El barrio de Boca hierve por la figura de Carlos Tévez: su cara es omnipresente desde el pasado 13 de julio, cuando Boca Juniors presentó oficialmente al 'Apache', fichado de la Juventus por seis millones de euros y dos juveniles. 50.000 personas (entre ellas Maradona) abarrotaron La Bombonera ese lunes, como si fuese domingo. Cuatro meses después, Tévez ha cumplido sus dos promesas principales: “Vengo a ganarle a River y a salir campeón”, dijo ese día ante la masa enfervorecida. Boca ganó a River el 'superclásico' en septiembre. Pero, sobre todo, se proclamó campeón del Torneo Argentino el domingo en su propia casa tras ganar 1-0 a Tigre con un gol de Monzón.
Tévez fue protagonista de la estelar temporada de la Juventus el año pasado (ganó Liga y Copa y perdió la final de la Champions). Ha sido también un pilar del club de sus amores, Boca, en un torneo que los 'xeneizes' disputaron desde el comienzo y en el que la afición se encomendó con una pasión difícil de hallar en otras latitudes al 'jugador del pueblo', el chico criado por sus tíos maternos y padres adoptivos en Fuerte Apache, uno de los barrios más peligrosos de Argentina en aquella época.
El 'Apache' siempre ha sido más popular entre los aficionados que entre los entrenadores, como bien saben diversos seleccionadores argentinos de los últimos tres lustros. Aunque su rendimiento con la albiceleste nunca ha igualado su ejemplar trayectoria en clubes latinoamericanos y europeos, su tirón popular en Argentina supera al de Messi o incluso Riquelme, otra divinidad 'xeneize' (el apodo de los seguidores de Boca). Sólo Maradona tiene un status aún más privilegiado, aunque sea una figura contestada por un sector de la opinión pública.
Una Liga de 30 equipos
Tévez regresó a Argentina a mitad de temporada después de 11 años exitosos en el extranjero. Llegó a la primera edición del torneo ampliado de 30 equipos organizado por la federación argentina para descentralizar una Liga con poco peso regional, fundamentalmente basada en Buenos Aires. (Antes eran veinte equipos, doce de esa provincia). El resultado ha sido mediocre en cuanto a juego y espectáculo; Tévez ha sido uno de sus indudables animadores (cinco goles en el tramo final). Tiene 31 años y quería terminar su carrera en el club que le vio nacer, allí donde ya había ganado una Liga, una Libertadores y una Intercontinental en 2003 bajo la batuta de Carlos Bianchi. El rol de 'Carlitos', como también es conocido, ha variado enormemente desde entonces. Indiscutible líder de la plantilla y referente de sus compañeros, el aura de personaje sencillo que no ha olvidado sus orígenes humildes se mantiene intacto en un futbolista que hoy gana un millón de dólares anuales, el mejor pagado del club.
Evidentemente, el título logrado el domingo tiene muchos padrinos (comenzando por el entrenador de Boca, el 'Vasco' Rodolfo Arruabarrena, ex lateral del Villarreal). Pero quedará para siempre como la liga de Tévez, el hombre que regresó de la élite europea para confirmar su estirpe ganadora en su club de juventud y poder decir aquello de “Salí campeón en muchos lados, pero nada se compara con lo que siento hoy”. Victorioso en 22 torneos durante su paso por cuatro ligas (Argentina, Brasil, Inglaterra e Italia) y por las divisiones juveniles de la selección argentina, 'Carlitos' es el quinto futbolista de su país con más títulos cosechados, sólo por detrás de Messi, Di Stéfano, 'Lucho' González y Cambiasso (a quien podría igualar esta semana si Boca culmina el año con un triunfo en la Copa Argentina). El mito se agiganta. No sorprende que el 'Apache' se permita dicrepar en público con el seleccionador Martino o compañeros suyos. Para la multitudinaria afición de Boca es mucho más que un jugador.