Sixto Miguel Serrano (periodista de Movistar+): “Eran las 20:30 de la noche en Portland. Los equipos ya estaban formados en la cancha, pero el partido no empezaba. Manolo Lama y yo nos dimos cuenta de que el público estaba de pie haciendo palmas de manera acompasada. Fernando Martín, que era suplente, pegó un sprint desde el banquillo hasta donde estábamos y nos dijo: 'Joder, cabrones, levantaos y saludad, que si no no empieza el partido'. No nos habíamos enterado de que por megafonía habían dicho que estábamos tres periodistas españoles en el pabellón y que, por favor, saludásemos. La ovación fue espectacular”.
Manolo Lama (periodista de la Cadena COPE): “Aquellos dos minutos y dos segundos que jugó fueron de una grandeza espectacular: verle con la camiseta de los Blazers; el acento en Martín para dejar claro que era español; tocar la pelota; correr; defender; las caretas que la gente se puso para apoyarle”.
Fernando Laura (fotógrafo): “De Estados Unidos se trajo saber cómo empujaban, usaban los codos, luchaban, ganaban la posición, olían, sudaban… Desde los entrenamientos a la pista, nadie regalaba ni un centímetro. Para él, aquella temporada fue como jugar en el Olimpo”.
Miguel Ángel Paniagua (periodista y agente): “En 1986, la cima para llegar a la NBA estaba mucho más alta que hoy. Para un jugador de las características de Fernando, a 8.800 metros. Y sin oxígeno”.
A Fernando Martín Espina (Madrid, 25 de marzo de 1962 - Madrid, 3 de diciembre de 1989) ni siquiera le dio tiempo a tirar a canasta en los 122 segundos de su debut oficial con los Portland Trail Blazers. Fue un 31 de octubre de 1986 contra los Seattle Supersonics (derrota por 110-127). Era el segundo europeo que no había pasado por una universidad estadounidense en alcanzar la mejor liga de baloncesto del mundo. Así empezaba una historia que, 30 años después, han continuado hasta 15 españoles más en La Meca de la canasta, en la que ahora compiten 10 jugadores de nuestro país.
Lakers y Nets, los primeros
Todo un mito de la NBA en España, Andrés Montes, inauguró el sueño americano de Fernando en 1985 gracias a una exclusiva: Jerry West quería al jugador del Real Madrid en los todopoderosos Lakers de Los Ángeles.
Sixto Miguel Serrano: “Le mandó a casa la camiseta de Magic Johnson, una carta y una caja con merchandising: un chándal, libros sobre la historia del equipo, la Media Guide, llaveros, bolígrafos… Fernando siempre tuvo la ilusión de ser jugador de los Lakers. Tener a un español en el equipo del Showtime de Magic, Kareem Abdul-Jabbar, Worthy y compañía habría sido espectacular”.
Al final, Fernando Martín acabó en el campus de los New Jersey Nets, que le seleccionaron en el puesto 38 del Draft. Jugó la liga de verano en Princeton con la bendición de su entrenador, Stan Albeck, y del general manager, Al Menéndez. Buenos seguidores del baloncesto internacional, el interior madrileño les tenía enamorados.
Sixto Miguel Serrano: “Allí estaban los novatos de segunda, tercera o cuarta ronda del Draft, muchos jugadores europeos, americanos, de Filipinas… Una liga de meritorios. Era muy duro que como mucho un jugador de cada equipo participante consiguiese plaza definitiva en su plantilla. Fernando estaba por encima del nivel general, incluso mejor que sus compañeros”.
Pero la mala suerte que rodeó el periplo americano de Martín hizo acto de presencia a las primeras de cambio.
Sixto Miguel Serrano: “A Albeck le llegó la oportunidad de entrenar a los Chicago Bulls de Michael Jordan y dejó los Nets. Llegó otro técnico, Dave Wohl, menos aperturista y con el que no hubo el mismo feeling. Como a Fernando tampoco le seducía mucho jugar en un equipo más bien flojo entonces, volvió a Madrid. Albeck y Menéndez le habrían convencido para que se quedase en la NBA un año antes”.
Portland, el destino
Desencantado con su primera intentona estadounidense, Fernando buscó a alguien que le ayudase a soñar despierto con garantías. Eligió a un vecino suyo, el agente Miguel Ángel Paniagua, para guiarle.
“Mi plan pasaba por mejorar su inglés, trabajar unos días en Miami con un entrenador de confianza y hacer el asalto a los Portland Trail Blazers. Yo tenía una relación óptima con ellos y estaban interesados en ficharle. Cuando le expuse todo de forma más detallada, me preguntó a qué hora salía el avión”.
Los ya mencionados Blazers y los Phoenix Suns eran los únicos equipos abiertos a la internacionalización en una liga entonces de 23. La prueba está en que los segundos se quedaron con el búlgaro Georgi Glouchkov (primer europeo que disputó la NBA sin haber pasado antes por la NCAA universitaria) y los primeros con Fernando Martín.
