En diciembre del año pasado el ciclismo vivió la enésima batalla entre la Unión Ciclista Internacional (UCI), federación internacional y poder legítimo, y Amaury Sports Organisation (ASO), organizador del Tour de Francia y poder fáctico. La cuita versaba en torno al reparto de los derechos televisivos y acabó con ASO anunciando su intención de sacar sus carreras del UCI WorldTour, división de honor del ciclismo mundial.
Sobrevinieron entonces unos meses de guerra fría y negociaciones calientes que culminaron con un acuerdo anunciado en junio en virtud del cual ASO volvía a integrar sus carreras en el WorldTour; el resto de actores respetaban su negocio; y la UCI concedía bajar el número de equipos encuadrados en primera división a 17 desde los 18 actuales con objeto de dejar más invitaciones a disposición de los organizadores. Para esto era necesario un sistema de ascensos y descensos que fue comunicado a los equipos en pleno Tour de Francia; esto es, seis meses después de empezada la temporada y a falta de poco más de dos para que ésta terminara.
No obstante, nadie se quejó en su momento por este ‘timing’. Al fin y al cabo, dos equipos desaparecían (el Tinkoff de Contador y el IAM suizo) y otro (el Lampre italiano) se veía obligado a renunciar a la primera categoría por la marcha de su bicicletera, Merida, al nuevo equipo Bahréin de Vincenzo Nibali. Una segunda estructura, el Bora alemán, aspiraba a promocionar a WorldTour y para ello reforzaba su efectivo con Peter Sagan. Total: 17 equipos en primera división, y todos contentos.
El golpe de efecto llegó en la primera semana de la Vuelta a España. De repente, Lampre no se conformaba con descender a la segunda categoría: quería mantenerse porque recibía una inyección económica desde Oriente. Gracias a la intercesión del controvertido Mauro Gianetti y sus socios de la empresa de ropa Champion System, la compañía china TJ Sports compraba el equipo y garantizaba su supervivencia hasta 2020. Ahora sí había más aspirantes que plazas disponibles. Ahora sí importaba el sistema de ascensos y descensos.
Dos criterios
Cuando los equipos quisieron revisar cuáles eran los criterios, encontraron que había dos: uno, el que les había sido enviado por la UCI; y otro, el que tenía publicado la propia UCI en el reglamento que hay en su página web.
Ambos criterios coinciden en lo esencial: los mejores del ránking UCI WorldTour por equipos 2016 mantienen la categoría y los dos peores deben medir los puntos de los cinco mejores ciclistas de su plantilla para la próxima temporada con los puntos que tengan los aspirantes a entrar en primera división; en este caso, Bahréin y Bora.
No obstante, había una diferencia decisiva para generar confusión y potencialmente invalidar el proceso. El documento habla de que “los 16 mejores equipos del UCI WorldTour mantendrán la categoría”, mientras el reglamento alude a “los 16 mejores equipos del UCI WorldTour que estén solicitando licencia para la siguiente temporada”. Así, la primera interpretación mandaría directamente a la pelea por el descenso a 17º y 18º clasificados: esto es, IAM (que desaparece) y Dimension Data, único equipo africano de primera división. Mientras, la segunda no mandaría a ninguno, dado que sólo 16 de los equipos que actualmente forman parte del UCI WorldTour aspiran a renovar su licencia; así, la plaza restante quedaría en juego entre Bahréin y Bora.
Una retirada en suspenso
Es aquí donde entraría Purito Rodríguez. El ciclista catalán anunció su retirada del ciclismo profesional durante el pasado Tour de Francia y la certificó en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos, que él deseaba que fuera su gran final como corredor. Sin embargo, dos circunstancias han enredado sus planes. La primera, que su equipo de siempre (Katusha) le obligó a competir en varias pruebas de un día italianas en septiembre. La segunda, una gran oferta desde Bahréin.
“Será uno de nuestros ciclistas más importantes en 2017 y ejercerá como mentor para nuestros jóvenes ciclistas en 2018 y 2019”, rezaba el comunicado enviado por el equipo del Golfo el pasado 20 de octubre para anunciar su fichaje, atribuyéndole asimismo un papel de “embajador” del proyecto. No obstante, Purito declaró ayer al portal español Ciclo21 que “no tiene pensado correr” la próxima temporada. “Me han dado el calendario de carreras pero les he dicho que me dejen pensarlo bien. Todo me ha venido demasiado de repente y vamos a seguir pensando en lo que me querían para un principio, es decir, como imagen del equipo y para ayudar a los jóvenes”.
La hipótesis más extendida es que uno de los grandes motivos de Bahréin para fichar a Purito eran los 211 puntos que vale de cara a la licencia UCI World Tour. Sin ellos, la flamante escuadra de Nibali e Izagirre estaría por debajo del Bora de Sagan y Majka en una hipotética pelea a los puntos; con ellos, se impondría. “Me duele que piensen que solo me quieren por mis puntos UCI después de tantos años”, reaccionó el propio Purito en Ciclo21 consultado por la posibilidad. “Que cada uno venda lo que quiera, pero me han fichado para otra función”.
Un pacto
No obstante, los puntos de Purito, como los de Sagan o Nibali, podrían quedar inanes. Fuentes conocedoras contaron a El Español en su día que varios equipos habían certificado ante notario la disparidad de los criterios facilitados por la UCI para el proceso de ascensos y descensos con el objetivo de impugnarlo y eventualmente invalidarlo. Douglas Ryder, mánager de Dimension Data, incluso anunció públicamente hace más de un mes que acudiría al TAS si su equipo se quedaba sin licencia UCI WorldTour. Forzarían así una primera división de 18 equipos que, por otra parte, está contemplada en el reglamento vigente.
La UCI se ha movido rápido para evitar un pleito que la pondría en solfa de puertas afuera. Para ello, según cuenta Cyclingnews, ha conversado con ASO, principal adalid de la reducción del número de equipos UCI WorldTour, para que admita que éste conste de 18 escuadras un año más. Facilitó la negociación que la empresa Dimension Data tenga estrechos lazos logísticos y comerciales con la propia ASO, que por otra parte mantiene todas sus carreras en la categoría que estaban en el calendario 2017.
Así, en espera de oficialización, todo parece apuntar a que el UCI WorldTour seguirá otra temporada tal y como está. Una vez más, los intereses cruzados han provocado que el ciclismo preserve el statu quo.