El nombre de Shaquille O'Neal (Nueva Jersey, EEUU; 1972) quedará en los libros de historia por su éxito en las canchas de baloncesto. El pívot representaba un perfil casi extinto en el deporte actual. Pesado, sin un físico atlético y alejado de una concienzuda preparación en el gimnasio. Sin embargo, tenía lo suficiente para ser un líder de los Lakers. Tras su retirada dejó de controlar su estilo de vida. Y, tras varias pérdidas como la de Kobe Bryant en 2020, todo fue a peor.
Shaquille O'Neal dejó de cuidarse más aún. Su alimentación dejaba mucho que desear. Y, además, tuvo que hacer frente a una dura depresión a la que intentó plantar cara a base de analgésicos. Tanto que, según ha reconocido, era uno de sus sustentos diarios. El exjugador acudió al médico y desde entonces todo cambió. Trabaja casi o más que cuando estaba en activo y su alimentación entra dentro de lo establecido. Gracias a ello, ha protagonizado una trasformación desde 2021 que le ha salvado la vida.
Podría parecer exagerado, pero el mismo veterano ha reconocido que su visión sobre cómo debía cuidarse cambió tras una esporádica revisión médica. "Cuando juegas, vas al médico para hacerte un chequeo y un examen físico, ¿no? Pero yo no he jugado en 11 años, así que si no estoy jugando, ¿para qué iba a ir al médico?", ha reconocido en una entrevista para GQ en la que ha desvelado que sufre apnea del sueño.
"Cuando volví al médico había algunas cosas que ni siquiera sabía. Te dicen esas palabras: 'Oye, tienes apnea del sueño. La apnea del sueño puede causar hipertensión o derrames cerebrales, podrías morir'". La posibilidad extrema de perder la vida le hizo saltar todas las alarmas hasta el punto de que ahora duerme con una máquina.
Ese no fue el único problema que le detectaron en su análisis. Los analgésicos fueron otra de las razones que le habían llevado a jugarse la vida. "Tus riñones están algo débiles". Y, por lo tanto, tuvo que poner fin a los analgésicos. Según palabras del propio Shaq, él era "dependiente, no adicto". Sin embargo, reconoce que los tomaba "algunos días" cuando tenía problemas de movilidad. Llegaba a ingerir hasta dos para ponerse "en marcha". Por suerte, ya no los consume jamás.
La palabra "muerte" ha supuesto el toque de atención necesario para la reacción de Shaquille O'Neal. El exjugador eternamente vinculado al éxito deportivo, pero también representante de la falta de trabajo físico y desgana por mantenerse en forma, ya es otro a sus 50 años. Tras superar una larga carrera y más de un problema con achaques psicológicos como la depresión, el mejor Shaq está de vuelta.
La muerte de Kobe
La relación de Shaquille O'Neal con Kobe Bryant estuvo marcada por la polémica. Coincidieron durante ocho temporadas desde que el exterior llegara en 1996. Hasta 2004 lograron incluso ganar tres anillos de la NBA de forma consecutiva. Sin embargo, su vínculo no fue el esperado. Puede que incluso esa falta de amistad frenara los triunfos de los Lakers.
Si bien Shaq reconoció que no tenían una "mala relación" sino "una relación respetable", fue un hecho que las formas de ver el trabajo de ambas estrellas eran muy diferentes. Desde la exigencia absoluta de Kobe hasta un Shaq al que con el talento, y sin tanto trabajo, le bastaba para ser un peso pesado de Los Ángeles. "Si no fuera por ese culo vago que tiene... ¡Es que tendría 12 anillos!", llegó a bromear un día Kobe Bryant. O'Neal replicó dejando entrever ese pique: "Tendría 12 anillos si hubieras pasado más el balón".
A pesar de estas tensiones, dos estrellas como ellas se acabaron entediendo. Puede que por casualidad o por madurez, pero las referencias angelinas encontraron un punto de unión. Tanto que, tras la repentina de muerte de Kobe Bryant en un accidente de helicóptero, Shaquille O'Neal entró en una especie de depresión que le llevó a descuidarse por completo.
"Mi hermana falleció antes que Kobe. Y luego murió Kobe y luego fallecieron otras 28 personas. Fue un año realmente malo y no quería hacer nada. Entonces, cuando no quieras hacer nada y necesitas no meterte en problemas, hay dos cosas que puedes hacer: comer y Netflix", reconoció en una entrevista para Men's Journal. Su dieta, además, se limitó a comer sándwiches cada vez que tenía hambre sin importar la hora.
"Tu cuerpo es un templo y tenemos que mantenerlo en forma. Sé cómo es esto, los hombres que tenemos 45 años o más y solíamos ser grandes atletas, pero ahora trabajamos, tenemos hijos, llegamos a casa a las cinco o seis y la hora de acostarnos es a las nueve. Realmente no tenemos mucho tiempo para nosotros", indicó entonces. Por suerte, la última revisión médica evitó algo peor. Y esa sonrisa que siempre acompañaba al ídolo del baloncesto se mantiene con mucha vida por delante.