Miguel Ángel Paniagua: “Portland era un Clippers de hoy en día, con serias aspiraciones de presentar batalla a los Lakers en el Oeste. En todos los pronósticos aparecían como segundos o terceros de conferencia. Los Suns manifestaron un cierto interés en Fernando, pero sin compromiso. Los Blazers sí querían verle y llevarle a su campus”.
En agosto del 86 jugó “bien la mayoría de veces y alguna muy bien”, en palabras de su agente, durante ese campamento que Portland celebró en Loyola Marimount (Los Ángeles). Aunque Martín llevaba meses fichado, el momento de comunicarle que sería un 'trail-blazer' llegó entonces. Y no pudo ser más litúrgico.
Miguel Ángel Paniagua: “El encargado de material de los Blazers tocó a la puerta de su habitación del hotel y nos trajo la camiseta con el '10'. Estábamos allí Fernando, su hermano Antonio y yo. Dentro del subidón que nos dio, él dijo que a ver si le podían acentuar la 'i' para españolizar su apellido”.
Debut agridulce, pero en buena compañía
En octubre, Sixto Miguel Serrano organizó un viaje desde España para cubrir como freelance el primer partido oficial de Martín. Fernando Laura, su inseparable amigo y fotógrafo, se apuntó enseguida. En un principio, Manolo Lama no iba a acompañarles en Portland.
Sixto Miguel Serrano: “Al decirle Lama a su jefe de Deportes en la SER que yo iba a cubrir el debut para la Antena 3 Radio de García, con la rivalidad que había entre ambas emisoras, le mandaron. Si yo no hubiera organizado el viaje ni arriesgado mi dinero, ningún periodista de nuestro país habría estado en el debut del primer español en la NBA. Hubiese sido muy triste”.
Pero allí estuvieron, compartiendo una experiencia inolvidable junto a Fernando Martín. Le acompañaron a todas partes: de compras, recogiendo su nuevo todoterreno Ford Bronco II, en los entrenamientos...
Fernando Laura: “Fue como ir a ver a un compañero que estaba estudiando allí. Nos trataba como amigos, no como periodistas. No nos fuimos a dormir a su casa porque sólo tenía una cama, pero si no estábamos todo el día allí metidos. Cuando uno no hacía espaguetis, el otro hacía ensalada para comer”.
Manolo Lama: “Lo que él quería en aquel momento era que le llevásemos su país, y éste se representaba con botes de fabada Litoral, jamón de Jabugo, chorizo, morcilla…”.
Sixto Miguel Serrano: “La prensa de Portland publicó que había tres jóvenes periodistas españoles en la ciudad para cubrir el debut de Fernando. Nos reconocían por la calle y en los aledaños del pabellón. Teníamos que firmar autógrafos”.
Pero Fernando Martín estaba triste. Ya en la pretemporada, supo que iba a jugar poco en aquellos Blazers. Lo confirmó la misma noche de su debut, cuando apenas disfrutó de la fiesta celebrada en su honor tras el partido.
Sixto Miguel Serrano: “El jefe de prensa de los Blazers nos dijo que Fernando jugó exclusivamente porque Portland quiso tener el detalle con nosotros. Así podríamos contar en nuestros medios que por fin un español había debutado en la NBA. Aquella fiesta no lo fue para él. No había nada que celebrar”.
Demasiados problemas
El nuevo entrenador de los Blazers, Mike Schuler, llegó a la franquicia casi a la vez que Fernando Martín. Procedía del baloncesto universitario y, desde el principio, se apoyó en las estrellas y en los veteranos, dejando al español sin apenas hueco en la rotación.
Sixto Miguel Serrano: “No conocía el baloncesto internacional y no valoró que podía haber sacado mucho rendimiento a Fernando. Encima, su ayudante número uno era Rick Adelman, tan cerrado como él entonces y que muchos años después se rindió a la internacionalización de la NBA en los Sacramento Kings”.
Miguel Ángel Paniagua: “Un equipo poderoso como Portland no era el ideal para él. En uno muy malo habría tenido opciones de jugar y destacar más. Pero tampoco había mucho donde elegir. Su rol no iba a ser de titular, pero Mike Schuler, aun admitiendo que Fernando era capaz de jugar minutos significativos en la NBA de los 80, no se atrevió a dárselos. Él vivía para obtener victorias y consolidar su puesto. Lo más que le oí decir es que al año siguiente Fernando podría tener más minutos”.
Por tanto, el rol de Martín en los Blazers siempre fue marginal. Su mejor partido en la NBA llegó el 2 de diciembre del 86: 6 puntos, 7 rebotes, una asistencia y un tapón contra Los Angeles Clippers (victoria por 134-99).
