Martes 4 de enero de 2022. El Lointek Gernika se tiene que enfrentar al CBK Mersin en la vuelta de los dieciseisavos de la Eurocup Women. En la ida, el conjunto español había dado la sorpresa con un resultado de 83-59 pese a la diferencia de presupuestos. La vuelta, por lo tanto, parecía muy bien preparada. Sin embargo, las jugadoras del vestuario vasco sufrieron una constante serie de obstáculos ante los que la FIBA, quien organiza la competición, ha callado. Desde pruebas PCR muy sospechosas para dejar 'fuera' a una jugadora hasta presiones para desconcentrar a las protagonistas durante el encuentro. Al final, cayeron eliminadas por un claro 69-40 y se despidieron del torneo continental con unas escenas propias del pasado.
Los problemas comenzaron mucho antes. El duelo, originalmente, se debería haber disputado la última semana de diciembre. Sin embargo, a mediados de mes se detectaron varios positivos en el cuadro vasco que acabaron convirtiéndose en un brote de la Covid-19. Ambos clubes, con participación de la FIBA, decidieron aplazar el duelo al 4 de enero. El Gernika contaría con tiempo suficiente para la recuperación y el CBK Mersin no tendría riesgo alguno de contagio.
Las jugadoras del Gernika no empezaron a entrenar hasta que todas dieron negativo en una prueba de antígenos. La seguridad, siguiendo el protocolo, estaba asegurada. Sin embargo, desde la entidad turca no lo vieron suficiente. Según han explicado después de la polémica generada, en el CBK Mersin priman la salud y no querían jugársela por riesgo de contagio a sus rivales posteriores. Por ello, trasladaron a la FIBA la petición de que las españolas presentaran un test PCR. Estas aceptaron, pero haciéndoselo bien en Bilbao o a la llegada a Estambul. El CBK Mersin lo rechazó y obligó a que estos test se realizaran única y exclusivamente en su ciudad. La FIBA aceptó.
La plantilla del Gernika llegó el día de antes. Kevin Huber, preparador físico, lo relata como "una tomadura de pelo" que va más allá de lo que han captado las cámaras. Y es que todo el equipo se realizó una PCR en Estambul para contar con ese respaldo sanitario conscientes de las complicaciones que estaban poniendo las rivales. No fue suficiente pese a dar todas negativas. Al llegar a Adana, como cuenta Huber, "una furgoneta con dos directivos del club rival" acompañados de una persona que hacía de enfermero, les recibió con la intención de hacerles una PCR en la calle. Finalmente lograron hacerlo en una sala cerrada antes de subir al autobús.
La situación era "surrealista", pero lo peor estaba por llegar. El enfermero en cuestión, cuenta el preparador físico, sacó unos tubos con los nombres de cada jugadora ya asignados para realizar las PCR. Todo ello con los directivos rivales mirando y sin ninguna mascarilla de seguridad. Una hora después de su aterrizaje terminan de hacerse las PCR. Llegan casi a las 2 de la madrugada al hotel. Y al día siguiente se informa que Belén Arrojo había dado positivo y no podía jugar. El club vasco decidió llevarla a un hospital para pedir otra PCR y que llegara al partido. El resultado llegó a las 22:00, cuando el duelo ya había comenzado y Arrojo no estaba entre las disponibles. Además, esta última PCR confirmó que era negativa.
El Gernika ya se había quedado sin horas de descanso y preparación y sin una de sus jugadoras. El CBK Mersin dice que las quejas del Gernika son gestos de malos perdedores y que Belén Arrojo no era una jugadora lo suficientemente buena como para manipular los resultados de la PCR y dejarla fuera. Todo ello se desprende de un comunicado lejos de la compostura que debería lucir un club. Los problemas, pese a todo, continuaban.
El CBK Mersin mostró su superioridad desde el inicio. El parcial de 23-6 lo decía todo. Sin embargo, no era para menos a la vista de lo que estaba sucediendo en la pista. El trío arbitral desquiciaba a las jugadoras del Gernika. Y la afición turca pintaba de infierno el parqué. El CBK Mersin, curiosamente, cambió para este partido de pabellón: pasó de uno de 7.000 a otro de poco más de 2.000 espectadores, con la grada baja y poca distancia de la pista. Una caldera que no hacía más que meter presión.
Gritos desde la grada, decisiones arbitrales polémicas y, para colmo, el uso de la megafonía para desconcentrar a las jugadoras. Los encargados del club turco pusieron música y sirenas de alerta de bombardeo durante el encuentro. El panorama era desolador para un Gernika que jamás había vivido una situación así y que recordaba a tiempos pasados donde determinados países contaban con ventajas arbitrales. Finalizó el duelo y el Gernika puso rumbo a España. O, al menos, eso es lo que creían.
Las autoridades turcas no permitieron salir al equipo español. Según informó ETB, reclamaban dos negativos de Belén Arrojo para confirmar que no era positivo y que el resto del equipo no era contacto estrecho. El Gernika tuvo que pasar la noche en Turquía sin saber cuál iba a ser su futuro. El objetivo pasó a ser salir de madrugada en el vuelo más temprano que tuvieran. Belén Arrojo se quedó en tierra y el entrenador Mario López la acompañó en todo momento. Horas después, Arrojo recibió la prueba negativa y ambos pusieron rumbo a España.
Silencio de la FIBA y burla en Turquía
A todo esto, la FIBA mantiene el silencio. Las jugadoras, por el contrario, han agradecido el apoyo de Jorge Garbajosa como presidente de la Federación Española de Baloncesto y de Elisa Aguilar, también exjugadora y ahora encargada de las competiciones FEB. El CBK Mersin, por su parte, ha emitido un comunicado donde critica que el Gernika diera "por sentada la clasificación". "Nuestro consejo es que aprendan a esperar el marcador del segundo partido para comprender correctamente el equilibrio de la serie", se han defendido, reconociendo además que la FIBA ha apoyado todas y cada una de sus medidas sanitarias reclamadas al Gernika.
"Dejamos todos los insultos y comentarios racistas publicados por la afición rival bajo nuestro contenido de redes sociales, el cual no contiene ningún insulto, a criterio de los aficionados al baloncesto", han concluido en el club turco. Belén Arrojo, por su parte, ya se encuentra en casa tratando de asimilar todo lo vivido. "Ha sido muy desagradable", pero al menos su denuncia no ha quedado en el ostracismo.
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