Es cierto que la nueva Euroliga de 16 ha traído consigo mejores partidos, finales apretados como nunca, audiencias más altas, pabellones con mayor asistencia y, en definitiva, un espectáculo baloncestístico superior. Tampoco se puede negar que el hecho de que 12 equipos españoles vayan a disputar competiciones europeas la próxima temporada es para sacar pecho: Real Madrid, Barça, Baskonia, Unicaja y Valencia Basket (Euroliga); Gran Canaria, Bilbao Basket y Andorra (Eurocup); UCAM Murcia, Tenerife, Estudiantes y Joventut de Badalona (Champions FIBA). Sin embargo, también empieza a ser una realidad que alternar la competición continental de turno con la doméstica, sobre todo si esta es la Euroliga, cada vez resulta más exigente.
Un simple dato sirve para dejar claro que, a partir de ahora, sólo vendrán temporadas aún más largas y duras: de entre los 11 equipos con plaza fija en la Euroliga (es decir, los más importantes), sólo cuatro han ganado la liga de su respectivo país este año. El campeón de Europa, Fenerbahçe, encabeza una lista que completan CSKA de Moscú, Panathinaikos y Zalgiris Kaunas (los dos primeros presentes en la última Final Four).
El nuevo formato no ha impedido que los mejores equipos hayan seguido dominando la mejor competición europea de clubes (siete de 11 fijos en playoffs). Eso sí, ha abierto un nuevo escenario, con los distintos baloncestos nacionales difuminados cada vez más por una suerte de NBA a la europea. Al aumentar el número de partidos (en algunos casos, tantos como en la temporada regular estadounidense) y la exigencia física, ha habido sorpresas en los campeonatos ligueros. No sólo la protagonizada por el Valencia Basket en España, sino también la del Reyer Venezia en Italia o, aunque empieza a ser más habitual, la del Hapoel Jerusalén en Israel.
Que sólo un 36% de los equipos con mejor caché de Europa hayan sido campeones en sus países supone el cuarto peor registro histórico en este sentido. Queda claro que el Real Madrid no ha sido el único en sufrir la mayor competitividad, duración y dificultad de la vuelta de tuerca de la Copa de Europa. Habrá que ir acostumbrándose, sobre todo con una licencia A de por medio. Para poder analizar la tendencia de los campeones ligueros entre los mejores equipos de la Euroliga año tras año, hay que entender bien este concepto.
Los clubes que cuentan con una licencia A tienen la participación asegurada año tras año en la mejor liga europea, hagan lo que hagan a nivel doméstico. Aunque el número de equipos fijos ha sufrido variaciones a lo largo de los años, ahora mismo son 11 entre los 16 que componen en total la Euroliga: Real Madrid, Barça, Baskonia, Panathinaikos, Olympiacos, Fenerbahçe, Efes, CSKA, Maccabi Tel-Aviv, Zalgiris y Olimpia Milán.
Estas licencias A responden principalmente a criterios deportivos, asistencia al pabellón y aforo del mismo e ingresos televisivos. Entre 2000 y 2012 duraban tres años (renovables), pero a partir del curso 2012-2013 son permanentes hasta nueva orden. El resto de equipos tienen licencias B, C o D. Estas se adjudican por la clasificación en sus respectivas ligas, una invitación o haber ganado la Eurocup, segunda competición europea. ¿Cómo ha sido compaginar la Euroliga con las ligas domésticas durante sus casi 17 años de existencia para los grandes? Los datos, facilitados por la propia liga europea, nos ayudan a analizarlo.
Billete directo a la Final Four
Sí hubo playoffs en el curso 2000-2001, primero de la Euroliga y con otra competición europea (la Suproliga de la FIBA) disputándole la hegemonía. En aquella ocasión, hubo 10 equipos fijos (de un total de 24) y seis de ellos (un 60%) reinaron en sus ligas: Barça, Buducnost Podgorica, Zalgiris Kaunas, Cibona Zagreb, Virtus Bolonia y Olimpia Liubliana. Además, y como curiosidad, hubo pleno de licencias A (entonces llamadas licencias de tres años) en las eliminatorias, precedidas únicamente de una fase de grupos.
A partir de la temporada siguiente, 2001-2002, ya se requirió superar un grupo y el Top 16 para alcanzar la Final Four. Hubo más clubes (32) y también más fijos: 18. Eso sí, con menos éxito doméstico, ya que sólo hubo siete campeones ligueros (38%): Efes, Maccabi, Benneton Treviso, Cibona Zagreb, Olimpia Liubliana (también ganó la Liga Adriática), Asvel y Alba Berlín.
En 2002-2003 y 2003-2004, ya con 24 participantes instaurados en la Euroliga, las cifras de éxito liguero mejoraron: nueve campeones de 18 (Barça, Efes, Zalgiris Kaunas, Maccabi, CSKA, Panathinaikos, Benneton Treviso, Pau-Orthez y Alba Berlín: 50%) y, previa reducción de licencias de tres años, ocho ligas de 14 posibles (Barça, Efes, Zalgiris Kaunas, Maccabi, CSKA, Cibona Zagreb, Olimpia Liubliana y Pau-Orthez: 57%).
