Ni Cavaliers ni Rockets. El alero Carmelo Anthony ha estremecido este sábado el mercado de la NBA con un golpe maestro que debe oficializarse el lunes con su salida de los New York Knicks para trasladar su carrera a las filas de los Oklahoma City Thunder, donde ya le esperan Russell Westbrook y Paul George para formar un nuevo 'Big Three' de estrellas.
Según apunta la prensa estadounidense, el traspaso se concretó a través de un canje por el que la franquicia de Oklahoma enviará a la de Nueva York a Enes Kanter y Doug McDermott, además de una segunda ronda del Draft de 2018. A simple vista, la negociación convierte al equipo de Oklahoma en serio candidato al anillo, si funciona la sociedad Anthony-Westbrook-George & compañía.
También puede ayudar a cumplir el sueño del jugador nacido hace 33 años en Red Hook (Nueva York) de llegar a un equipo con aspiraciones reales de destronar a los Golden State Warriors como campeones de la NBA. Parece quedar claro también que no por mucho madrugar amaneció más temprano para los Cleveland Cavaliers de LeBron James y los Houston Rockets de Chris Paul y James Harden, que también andaban detrás de 'Melo'.
Para aumentar el morbo generado por la inminente negociación en la antesala de la nueva temporada de la NBA, no resulta un dato menor recordar que los Thunder debutarán en casa contra los Knicks el 19 de octubre en pretemporada. La franquicia puede celebrar de antemano el gran olfato de sus directivos, que en la pretemporada ejecutaron otro fichaje bomba al conseguir hacerse con los servicios de Paul George, que dejó los Indiana Pacers.
El nuevo equipo de Anthony tan sólo ha tardado un año en recomponerse tras las salidas de Kevin Durant y Serge Ibaka, capitales en el subcampeonato de Oklahoma en 2012. Sin duda, los puntos están asegurados gracias a esta nueva conjunción de estrellas: 31,6 de Westbrook, 23,7 de George y 22,4 de 'Melo' como promedios por partido la pasada temporada.
Parece claro que el primero, vigente MVP de la NBA, no dejará de ser la estrella absoluta de la plantilla, con sus dos nuevos compañeros resultando unos escuderos inmejorables. Con 33 años, quizá haya llegado el momento de que Anthony deje de ser la referencia absoluta del equipo en el que milita y se convierta en un secundario de lujo.
Le vendrá bien tomar menos responsabilidades después de que todos los focos estuviesen centrados en él tanto en su etapa en los Denver Nuggets como en los Knicks. De allí sale tras unos últimos tiempos demasiado convulsos para el jugador en la Gran Manzana. La llegada del letón Kristaps Porzingis empezó a quitarle protagonismo y sus relaciones con el mandamás de la franquicia, el legendario Phil Jackson, tampoco fueron las mejores en sus últimos días vistiendo la camiseta 'knickerbocker'.
Llegó a Nueva York en febrero de 2011 para intentar cambiar la dinámica de uno de los clubes con más solera del baloncesto mundial, pero se marcha más de seis años después sin haberlo conseguido. Siempre en una continua reconstrucción, el techo del equipo durante la era Anthony fueron las semifinales de la Conferencia Este en 2013. En ellas cayeron precisamente contra los Pacers de Paul George, que ahora le acompañará en un regreso al Oeste que 'Melo' ansía que resulte fructífero.
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