstracto, el que todo atleta quiere poseer: la plusmarca, el récord. Inscribir tu nombre en los anales de la historia. Quedar para la posteridad. Y más, en el deporte rey de los Juegos Olímpicos: el atletismo.
Las pruebas atléticas -24 masculinas y 23 femeninas- hacen su aparición este viernes 12 de agosto en Río de Janeiro (Brasil). Primero, con la ronda clasificatoria de lanzamiento de disco.
Pero también con medallas de por medio: en el 10.000 femenino y los 20 kilómetros marcha masculinos. Los españoles que optan a los preciados metales son Trihas Gebre, para la primera prueba, y Francisco Arcilla, Álvaro Martín y el actual campeón de Europa y del mundo, Miguel Ángel López, (éste, con claras opciones para conseguirlo), para la segunda.
EL ESPAÑOL ha analizado el inicio histórico de las pruebas y cuándo se produjeron las últimas plusmarcas del atletismo olímpico. Usain Bolt, Mo Farah, Ruth Beitia y compañía, ante una nueva cita con la historia.
Los inicios de las pruebas atléticas en los JJOO
En un intento de rememorar las jornadas atléticas de la Antigua Grecia, la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos se disputó en Atenas, la capital griega, en 1896. Ese año se programaron 43 disciplinas en nueve deportes (12 de ellas, en atletismo). Eso sí, sólo los hombres pudieron competir.
La aparición de las mujeres en los Juegos no se produjo hasta cuatro años más tarde, en París (Francia). Sin embargo, no fue hasta Ámsterdam 1928 cuando el género femenino disputó sus primeras pruebas atléticas. En concreto, en los 100 y 800 metros, el relevo 4x100, el salto de altura y el lanzamiento de peso, según los datos analizados de la International Association of Athletics Federations (IAAF).
Pero no todas las pruebas del atletismo olímpico comenzaron a disputarse en la primera mitad del siglo XX. Los aficionados tuvieron que esperar hasta 1956, en Melbourne (Australia), para ver los 20 kilómetros marcha masculino. Tres atletas soviéticos coparon el medallero en la primera edición de la prueba -masculina- que más tardó en aparecer.
Con respecto a las mujeres, los 3.000 metros obstáculos no se dejaron ver hasta los Juegos de Pekín (China), en 2008. Aunque lo hicieron con éxito. La atleta rusa Gulnara Samitova marcó un tiempo de 8:58.81 que nadie ha podido superar. Se mantiene como plusmarca olímpica y, también, mundial.
Las ediciones de las últimas plusmarcas olímpicas
Desde 1980 hasta los últimos Juegos de 2012, todas las ediciones tienen al menos una plusmarca olímpica vigente, exceptuando 1984. Pero todavía hay récords de ediciones anteriores.
Es el caso del salto de longitud, cuya mejor marca olímpica hasta el momento se efectuó a finales de los años sesenta, en Ciudad de México 1968. Han pasado 48 años desde que Robert ‘Bob’ Beamon realizase el ‘salto del siglo’, dejando una marca de 8,90 metros.
El siguiente récord más longevo lleva vigente 36 años. En Moscú 1980, la atleta soviética Nadezhda Olizarenko deleitó a sus compatriotas con el mejor tiempo en la historia olímpica (1:53.43) de los 800 metros lisos.
Por atletas, hay cuatro -dos hombres y dos mujeres- que sobresalen por encima del resto. Usain Bolt, Kenenisa Bekele, Florence Griffith-Joyner y Jackie Joyner-Kersee, que tienen dos plusmarcas cada uno en su haber.
Los récords en 100 y 200 metros lisos (registrados en 2012 y 2008, respectivamente) son propiedad de Usain Bolt y, en mujeres, de Griffith-Joyner. Las mejores marcas de la estadounidense se produjeron en los Juegos de Seúl en 1988 y nadie ha osado superarlas. También de 1988 son las plusmarcas de las disciplinas de triple salto y heptatlón. ¿La culpa? De Joyner-Kersee. ¿Sus marcas? 7.40 metros y 7.291 puntos respectivamente.
Por último, Kenenisa Bekele. El atleta etíope, que no disputará ninguna prueba en los Juegos de Río de Janeiro, es plusmarquista olímpico (además de mundial) en 5.000 y 10.000 metros. Los aficionados que se dieron cita en el ‘Nido de Pájaro’ en Pekín 2008 pudieron ver cómo el etíope se imponía con una facilidad pasmosa a sus rivales y marcaba, hasta el momento, nuevas plusmarcas en las pruebas de fondo.
Las plusmarcas olímpicas...y mundiales
Como en el caso de los 3.000 metros obstáculos femeninos, en otras pruebas la plusmarca olímpica también es mundial. Un éxito por partida doble. Ya sean en JJOO o en campeonatos mundiales de atletismo, ningún otro atleta ha conseguido batir sus marcas (marcadas con una estrella en la visualización). En concreto, son ocho. Tres en hombres y cinco en mujeres.
Al muro de Berlín le quedaban meses para ser derribado y la Unión Soviética (junto a la Guerra Fría) daba sus últimos coletazos cuando se registraron las plusmarcas olímpicas y mundiales más longevas hasta el momento. Datan también de 1988, cuando la Unión Soviética (132) y Alemania Oriental (102) superaron a Estados Unidos (94) en el medallero.
De esta edición -en la que se negó a participar el país vecino, Corea del Norte-, permanecen tres récords vigentes. Todos ellos, femeninos: los 200 metros lisos, el heptatlón y el 4x400. Curiosamente, la plusmarca de esta última prueba pertenece a la ya extinta Unión Soviética. El equipo formado por Ledovskaya, Nazarova, Pinigina y Bryzgina marcó un tiempo de 3:15.17.
En el extremo opuesto se encuentran los récords con sólo cuatro años de vigencia. Es decir, los que se registraron en Londres 2012. Mientras la afición se maravilla con Michael Phelps o Usain Bolt (en su versión individual), las plusmarcas que permanecen son las del 800 metros, de David Rudisha, y las del 4x100, tanto del género masculino como del femenino.
Con Bolt a la cabeza, los hombres de Jamaica marcaron un tiempo de 36.84 segundos. Por su parte, las féminas de Estados Unidos pararon el crono en 40.82. Ambas marcas son inalcanzables. Al menos, hasta el momento. Pero, ¿habrá algún atleta dispuesto a batir tales registros? Permanezcan atentos.