El irlandés Sam Bennett (Bora) evitó el triplete del italiano Elia Viviani (Quick Step) imponiéndose por velocidad en la séptima etapa del Giro, entre Pizzo y Praia a Mare, de 159 kilómetros, jornada de transición en la que el británico Simon Yates (Mitchelton) mantuvo el liderato [Así te hemos contado la séptima etapa del Giro de Italia].
Bennett, de 27 años, logró un triunfo histórico, ya que desde 1987 con Stephen Roche ningún irlandés había ganado en el Giro. En esta ocasión aplicó la inteligencia para ponerse a rueda de Viviani y la fuerza para superar al italiano a escasos metros de la línea.
El ciclista nacido en Wervik (Bélgica), cuarto irlandés que gana en el Giro, alzó los brazos por primera vez en la temporada, un estreno que concretó con un tiempo de 3h.45.26, superando a Viviani y a su compatriota Sacha Modolo (Education First).
Jornada de transición la víspera de la segunda etapa de montaña con final en alto, en la que los favoritos pasaron página sin sobresaltos, con algo de nervios sólo en los últimos kilómetros. Simon Yates defenderá la 'maglia' rosa camino de Montevergine Mercogliano con 16 segundos de ventaja sobre el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) y 26 respecto al colombiano Esteban Chaves (Mitchelton) [Así está la clasificación general del Giro de Italia].
La etapa salió de Calabria con escarceos continuos por formar la fuga. El pelotón no dio luz verde a una avanzadilla con presencia del alemán Tony Martin. El Quick Step no firmó el permiso necesario, por lo que el corredor del Katusha debió permanecer con la mayoría.
Sí tuvieron licencia el español de 38 años Markel Irizar (Trek), Maxim Belkov (Katusha) y Davide Ballerini (Androni). Tres buenos rodadores que nunca tuvieron más de cinco minutos de renta, pero que obligaron a trabajar a destajo a los perseguidores. Una especie de crono de tres contra el mundo que se disolvió a 16 kilómetros de meta. A partir de ese momento se desató el zafarrancho hasta el suspiro final. Otra etapa por la victoria como premio. Todos en fila india entre latigazo y latigazo, sin cuartel, en busca de la mejor situación posible para los velocistas.
Ningún equipo logró imponer su tren, pero todos los interesados en resolver por velocidad metían la cabeza al frente del grupo. Mucho desorden hasta que a falta de 1,5 kilómetros apareció el Quick Step para tratar de imponer su ley. Hubo respuesta de los rivales de Viviani, quien marcó la rueda de Bennett y viceversa.
Un duelo anunciado entre los dos sprinters más en forma del Giro. Viviani buscó el hueco y atacó por sorpresa de lejos. El irlandés, atento a la maniobra, salió detrás del campeón olímpico de ómnium, le alcanzó y aún tuvo tiempo para firmar su estreno en la temporada. Esta vez, el favorito no cumplió el pronóstico.
Este sábado llega la segunda meta en alto con la octava etapa, entre Praia a Mare y Montevergine de Marcogliano, con un recorrido de 208 kilómetros. La llegada, tras 14,8 kilómetros al 5,5 de pendiente media.
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