Dicen que de tal palo, tal astilla. Y, en el caso de Alfonso Cabeza (Madrid, 1968) es verdad… hasta cierto punto. Como su padre, presidente del Atlético de Madrid entre 1980 y 1982, él también ha liderado los designios de una institución deportiva: el Club Baloncesto Rivas femenino. Eso sí, con perspectivas muy distintas. Porque Cabeza siempre fue un hombre de baloncesto, como él mismo se define. Por eso, no sorprende que opte a ser el nuevo líder de la Federación Española, a la que quiere dotar de savia nueva. De hecho, Cabeza confiesa a EL ESPAÑOL que sus aires renovadores son los únicos que se respiran en la campaña electoral. Lo cual no quiere decir que haya que cambiarlo todo.
Su candidatura quiere mirar con optimismo al futuro. ¿Qué futuro sería el ideal para usted si logra presidir la FEB?
Que nadie en España dejara de jugar al baloncesto por un problema económico. Que no me encontrara alguna federación autonómica en la que, porque les han subido las cuotas y los seguros al doble, hayan bajado las licencias a la mitad. También intentaría duplicar el número de fichas que tenemos ahora. Que la ola que Pepe Sáez ha organizado, y bien, con la generación del 80 la sepamos aprovechar, pero no sólo en medallas, sino también en la gente joven.
¿Qué fue lo que no le gustó del ente federativo cuando usted estaba en la Asociación de Baloncesto Femenino?
Entiendo que Pepe (Sáez) ha hecho una gestión excesivamente personalista. Todo tenía que pasar por su tamiz, y yo entiendo que una sociedad y una empresa moderna pasa por el equipo, no por una personalidad. Creo que cometió ese error y le ha llevado a la situación en la que está ahora.
Los principales puntos de su proyecto son la ilusión, el equipo y la profesionalidad, además de la transparencia. ¿Cuál es el más importante para usted y por qué?
El primero y evidente, además de que a eso nos lleva la sociedad española, es la transparencia. Todo lo que se haga se tiene que saber. No tiene que haber puntos oscuros que puedan llevar a ni siquiera sospechar que hay asuntos raros. A partir de la transparencia, empezaremos a tener unas formas y actitudes que yo entiendo que variarán lo que se hace ahora.
En nuestro equipo tenemos toda la ilusión del mundo por darle una vuelta a lo que ahora es un deporte espectacular. A nivel profesional, funciona realmente bien, pero si rascas un poquito más abajo está muy mal. Lo bien que se hace arriba hay que llevarlo hasta abajo.
Habla de la cantera. ¿La fuga de talentos a las universidades estadounidenses se mitiga con competiciones más interesantes y reconocibles o hay que hacer algo más?
Hay que hacer bastantes más cosas. Por ejemplo, en el júnior del Rivas en el que jugaba Ángela Salvadores el año pasado, siete jugadoras de las 11 de segundo año se fueron a Estados Unidos y una a Inglaterra. Con experiencias buenas a nivel de baloncesto, pocas: Ángela ha vuelto y otras juegan muy poquito. Lo que les ofrecen en esas universidades que no les ofrezcamos en España es formación, poder compatibilizarla con el baloncesto, una experiencia vital y (piensan ellas) nivel deportivo.
En este último aspecto, creo que ninguna viene mejor de lo que se fue. Con eso podemos competir, pero nuestra liga tiene que dar tres pasos adelante y ser profesional. De manera que una niña como Ángela Salvadores no tenga que irse a USA para tener un sueldo y para poder compatibilizar el baloncesto con un nivel de estudios interesante. Las universidades tienen que entender que los deportistas de élite tengan esa posibilidad. Por ejemplo, en un Campeonato de España, las niñas tenían un examen en el instituto y para cambiarlo prácticamente había que recurrir a altas instancias porque el profesor de turno no se lo cambiaba. Eso no puede ser.
También quiere potenciar mucho la base, creando una competición escolar realmente fuerte. ¿Qué ideas tiene en la cabeza?
Me atrae muchísimo la Copa Colegial. No pisa la competición de colegio, la de clubs o la del baloncesto federado, y es muy interesante. En Madrid, reúne a pabellones enteros. Eso es espectacular. Hay alternativas, fórmulas y gente con ideas para buscar competiciones atractivas. Hay que ponerlas en marcha, pero dentro de la federación y no fuera.
Supongo que las chicas tienen mucha importancia en su proyecto. ¿Cómo pretende potenciar el baloncesto femenino?
Yo vengo de ahí, y el futuro del baloncesto y del deporte español… O potenciamos el deporte femenino o el deporte español no será. Lo veremos en los Juegos Olímpicos de Río. A lo mejor en las Olimpiadas de Río no, pero ya le aseguro que en las de Tokio la mayoría de medallas serán femeninas. Al deporte femenino le queda muchísimo recorrido. Hay que igualar condiciones de dinero, patrocinio, visibilidad… Eso pasa por los medios de comunicación, las universidades… El deporte femenino es básico, y quien no lo entienda se equivoca.
¿El cambio que usted propone es moderado o, como diría aquel, a la FEB ya no la va a conocer ni su madre?
No creo que haya que entrar con una aspiradora y borrar todo. Creo que se han hecho muchas cosas bien. Se ha conseguido un presupuesto bárbaro, unos profesionales buenos, una estructura organizativa discutible… También es verdad que yo soy de los que piensan que cuando uno está más de ocho años entra en la endogamia y esos problemas. Pepe lleva demasiados años. Los únicos que venimos con savia nueva somos nosotros. Los otros dos candidatos (Aguado y Garbajosa) están dentro de la estructura federativa. En todos los sitios, un aire nuevo viene bien.
