La normalidad vale su peso en oro, y más en un mundo deportivo donde el endiosamiento gana terreno a pasos agigantados. Por eso, tipos como Fernando San Emeterio (Santander, Cantabria, 1984) generan una conversación más que interesante. Por mucho que haya disputado más de 500 partidos en la ACB y participado en algunos de los grandes éxitos recientes de la selección española de baloncesto, no mira por encima del hombro a nadie. Es, simple y llanamente, alguien que se contenta con hacer su trabajo lo mejor posible cada día. Con lo que eso implica este fin de semana en Vitoria: intentar ganar la segunda Copa de su trayectoria y de la del Valencia Basket.
Le toca volver a Siberia-Gasteiz, como usted dice. ¡No se deje la rebequita en Valencia!
No no, iremos abrigados (risas).
Seguro que se acuerda de la vez en la que más frío pasó en Vitoria.
Sí, he estado siete años allí, así que ha habido bastantes épocas de nieve y de pasar frío. Es lo normal.
¿Entonces podemos afirmar que sus peores catarros y gripes los pasó allí?
No me pongo mucho malo, toquemos madera. Pero he vivido toda la vida en Valladolid y allí también hace bastante 'rasca', así que estoy bastante acostumbrado al frío.
Menos mal que usted fue capaz de hacer entrar en calor a toda Vitoria con su famoso dos más uno para ganar la liga con el Baskonia en 2010. ¿Todavía le entran escalofríos recordándolo cuando juega en el Buesa Arena?
Sí, fue un momento inolvidable para todos. No sólo para mí, sino también para la gente que sigue al Baskonia y para la historia del club. Evidentemente, lo recuerdo. Una vez pise ya el Buesa y cuando empiecen los partidos, me centraré en lo que estoy haciendo en ese momento y ya está.
Imagino que después de aquello usted estaría a la altura, por lo menos, de Celedón (personaje icónico de las fiestas vitorianas).
Sí, hubo un momento en el que la gente me admiraba y respetaba mucho. Siempre que a uno se le admire por el trabajo que hace, y el trabajo bien hecho, eso gusta.
¿Meter una canasta tan importante le cambia la vida a uno?
A mí no me ha cambiado la vida, al menos fuera del baloncesto. Evidentemente, es la canasta mía que más repercusión tuvo, algo bonito para cualquier jugador, con lo que todos soñamos: una canasta para ganar la liga y, además, de la manera en la que fue. Es algo bonito que siempre quedará en la memoria y el recuerdo de los baskonistas. Estoy contento porque quede esa señal para mí, la afición y la ciudad después de tantos años.
¿Cuántas veces la ha visto repetida?
Bastante, no le voy a decir que no, pero tampoco es una cosa que esté viendo continuamente. Al final, quieras que no, la ves repetida en algún lado, por redes sociales… Gusta verla, la verdad.
Después de haber vivido en la ciudad, ¿a qué sitios de Vitoria recomienda ir a la gente que se acerque a la Copa?
No es una ciudad muy grande y es bonita de visitar. Después de siete años allí, la considero casi mi ciudad. El casco antiguo es muy bonito para pasear. Si se tiene tiempo, recomiendo ver algún pueblo de alrededor de Vitoria e ir a alguna sidrería donde den un buen chuletón.
Opta a ganar su segundo título copero. No sé si del primero guardará buen recuerdo (2009), porque fue una temporada difícil para usted.
Fue mi primer año en Vitoria. De todos los títulos se guardan buenos recuerdos y, al final, esa Copa la considero mía, evidentemente, porque estaba en esa plantilla. Pero sí que es verdad que mi participación no era muy grande entonces y me gustaría poder ganar no otra sino muchas, aunque sabemos lo complicado que va a ser.
La última Copa que se celebró en Vitoria (2013) tampoco fue muy allá.
Ganamos en la primera ronda y luego nos eliminó el Barça en semifinales. Al final, la Copa te la juegas a un partido. Jugar unas semifinales ya está bien y sí que es verdad que ellos fueron superiores entonces.
