Marc Gasol brilla con un dedo dislocado: así fue la lesión... ¡y así se lo colocó en la pista!

Marc Gasol está hecho de otra pasta. El pívot español jugó a sus 36 años su mejor partido desde que aterrizó en Los Angeles Lakers y lo hizo con un dedo dislocado. Fue una pena que su gran actuación y sus 18 puntos pese a la lesión no fueran suficientes para que su equipo se llevara la victoria contra los Boston Celtics (113-121), que estuvieron aupados por Jaylen Brown.

Gasol sumó 18 puntos (7 de 10 en tiros, 4 de 6 en triples), 4 rebotes y 3 asistencias frente a una pérdida en 21 minutos, puesto que no jugó el último cuarto ya que el encuentro parecía totalmente decidido. Pero ni su percance del tercer cuarto que le llevó a dislocarse el meñique de la mano izquierda frenó el ímpetu de Gasol, quien tras recuperarse anotó tres triples seguidos en ese mismo parcial.

Gasol no había jugado en tres de los últimos cuatro partidos (uno de ellos por lesión), pero la baja de Andre Drummond le abrió de nuevo las puertas de la titularidad. El pívot no desaprovechó la ocasión.

En declaraciones a EFE tras el partido, Marc explicó que dislocarse el dedo no le impidió seguir jugando a un gran nivel: "Al final, la adrenalina ayuda muchísimo en estos casos. Estás metido en el partido", dijo con naturalidad.

"Nada, me he tirado a por un balón en un pase que iba muy cerca del suelo. La única manera de cogerlo era tirándome al suelo. No sé muy bien qué ha pasado, pero al levantarme y ver la mano el dedo estaba dislocado", contó tras el partido.

"Por experiencia, más o menos, sabes cómo reaccionar en ese momento. He estirado un poco y lo he conseguido volver a meter en su sitio rápidamente, detalló.

Tres triples tras la lesión

Este percance no solo no frenó su ímpetu sino que, tras poner el dedo en su lugar, Gasol anotó tres triples seguidos para 11 puntos en total solo en ese cuarto. "He seguido jugando porque llevaba un partido sin jugar y me hacía mucha ilusión. Estaba jugando bien y no quería salir de la pista", indicó con una sonrisa.

"La sensación era un poco extraña. Había un rebote que he intentado coger, pero lo he palmeado porque no tenía confianza en la mano izquierda. Pero luego cuando he visto que podía coger el balón más o menos bien y que el dedo estaba estable y el dolor era soportable, pues nada, a seguir jugando", agregó.

El pívot dijo que ahora está a la espera de las pruebas médicas para ver si tiene una lesión de importancia en el dedo. Pero confía en estar disponible el sábado para el partido ante los Utah Jazz, que son el mejor equipo de la NBA en estos momentos.

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