El exseleccionador Pepu Hernández apoya su candidatura. ¿Qué cree que puede aportar a su proyecto?
A Pepu le conozco desde que yo jugaba con 15 años. Creo que tiene la cabeza súper bien amueblada, y fue maltratado por la antigua Federación. Con él empezó todo o continuó lo más importante. Hay que escucharle. En cuanto a moderación de gente, educación de los jugadores, buenas formas, organización y consejos, le quiero a mi lado todo el día. Es una Biblia del baloncesto, y como tal le quiero utilizar. Pepu necesita que le escuchen, y desde luego yo lo voy a hacer permanentemente. Estará en mi Junta Directiva y donde quiera estar.
Le quiero como asesor. Sabe muchísimo de gestión de equipos y tiene una conciencia muy social. Le preocupa mucho la educación de los críos. Como persona es hiperválido. Sáez no se portó bien con él y creo que tenemos una deuda con Pepu que yo quiero pagar. Cuando ganó el Mundial, hubiera merecido un pedestal. Tiene una carrera por hacer con nosotros.
También se dice que varios clubes ACB, entre los que estarían el Real Madrid y el Unicaja, ven con buenos ojos sus ideas. ¿Es uno de los grandes puntos a favor de su candidatura?
Entiendo que, dada la situación de enfrentamiento que ha tenido la FEB con la ACB, todo lo que huela a no continuismo lo ven con buenos ojos.
¿Es un primer paso importante para ver al presidente de la Liga Endesa formando parte de la Junta Directiva de la FEB?
El presidente de la ACB tendrá oferta para hacerlo, y al igual que él el presidente de los entrenadores, el de los árbitros y el de los jugadores.
¿Le gustaría que la Euroliga y la FIBA también tuviesen representantes en ella?
En la Junta Directiva no, pero sí que tenderemos puentes para que todos los problemas que han tenido se arreglen por las buenas.
¿Va a luchar con todas sus fuerzas para que el canon de acceso a la ACB desaparezca?
Si no para que desaparezca, para que se quede en una cantidad simbólica. La ACB tiene mi idea al respecto, con un planteamiento un poco innovador. Ese canon, en el fondo, es ilegal. Está vulnerando la competencia. Al final se lo va a cargar el Tribunal de la Competencia seguro. Si le quitas a la LEB Oro los ascensos deportivos, la competición deja de tener sentido, y también el 90% de los jugadores no profesionales.
¿Cómo solucionaría el problema de la proliferación de pasaportes cotonou que hay en nuestro baloncesto?
Transparencia. Aquí no vale hacer trampas. Igual que no se puede ser opaco con el dopaje, tampoco con estas cosas. A la mínima duda, sanción fuerte al club. Y si el club no es responsable, al jugador. Yo creo que la ACB está en ello, no lo va a permitir.
Se ha dicho que la candidatura de Arturo Aguado es continuista, pero él lo niega e insiste en el consenso. ¿Por qué cree usted entonces que hay gente dentro de su propuesta que quiere romper el baloncesto español?
Me gustaría ver su programa electoral, porque no sé lo que va a hacer. Llevando de foto de campaña a dos presidentes de las principales autonómicas que han estado en la Junta Directiva y en la Comisión Delegada de la española… A ver si va a resultar que eso no es continuismo. Si yo soy vicepresidente de una empresa o de un banco, soy corresponsable de la gestión que se ha hecho. Yo a Juan Martín Caño le llevo viendo 20 años en la foto de la FEB y de la selección española en todos los eventos deportivos. ¿Eso no es la labor de Pepe Sáez? A ver si no era Caño y yo miraba mal.
Su candidatura y la de Germán Monge ya son una sola. ¿El principal punto de encuentro entre ustedes ha sido precisamente no querer romper este deporte?
Exacto, tenemos muchísimos puntos de acuerdo. Germán Monge es un tío súper válido, tiene el baloncesto y la estructura federativa en su cabeza. Me va a hacer una labor básica como vicepresidente ejecutivo. Al 90% estamos totalmente de acuerdo en cómo hacerlo y qué hacer.
¿Le gustaría que otros candidatos que no han obtenido todos los apoyos necesarios para presentarse, como los de Valencia y Murcia, se uniesen a usted?
Sí, me gustaría bastante, y de hecho estamos en tratos con ellos.
Incluso están dispuestos a integrar a Jorge Garbajosa en su equipo si su proyecto no llega a buen puerto.
Jorge Garbajosa me parece un activo del baloncesto español. Me encantaría que se integrara. Es una persona que creo que está por formar. No creo que esté en condiciones de ser presidente de la FEB porque dejó de ser jugador hace cuatro años y todavía tiene mucho recorrido. Te puedes encontrar con una federación con cinco millones de déficit que tienes que gestionar, y es muy difícil. Si yo gano, seguramente mi primera conversación, haya o no acuerdo, será con él para que se quede. En estos períodos hay mucha gente que malmete, pero ni Jorge ni nosotros vamos a tener golpes bajos.
Imagínese que llega el 10 de julio y usted es el nuevo presidente de la FEB. ¿Qué sería lo primero que haría nada más tomar posesión del cargo?
Transmitir a todos los empleados tranquilidad, porque van diciendo que vamos a entrar ahí y a hacer una limpia. Nosotros no venimos con ánimo de arrasar nada. Después, tomar las riendas, saber que tenemos unos Juegos Olímpicos en un mes, tomárnoslo con calma, analizarlo bien y empezar a aplicar nuestro programa. Convocaremos un congreso, calculo que para septiembre, al que estarán invitados todos los sectores del baloncesto español, y de ahí sacaremos un plan director que nos guíe en los próximos años. El baloncesto será lo que la gente del baloncesto quiera.