Miguel Ángel Paniagua: “Lo recuerdo tanto que tengo una foto de ese encuentro en mi despacho, dedicada por Fernando. Fue 'el Partido'. Él tenía unos valores extraordinarios en cuanto a actitud, garra, dureza mental, potencia… Pero no el estilo de juego que se llevaba en ese momento en la NBA. Aun así, hizo lo que pudo dadas las circunstancias”.
Las que marcaron que, entre diciembre del 86 y los primeros meses del 87, Fernando sufriese varias lesiones consecutivas: rotura del tabique nasal (agravada tras un golpe de su compañero Kevin Duckworth en un uno contra uno), menisco, tendinitis y tendón de Aquiles. La vida en Portland tampoco ayudaba a sobrellevar mejor la situación, con España siempre en mente.
Manolo Lama: “Portland era un poco depresiva: estaba todo el día lloviendo y nublado, casi no había un centro de la ciudad, todo había que hacerlo en coche, no veías a gente andando por la calle… Por eso se refugiaba en casa. A Fernando le venía bien aquel estilo de vida. En España era un Cristiano Ronaldo o un Messi. Fue uno de los primeros deportistas mediáticos que tuvimos. Esa tranquilidad de no ser perseguido la tuvo allí. Cuando hablábamos por teléfono me preguntaba por películas, partidos de fútbol, si éste seguía siendo el novio de aquella… Cuando ibas a visitarle, te pedía que le llevases revistas y periódicos”.
No era un novato al uso. Sus compañeros de equipo le respetaban y pensaban que podría haber estado muchos años en la NBA, sobre todo Clyde Drexler y Kiki Vandeweghe. La también mala experiencia estadounidense de su hermano Antonio resultó otro mazazo serio.
Sixto Miguel Serrano: “Alguien mandó unos documentos que intentaban probar que había sido profesional en España con el Real Madrid para que no pudiera seguir jugando en la Universidad de Pepperdine. Le retiraron la plaza y no pudo cumplir su sueño de formarse en la NCAA”.
Triunfo al fin y al cabo
Fernando jugó 24 partidos de temporada regular en Portland, con 0.9 puntos, 1.2 rebotes, 0.4 asistencias y 0.3 recuperaciones de promedio en 6.1 minutos. Disputó un encuentro de playoffs, donde los Blazers cayeron eliminados en primera ronda (3-1 ante los Houston Rockets). Mike Schuler fue nombrado entrenador del año después de vetar el traspaso de Martín, que nunca llegó.
Los San Antonio Spurs se interesaron por él. Hasta Julio Iglesias intentó que llegase a los Miami Heat. No obstante, el cierre patronal del 87 dejó en una única temporada la aventura estadounidense del madrileño. Ni Epi ni Andrés Jiménez ni Fernando Romay: Fernando Martín fue el primer español en las Américas.
Manolo Lama: “Jugar en la NBA era muy difícil. El que quería verla en España se tenía que ir a un pub de Madrid, 'Rebote', donde los pilotos de Iberia traían cintas de partidos jugados un mes antes y te las ponían una vez a la semana. Era un mito. Que cualquiera se plantee dejar el cargo de consejero delegado de su empresa para ser un botones. Es muy duro, pero Fernando se puso ese reto y lo consiguió. No hubiese sido una estrella allí, pero sí un jugador de equipo”.
Sixto Miguel Serrano: “Si hubiese topado con un entrenador aperturista o llegado a Estados Unidos cuando la liga empezaba a abrirse, habría triunfado. Fue demasiado bueno y llegó demasiado pronto”.
Miguel Ángel Paniagua: “Si has sacrificado dinero por ir a Portland, si no juegas y además no estás en un entorno paradisíaco, porque es una ciudad bastante provinciana, la única posibilidad de ser más feliz hubiese sido jugando. Aun así, el reto de la NBA fue un subidón de adrenalina para él hasta el último momento”.
Fernando Laura: “Cuando veo a chavales jugando con la camiseta de Portland de Fernando, siempre me acerco para decirles que la que llevan no es la oficial. Al apellido le falta la tilde en la 'i'. Les digo que la pinten encima”.
El sueño no se habría hecho realidad sin el carácter Martín. El que Fernando heredó de su madre, Carmela, que murió el pasado 18 de octubre. Ahora, podrá reencontrarse con ella, de la que tanto se acordaba antes de su debut en la NBA. “¿Cómo estará 'La Jefa'?”, se preguntaba. Ha llegado el momento de saberlo.
Noticias relacionadas
- El nuevo y "apasionante" ciclo olímpico de Sergio Scariolo
- Chase Budinger, el sexto NBA que aterriza en el Baskonia
- Cinco retos para que Xavi Pascual alcance el Olimpo en el Panathinaikos
- El Real Madrid vuelve a las andadas en Milán
- Blazic corta de raíz el juego del gato y el ratón del Madrid
- Willy Hernangómez: “Si estoy en la NBA es gracias al Real Madrid”