La fábrica del Cholo: de la nada al coliderato en unos meses
El técnico argentino ha conseguido rehacer la plantilla tras las bajas importantes de Turan, Raúl García o Mandzukic de este verano.
14 diciembre, 2015 14:12Noticias relacionadas
El tiempo, a menudo, va borrando los recuerdos. O quizás, si quieren, los hace más débiles. La realidad es que cuando el Cholo Simeone llegó al Manzanares, el club no era ni la mitad de lo que es ahora. Es cierto que ya había recuperado la senda del triunfo con alguna Europa League de por medio, pero ni rastro de lo que es hoy, un conjunto que pelea en firme con Madrid y Barça, compite en la Champions como un claro favorito al título y, tras su victoria contra el Athletic (2-1), es colíder en la Liga española.
Toda esta trayectoria, impecable desde la llegada del técnico argentino, ha llegado a buen puerto tras muchos cambios. Tomando como referencia este verano, el Cholo tuvo que volver a rehacer el equipo. Otra vez, como en cada periodo estival, se quedó sin jugadores importantes: Arda Turan, Mandzukic o Raúl García. El club ingresó 105 millones de euros y los utilizó para formar un nuevo plantel. Y, aunque todos los fichajes no acostumbran a dar el mismo rendimiento, la realidad es que Simeone ha conseguido que esos 136 millones gastados valgan, de momento, un coliderato. Y, sobre todo, un equipo ganador.
Si se contabilizan las temporadas enteras en las que ha estado el Cholo al mando (la primera de ellas la 2012/13 y hasta esta campaña), el técnico rojiblanco ha tenido que hacer frente hasta a 20 bajas de jugadores destacados (sólo contando ventas y obviando préstamos). Es decir, sale a cinco jugadores en cada curso, a cada cual más importante. Empezando por la portería, donde tuvo que sustituir a Courtois, y lo consiguió con el fichaje de Oblak, y llegando a la delantera, donde se han ido alternando a grandes delanteros desde su llegada (Falcao, Diego Costa…).
Ante esta situación, la política del club ha sido siempre la misma: contratar bueno y barato, buscar la progresión de los jugadores, darles confianza y venderlos por una buena suma de dinero. Y casi siempre, obviamente, acertando. En defensa, por ejemplo, confeccionado una zaga que es un fortín para esta temporada. O, dicho de otra manera, la más sólida de la Liga española, con tan solo siete goles encajados desde que empezó la competición. Con Godín como comandante en jefe y dos buenos pupilos: Savic y Giménez. Eso si se habla de los centrales, porque del resto (Juanfran y Filipe) no es necesario comentar más de lo que ya es consabido por todos.
Pero más allá de la zaga, quizás el lugar donde más experimentos ha tenido que hacer el Cholo Simeone es en el centro del campo. La lesión de Tiago, la salida de Arda y los pocos fichajes llegados en los últimos años han derivado en una gran ventaja para la cantera esta temporada. O, mejor dicho, para Koke y Saúl. El segundo de ellos, un diamante en bruto que anda puliendo el Cholo Simeone, autor del primer tanto contra el Athletic: “Como decía Bilardo, es un todocampista. Es muy joven y tiene que seguir creciendo, pero se esfuerza y estoy contento con él”.
Y en la delantera, más de lo mismo. Por esa zona han pasado Falcao y Diego Costa, pero sus bajas, lejos de ser un obstáculo, han servido de acicate para los que han ido llegando. Incluso para el propio Griezmann, que tras la venta de Mandzukic, se ha hecho con los mandos y es el máximo artillero del equipo (12 esta temporada). “No sé cuánto vale, eso le corresponde decirlo a otros, pero mucho”, comentó Simeone en rueda de prensa.
Toda esta competencia está derivando en beneficio para el equipo. Porque en el ataque no hay tregua. Si Jackson Martínez no estuvo fino cuando tuvo su oportunidad o Torres no consigue anotar su gol 100, Vietto sí que está aprovechando sus chances. Ya marcó y dio una asistencia contra el Benfica y volvió a cuajar un buen partido contra el Athletic. Es decir, el Cholo, de la nada, ha conseguido poner en pie una fábrica tan eficiente como productiva. Y eso, con nuevos trabajadores entrando en nómina cada año, no es nada fácil.