Vuelven los playoffs
La competición se endureció al regresar los playoffs y las ligas nacionales lo notaron. En la temporada 2004-2005, sólo seis de los 14 mejores equipos (42%) ganaron el campeonato de sus países: Efes, Zalgiris Kaunas (también ganó la Liga Báltica), Maccabi, CSKA, Fortitudo Bolonia y Olimpia Liubliana. Peor fue el curso 2005-2006, con cinco de 14 campeones ligueros (35%): Maccabi, CSKA, Benneton Treviso, Cibona Zagreb y Olimpia Liubliana.
Se repitió el seis de 14 en 2006-2007 (Fenerbahçe, Zalgiris Kaunas, Maccabi, CSKA, Panathinaikos y Cibona Zagreb) y, por fin, la situación mejoró en 2007-2008. Entonces, con otra reducción de licencias de por medio, se volvió a alcanzar el 50% de campeones ligueros entre los equipos punteros de la Euroliga. Fueron seis de 12: Baskonia, Fenerbahçe, Zalgiris Kaunas (también ganó la Liga Báltica), CSKA, Panathinaikos y Olimpia Liubliana.
Cambios en fase regular y Top 16
A partir de la campaña 2008-2009, la fase regular se acortó, pasándose a disputar 10 partidos y no 14. Se notó, claro. De los 11 equipos fijos de entonces, seis se llevaron sus ligas (54%): Efes, Maccabi, CSKA (también ganó la VTB), Panathinaikos, Cibona Zagreb y Olimpia Liubliana. En 2009-2010, subieron las licencias de primera categoría (13) y hubo nuevo bajón doméstico: cinco de 13 campeones (Baskonia, Fenerbahçe, CSKA [también ganó la VTB], Panathinaikos y Siena).
Después, dos años consecutivos con seis títulos de liga de los 13 posibles (46%) entre los clubes más pudientes. En 2010-2011, los campeones fueron Barça, Fenerbahçe, Zalgiris Kaunas (también ganó la Liga Báltica), Maccabi, Panathinaikos y Siena. En 2011-2012, lo lograron Barça, Zalgiris Kaunas (también ganó la Liga Báltica), Maccabi (también ganó la Liga Adriática), CSKA, Olympiacos y Olimpia Milán (Siena ganó la Lega italiana, pero se quedó sin el título después por fraude fiscal y de cuentas).
El curso 2012-2013, en el que nacieron las licencias A tal y como las conocemos hoy y se alargó el Top 16 (de seis encuentros a 14), fue el peor de la historia a nivel liguero para los mejores equipos de la Euroliga. De nuevo con 14 fijos, sólo cuatro alzaron sus ligas (Madrid, Zalgiris Kaunas, CSKA y Panathinaikos; a Siena también se le quitó esa liga italiana más tarde: 28%).
Después, más contrastes y menos licencias A: los siete de 13 campeones ligueros posibles (53%) de 2013-2014 (Barça, Fenerbahçe, Zalgiris Kaunas, Maccabi, CSKA, Panathinaikos y Olimpia Milán), los cuatro de 12 (33%) de 2014-2015 (Madrid, Zalgiris, CSKA y Olympiacos) y los seis de 11 (54%) de 2015-2016 (Madrid, Fenerbahçe, Zalgiris Kaunas, CSKA, Olympiacos y Olimpia Milán).
Conclusiones
Resulta interesante el bajón liguero de los clubes con licencia de tres años/A cada vez que hubo cambios en el formato de la Euroliga: de un 60% de campeones domésticos con playoffs en 2000-2001 a un 38% ya sin ellos, de un 57% en el último curso sin postemporada a un 42% a su regreso, de un 46% con un Top 16 más corto a un 28% con uno más largo y de un 54% con 24 equipos, fase regular y Top 16 antes de playoffs a un 36% con liga regular todos contra todos y de 16 previa a los cruces. Sólo hubo mejoría cuando se acortó la duración de los grupos iniciales (2008-2009): del 50% de campeones de liga del curso anterior al 54% posterior.
También llama la atención el hecho de que, casi siempre, el equipo que ganó la Euroliga también conquistó el torneo de su país. Sólo ha habido tres excepciones desde que nació la competición: el Panathinaikos de 2002, el Barça de 2010 y el Olympiacos de 2013. Además, el dominio de las fases finales por parte de los clubes fijos ha sido apabullante: sólo Lokomotiv Kuban (2016) y Partizan de Belgrado (2010) han disputado una Final Four sin haber tenido nunca una licencia A.
Está claro quiénes llevan las riendas del baloncesto europeo. También quiénes sufrirán más las consecuencias de una máxima competición continental mejor y, a la vez, más llevada al límite. La exigencia crece de forma imparable (en otoño llegan las ventanas de selecciones, recuerden) y todo apunta, de forma inexorable, a una sola dirección: Euroliga fuerte y ligas nacionales, poco a poco, más debilitadas (por mucho que las alternancias de poder sean buenas, los grandes siempre serán los grandes). Sin duda, motivo de preocupación.
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