Eso sí, su debut genuino en esta competición fue en 1998… ¡como voluntario!
Sí, además ganó curiosamente el Valencia Basket en Valladolid. Es una experiencia que no olvidaré.
Este año, les ha vuelto a tocar contra el Gran Canaria en cuartos de final (este viernes a las 19:00, #0). Habrá ganas de revancha después de que les eliminasen en Coruña el año pasado.
Sí, más que de revancha hay ganas de hacer las cosas bien. Creo que estamos bien preparados, ellos son un muy buen equipo y va a ser complicado ganar tanto para ellos como para nosotros. Espero un partido igualado y competido entre dos equipos que nos conocemos bien. Va a ser difícil.
Tenerife, Andorra, Unicaja… ¿Cree que esta puede ser la Copa de los 'tapados'?
Siempre se dice que la Copa es a un partido. Es lo bonito que tiene la competición, que cualquier equipo tiene la opción de dar una pequeña sorpresa e intentar ganar. Es el atractivo de este torneo.
¿Se vive mejor sin que la gente esté tan pendiente de ustedes, récords de por medio, como la temporada pasada?
Quizá estamos más 'tapados' de cara a fuera, pero seguimos haciendo lo mismo. Intentamos llegar lo mejor preparados posibles y trabajamos para mejorar al equipo. Nos aislamos un poco de lo que se diga fuera tanto el año pasado como éste.
A la chita callando, están en la pomada: en los primeros puestos de la liga y en cuartos de final de la Eurocup.
Sí, estamos en buena posición. Además, con el mejor ránking de la Eurocup, así que cualquier eliminatoria que tengamos va a ser con factor cancha a favor. Y en la Copa del Rey, así que estamos donde queríamos. El año pasado, pese al récord de victorias, ya estábamos fuera de la Eurocup, así que hemos mejorado un poco la temporada pasada, por lo menos en Europa.
Desde que vive en Valencia, habrá probado distintos tipos de paellas. ¿Cuál le gusta más?
Me quedo con lo clásico: la paella valenciana es la que hay que tomar.
Como cántabro ilustre, ¿el presidente Revilla no le ha invitado a una buena cata de anchoas?
No, debo ser el único al que todavía no le ha invitado (risas). Es un buen embajador de Cantabria y eso siempre es bueno.
He visto que está usted muy puesto en el Cantajuegos. ¿Qué canciones domina mejor?
Todas. Cuando tienes una hija de 4-5 años, al final te metes todas a base de repetición. Me gustan más las que cantaba yo de pequeño, como la de El coche de papá, que esa se canta siempre (risas). Quizá es la que más me gusta porque voy conduciendo y vamos todos cantándola.
Hablando de música, ¿ya le han contado cuál era la canción que cantaban en su honor en la selección antes de los partidos de los últimos Juegos Olímpicos?
Sí, ya la he oído. Estoy agradecido por ese recuerdo de uno que tenían antes de los partidos. Gritaban mi nombre y, de alguna manera, recordaban a alguien que ha estado con ellos todos estos años.
Después del 'palo' de no ir a Río, tendrá ganas de estar en el Eurobasket.
Queda lejos. Hay que intentar acabar lo mejor posible todas las competiciones y luego Dios dirá: la salud, la decisión técnica… Veremos a ver cómo se da todo en verano.
Como está algo iniciado en el mundo de la bolsa, dígame por qué sería un acierto seguro invertir en el Valencia Basket.
Porque creo que es una buena apuesta a largo plazo. Estamos trabajando bien y eso, al final, seguro que da beneficios.
Confiese: ¿qué locura haría si se lleva la Copa? Y no vale raparse, que esa es muy fácil.
No soy muy de locuras, pero seguro que estaría muy contento con la victoria y esperaría a ver la barba naranja que 'Dubi' (Bojan Dubljevic) ha dicho que se pondría.
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