La tradición dice que quien sale de amarillo en Alpe d’Huez llega con el amarillo a París. Si el martes Sky dio un golpe sobre la mesa y puso de líder a Geraint Thomas, con Chris Froome de segundo, este jueves los británicos controlaron todos los tiempos en Alpe d'Huez, volvieron a llevarse la victoria y aseguraron aún más el maillot del líder. [Así te hemos contado la duodécima etapa del Tour de Francia].
Se preveía un final de etapa durísimo después de subir el Col de la Madelaine y el Col de la Croix de Fer, dos puertos de categoría especial. Era la etapa reina. Más de 5000 metros de desnivel. Movistar tenía que intentarlo desde lejos si quería tener alguna opción en la general. Colocó en la fuga a Alejandro Valverde, pero su aventura, como la de Mikel Nieve o Barguil duró hasta las faldas del mítico coloso de las 21 curvas.
Por delante, 13,8 kilómetros, un grupo de diez favoritos y un escapado, Kruijswijk (TLJ), que marchaba tres minutos por delante tras intentar la épica desde el Col de Fer. Egan Bernal (Sky) marcaba el ritmo. Valverde, Latour (AG2R) y Daniel Martin (UAE) fueron los primeros en quedarse. Vincenzo Nibali fue el primero en intentar romper el guion anglosajon, pero su ataque duró 500 metros. Después fue Nairo Quintana, pero el colombiano tampoco prosperó y un kilómetro más tarde ya estaba por detrás del resto de favoritos.
Romain Bardet, ganador de la última etapa en Alpe d'Huez hace tres años y esperanza francesa en el Tour, probó a casi 8 kilómetros de la cima. Por momentos se le veía sonreír. Se veía otra vez ganador. Llegó a sacar 15 segundos al grupo de Thomas y de Froome, pero los británicos, que tienen todo medido, mantienen su ritmo hasta reducir distancias. Solo Tom Dumoulin, Nibali y Landa les aguantaban.
El italiano, que se veía con fuerzas, perdió toda posibilidad de llevarse la victoria a 4 kilómetros de la meta. En Alpe d'Huez hay mucha gente animando. Y estorbando. Un aficionado estuvo a punto de tirar a Froome y una moto dejó en el suelo a Nibali. Al acabar la carrera fue al hospital de Grenoble a que le observaran, pero las primeras radiografías apuntan a una fractura de vértebras.
En esos últimos 4000 metros, un sinfín de ataques. Froome. Dumoulin para seguir a Froome. Bardet. Otra vez Dumoulin. Landa se les une en la pancarta del último kilómetro. Lanza un ataque, desesperado, por no quedarse colgado, a 600 metros. Thomas le sigue. Thomas se convierte en el primer maillot amarillo que conquista Alpe d'Huez.
"Honestamente, no pensaba que tuviera opciones de ganar hoy", dijo el galés antes de subirse al podio por segundo día consecutivo. La historia está de su lado. Casi nadie ha perdido el amarillo tras vestirlo en el podio de Alpe d'Huez. Hay que remontarse a 1987, hace 31 años, cuando Perico Delgado... Eso sí, al año siguiente no falló.
El máximo rival por el triunfo total lo tiene en su propia casa y a 1'39'' en la general. Froome partía como líder de Sky. En un principio él tiene los galones. Y parece que los sigue teniendo. En la línea de meta Thomas también confesó que, aunque iba a "intentar mantener el maillot unos días más, esta carrera es muy dura. Froome es el hombre".
Mikel Landa, exhausto tras terminar la etapa, con dolores de espalda desde Roubaix, lo reconocía: "La victoria está muy difícil. Lo sabíamos antes de venir, pero vamos a luchar por una victoria, por un podio... lo que sea". El alavés fue el único hombre de Movistar que aguantó las embestidas de Sky en Alpe d'Huez. Si queda alguna esperanza española en el Tour, es él, que confía en los Pirineos para librar el último combate. Tiene una semana para recuperarse.
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